Título: Noir
Autor: Robert Coover
Editado en España por: Galaxia
Gutenberg
Sinopsis:
Phil M. Noir es el detective
privado más desquiciado de New London. Con un abrigo ajado, mal afeitado y
renqueante, recorre las calles más sórdidas de la ciudad tratando de elucidar
los oscuros asuntos de sus clientes, como el de una viuda de riguroso luto y
piernas deslumbrantes cuyo marido ha sido asesinado en un ajuste de cuentas. De
bar en bar y de informador a informador Noir persigue esa confidencia que le
acerque al asesino.
Pero esta particularísima novela
negra lo tiene todo menos una línea recta que conduzca a desenmascarar la
identidad del asesino.
Coover está considerado uno de los
escritores más innovadores de la actualidad y su obra ha sido publicada en más
de treinta países. Noir es su novela
más reciente.
Crítica
personal (puede haber spoilers):
Casi al tuntún pillé este libro en la biblioteca en su momento,
improvisando la búsqueda de nuevos sabores literarios… y mi paladar lector no
se sintió muy satisfecho que digamos con este.
Un detective privado que recibe el encargo de una viuda adinerada, la
cual sospecha que la muerte de su marido fue un asesinato y no un suicidio como
aparenta, por el evidente motivo económico con un socio. Esta es la base de
partida que a priori no la haría tan diferente de cualquier otra novela negra
como cualquier otra. No estoy demasiado puesto en este género, pero me ha
dejado sorprendido tanto para bien como para menos bien (sobre todo, en lo
segundo).
En más de un momento, debido a lo pesada e incluso confusa que me estaba
resultando la trama, me tentó la idea de olvidarme de este libro; pero como no
es justo prejuzgar (y mucho menos evaluar) sin desentrañar hasta el desenlace, opté
al final por armarme de paciencia y acabarlo.
Ya desde el comienzo, Robert Coover nos mete en la trama con el asesinato
de una mujer, precisamente la adinerada viuda que había recurrido a los
servicios de Noir escaso tiempo antes. Extrañas circunstancias para este
asesinato repentino y enigmático, y más extraño se vuelve el asunto cuando el
detective acude a la morgue y le informan de la desaparición del cuerpo de su
misteriosa clienta.
Entonces Noir se tomará el caso como algo personal, siguiendo con éste
por su cuenta, además de tratar de desentrañar la misteriosa muerte de la viuda
y el destino del cadáver de la misma. Aunque si la típica vida de un detective
privado de novela negra suele ser algo complicada, el protagonista de ésta las
pasará bastante canutas.
El autor nos narra la historia en primera persona, como si el lector
fuese Noir, que se sienta en verdad dentro de la piel y el papel de éste. Es
por ello que hace que este libro sea más calificado para un público masculino y
maduro; y casi podría asegurar que más de una fémina que le dedique un rato de
lectura a esta obra llegará a sentir ganas de estrellar el ejemplar contra la
pared (a falta de tirárselo al propio autor).
El estilo de Robert Coover es bastante bueno, uno de los pocos puntos
positivos para mí de esta obra, pero a pesar de ser un escritor curtido me
resultó bastante pesado leer, entre otras cosas por la inexistente presencia
de la división por capítulos y ese desorden demasiado desordenado de su exposición (valga la
redundancia). Aunque tengo que decir a su favor, que aunque a veces me ha
parecido pesada la lectura y lo he leído con cuenta gotas la mayoría de las
veces, la logrado mantenerme con cierta intriga (quizás lo que más me mantuvo
aferrado a seguir leyéndolo a pesar de que la tentación de abandonarlo a su
suerte llamase con frecuencia a la puerta).
No son muchos los personajes que me han calado (en su mayoría, no me han
llenado mucho y me han parecido planos e incluso un poco estereotipados,
la verdad).
Noir no es un mal tipo, aunque sí un hombre (como la mayoría de los que
salen en este libro) que se deja influenciar por el cerebro que tiene entre las
piernas… algo que otorga realismo, ya que los temas sexuales y egoístas mueven
mucho a las persones, en especial a los hombres (muy bien, Iago, tirando
piedras a tu propio tejado por culpa de doña objetividad). Si se empeña en
indagar en el destino de la misteriosa viuda no es por altruismo ni por un sentido
de justicia propiamente dichos, sino más bien por algo tan íntimo como el deseo
sexual y casi afectivo hacía ella. Ni siquiera llegó a verle en vida su rostro
oculto tras su riguroso velo negro, pero sus piernas le bastaron para ser la
mecha de su naciente interés (o más bien, obsesión) por ella incluso después de
muerta. Y como detective deja bastante que desear, no es un negado absoluto,
pero es alguien que no se ha curtido suficiente a pesar de tantos años en su
oficio y que tropieza con las mismas piedras de manera incesante (en especial
si se deja llevar por lo que le dice su miembro viril). Quizás sea más realista
que otros detectives famosos, en su mayoría impecables e intachables, pero
seguro que en esa ciudad existirían otros más eficientes en estos menesteres.
El resto de personajes, como digo más arriba, no les he visto demasiada
chicha, salvando algunos casos; entre ellos Blanche, la secretaria de Noir, la cual me pareció de los más interesantes entre tantos más bien
insípidos, a la cual tener en cuenta en la historia. Da mucho juego sus
nombres, Blanca y Negro en francés, y el que se proponga a llegar hasta el
final con este libro, que lo tenga en cuenta… y hasta aquí puedo leer. Si Noir
no se hunde del todo en sus casos o en su desastrosa vida personal, se debe más
a ella, pues la comparo como la conciencia y la sensatez que no llega a
alcanzar el detective del todo por sí mismo.
Personalmente, me sentí muy desorientado con la trama en general. No está
dividido en capítulos, sino todo del tirón, y con constantes avances y
retrocesos en el tiempo, con todas sus escenas estratégicamente desordenadas pero
que a su vez parecen ubicadas a su libre albedrío..
A medida que se llega al final del libro, cuyas últimas escenas son de
las pocas que están ordenadas y en donde deben estar, se va atando cabos, pero
de una manera demasiado tardía y que aún así me costaron encajarlas debido al
“orden” que el autor ha utilizado para estructurar y situar cada secuencia. Su
final es sorprendente e impactante, pero el mayor mérito de sendos adjetivos se
debe a lo inesperado, por no decir rebuscado, del mismo. A pesar de un
desenlace que podría considerarse original, peculiar y atípico, a fin de
cuentas un servidor se ha quedado más bien templado, casi tirando a frío, con
el mismo.
Lo que más me ha parecido palpar de esta novela negra (por llamarla de
alguna forma, ya que he leído muchos comentarios en internet que discrepan a la
hora de meter a Noir en dicho género)
es que el autor, o al menos me da tal impresión, busca levantar de alguna forma
la autoestima, la hombría y la virilidad (y cierta parte de la anatomía
masculina) a sus lectores (que desde luego, ya dije que parece más bien
enfocada a un público masculino). Una historia que, a pesar de todo, tiene
bastante realismo por mucho que queramos evadir de nuestras mentes cosas
desagradables (e incluso repulsivas y denigrantes) que a fin de cuentas podrían
pasar en el día a día. Una trama con el sabor del whisky más añejo que puedas
echarte al buche, en la piel de un detective un tanto patán, desastroso y
desaliñado, pero que no es un negado total en su oficio a pesar de los bandazos que
se da de principio a fin para cumplirlo con éxito.
Conclusión: Seguro que habrá gente que le guste y fascine esta obra,
siempre defiendo que el libro del gusto está en blanco y hay cabida para todo;
pero yo no me incluiré entre ellos (me ha gustado algunos matices, pero no el
lienzo entero como conjunto). Ha sido interesante probar un género hasta
entonces desconocido para mí, y ahora sé que de adentrarme más en él tengo la
certeza de que me harán disfrutar más que
Noir.
Mi valoración global: 2/5
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