miércoles, 26 de noviembre de 2014

Crítica personal: Cazadores de sombras 2 Ciudad de Ceniza

Título: Cazadores de Sombras 2 – Ciudad de Ceniza
Título original: The Mortal Instruments 2 – City of Ashes
Autora: Cassandra Clare
Editado en España por: Destino

Sinopsis:
Clary desearía que su vida volviera a la normalidad. Si pudiera dejar atrás el mundo de los cazadores de sombras, tendría más tiempo para Simon, su mejor amigo, que se está convirtiendo en algo más... Pero el mundo subterráneo que acaba de descubrir no está preparado para dejarla ir; en especial el apuesto y exasperante Jace...
Para Complicar las cosas, una ola de asesinatos sacude la ciudad. Clary cree que Valentine está detrás de esas muertes, pero ¿cómo podrá detenerle si Jace parece dispuesto a traicionar todo en lo que cree para ayudar a su padre?

Crítica personal (puede haber spoilers):
Como es una continuación, será muy inevitable que revele lo que puede considerarse ya sabido para los que leyeron la anterior parte. Si te adentras en esta reseña, tenlo en cuenta.

En este segundo libro nos sumergiremos más todavía en ese mundo que los mundanos permanecemos en la feliz ignorancia de esa realidad que nos acompaña desde hace siglos; pero sobre todo nos adentra en los acontecimientos que están por venir tras el final de su antecesor, con cabos sueltos, ansias de saber más y revelaciones que impactaron en sus últimos capítulos.

Clary bregará con la frustración de ver a su madre en el estado que la encontró tras el final de Ciudad de Hueso, además de asimilar, o más bien convencerse a sí misma, el hecho de que Jace sea su hermano. Por suerte tiene a Luke velando tanto por ella como por Jocelyn, para Clary sigue siendo el mismo de siempre aún después de saber su naturaleza licántropa. Pero el mayor dilema para la pelirroja será el cada vez más palpable triángulo amoroso del cual ella es punta cúspide; su amistad con Simon está tomando una nueva visión tras enfocar esa relación desde otra lente distinta a la siempre usada, pero le cuesta apagar del todo aquellos sentimientos por Jace nacidos antes de la revelación tan caprichosa como cruel del destino sobre los lazos fraternales que los unen.
Por su parte, Jace tendrá sus guerras personales, tirando a veces de su propio cliché de chico temerario y algo autodestructivo, causando en algún momento daño colateral tanto sobre sus seres cercanos como a cualquier desconocido incauto peligrosamente cerca de él. Tras descubrir la verdad sobre su padre, quien fingió su propia muerte, haciéndole creer que era Michael Wayland, se enfrentarán los sentimientos de su niñez con lo que objetivamente significa el nombre de Valentine. Además afrontará el recelo de la Clave por ser él hijo de quien es y la posibilidad de que su padre le hubiese mandado al Instituto de Nueva York con los Lightwood como espía desde el principio.
Además, Simon se ve más inmerso en el mundo de los cazadores de sombras y los Subterráneos en pos de estar junto a Clary, a la par que se aferra a esa más que factible posibilidad de que su amor de toda la vida sea correspondido... pero en muchos aspectos, ni él mismo se lo puede imaginar, su vida dará un cambio más que notorio.
Pero al margen de los dilemas propios de estos adolescentes, está también la ola de asesinatos en la ciudad, con un motivo significativo que hace preocupar a la Clave al haber víctimas entre los pertenecientes a los Subterráneos, y este hecho es un claro peligro, entre otras cosas, para Los Acuerdos. Los tiros de las sospechas apuntan directo a Valentine una vez confirmado que no estaba muerto como siempre habían creído, y que de nuevo regresa para ser un problema grave, ya de por sí por ser quien es y por los actos que cometió en el pasado, además por tener en su poder la hasta entonces desaparecida Copa Mortal, así como el uso y los fines que hizo con ella.

Ciudad de Ceniza no ha defraudado mis expectativas tras disfrutar de Ciudad de Hueso, encajándose con mucha armonía el lado romántico y juvenil de su elenco principal con la trama que gira sobre los peligros a los que se enfrentan día a día los nefilim. Retomamos la vida de Clary asimilando ésta en lo posible esa realidad velada a ella durante años a la que en verdad había pertenecido, haciéndose a la idea de ese mal chiste del destino de que el chico del que se había enamorado resulte ser su hermano, que su madre esté en coma y que se encuentre con un padre que siempre había considerado muerto y al que odia con toda su alma. Intentará mantener una parte de su vida mundana y normal en Simon, por el cual empieza a titubear de su sentimiento de larga y sincera amistad. Sin embargo, todo lo mundano en su entorno parece destinado a desaparecer.
Los sucesos causados por Valentine y el uso que hizo éste de la Copa Mortal en el final del anterior libro no han sido más que el principio. El antagonista de esta historia no dará su brazo a torcer, dispuesto a culminar sus metas, ideales y delirios de grandeza de toda la vida, sin importar sus fracasos del pasado tanto en Alacante años atrás como unos días antes en Renwick.

Este libro mantiene la chispa que pude sentir en el anterior, pero que también va tomando los primeros matices que lo convierte en una historia algo más avanzada, definida, cruda, madura e incluso oscura a la par que fresca, amena y vertiginosa. Nos sigue dando a conocer todo lo relacionado con cazadores de sombras, Subterráneos, demonios y demás sobre la marcha, a la par que se fermentan las relaciones personales de sus protagonistas entre las crisis que se ven sumidos, mientras las intrigas se maceran para servirse como plato final de este capítulo de la saga.
Siempre presente el estilo de Cassandra Clare, tan atractivo, dinámico y absorbente a mi parecer. El detalle y la descripción en su justa medida, la profundidad de sus personajes tanto en personalidad como emociones, sabiendo ubicar con pericia y armonía los momentos que pueden resultar divertidos o de robarte una sonrisa con otras situaciones más llenas de tensión, intriga y emoción. Y, como siempre, nos adentra en un viaje en el que va soltándonos muchas piezas que parecen no encajar hasta llegar al último tramo el camino, cuando empieza a tomar todo su sentido.
Además, aquí ya contamos con un malo, una amenaza real con nombre y rostro; pero Cassy ha logrado crear en Valentine un antagonista que en el cual encontramos uno de la vieja escuela de siempre con algo distinto que se ha ganado un pulgar arriba en mi lista de villanos preferidos.

Clary irá defendiéndose con las costumbres nefilim; aún verde en lo marcial por su nula instrucción pero esta apasionada del dibujo tirará más hacia las Marcas; tenedla en cuenta cuando tenga estela en mano. No se desasirá de su arrojada temeridad con lo que le es importante; aunque aquí descubrirá que los sentimientos son fáciles de confundir, imposibles de borrar, domar o forzar.
Jace también se mantiene igual pero con su punto de evolución. Seguirá con su picardía difícil de amedrentar; quizás la excepción a su coraza de indómita insolencia sea Valentine. Parece salido del típico patrón de guaperas con mucha picardía y poco pudor, a veces dañino tanto para los demás como para sí mismo; pero tiene algo que se gana mejor al lector con respecto a personajes similares a él. Además, hay cualidades, emociones y actos de Jace que sorprenderán al lector.
Simon juega aquí un papel más relevante, algo hará cambiar su vida de manera radical e irreversible para sorpresa del lector que pueda acabar con el alma en vilo. A pesar de todo lo que le ocurre en este libro, eso no borrará esa personalidad que le ha convertido en uno de mis personajes predilectos de la saga. Un joven que desprende una fuerza que puede sorprender tanto a sus compañeros de elenco como al lector. Muestra una perseverancia y un tesón que a veces rozan un poco de ser excesivos y que en ocasiones le ciega ante lo evidente que está ante sus ojos.
Isabelle no hace un papel demasiado destacable en esta segunda parte pero sigue bien en su línea (algo que me gusta), al igual que Alec y Magnus, aunque éstos dos tienen sus matices algo destacables por lo que se traen ellos entre manos. Cassy explotará más el personaje de Luke a partir de este capítulo de la saga, y de Valentine diré que es un 3M (Malo Muy Maloso) bastante interesante, de los de siempre pero a su vez con algo especial, directo pero confuso, pérfido y elegante, aunque sea un antagonista reconocido y visible es motivo de turbación para los personajes y el lector. También reaparecerá Raphael Santiago, líder del clan de vampiros de Nueva York.
Entre las novedades tenemos a Maia, una chica lobo con buen trasfondo y cierto papel en este libro. También conoceremos al resto de los Lightwood tras su regreso de Idris, Robert y Maryse dirigen el Instituto, aunque ella, una mujer interesante y de carácter, suele eclipsar a su cónyuge en protagonismo y voz cantante, incluso en sus funciones familiares como “laborales”; Max, el benjamín, no tiene un gran papel pero me pareció un niño simpático que idolatra y adora a su hermano adoptivo Jace. También conoceremos mejor a la raza tan encantadora como pérfida de las hadas, en particular a su soberana; la Reina Seelie, personaje a tener en cuenta incluso tras Ciudad de Ceniza, es el claro ejemplo de una rosa hermosa que si te descuidas te clavará sus espinas de la manera más socarrona posible. Por último, será muy relevante en este libro y que da mucho juego es la figura de la Inquisidora Imogen Herondile, aunque esté en el bando de los buenos uno puede llegar a odiarla, asquearla, temerla y, en cierto sentido, adorarla; una mujer mayor pero fuerte, de mente y miras demasiado rectas y cerradas, así como de flexibilidad a penas perceptible. Creo que cualquiera, a pesar de cómo es ella, acabará disfrutando a la hora de leerla.

Ciudad de Ceniza tened despliega acción como mínimo a la altura de su predecesor, además de buenas dosis de romance a raudales pero sin causar un riesgo considerable de diabetes aguda. Sus personajes y su trama son muy capaces de atrapar irremediablemente al lector si éste conecta de verdad con lo que atesora sus páginas. Lógicamente, teniendo en cuenta el título original de la saga, aquí tendrá su aparición y relevancia el siguiente de los tres Objetos Mortales. Del título de este segundo libro en sí creo que se entenderá al final, aunque para mí veo cierto vínculo con el capítulo 10 “Un lugar bonito e íntimo”... quien lo haya leído o vaya a leerlo, quizás piense igual que yo.
Un final estupendo que da mucho juego para su continuación, que despierta ganas de más, con cabos sueltos, asuntos aún por terminar y algo que veremos en los últimos segundos de lectura de este libro. No me ha defraudado, como digo más arriba, volando justo a la altura de su predecesor y que está claro que no siempre las segundas partes son malas.

La portada, como siempre, cumple su cometido de manera soberbia, mostrándonos esta vez a Jace con torso al descubierto y plagado de Marcas. De nuevo el mismo patrón en general de su diseño, con la vista de grandes edificios que evocan a Nueva York, los tonos dorados y algo verdosos de ésta son perfectos para el personaje reflejado en ella.

Conclusión: Ciudad de Ceniza es una excelente continuación que al terminar su lectura promete más para el que va después. Sorprendente y expectante hasta literalmente sus últimas palabras. Llegados a esta altura de la saga, uno la amará o le será indiferente, pero creo que es difícil no rendir las armas a la creatividad de Cassandra Clare.


Mi valoración global: 4,5/5


martes, 18 de noviembre de 2014

Crítica personal: Cómo Seducir a un Hetero

Título: Cómo Seducir a un Hetero
Autor: Diego Manuel Béjar
Editado en España por: Stonewall

Sinopsis:

¿Qué gay no ha se enamorado de un hetero? Eso es lo que le pasa a nuestro impulsivo protagonista, obsesionado con el quiosquero de su barrio. Lo que en un primer momento es un inocente juego toma otro cariz cuando se le presenta la oportunidad de compartir piso con el objeto de su deseo. Antes de que pueda darse cuenta, se verá involucrando a sus amigos en toda una aventura. Ese tórrido verano en Madrid cambiará su vida.

Cómo seducir a un hetero es una entretenida comedia romántica basada en hechos reales. Cargada de ironía, nos lleva a reflexionar sobre nuestras relaciones y nuestras metas.



Crítica personal (puede haber spoilers):

Obra no recomendada para menores de 16 años

La verdad, hacía tiempo que quería estrenarme con este género literario que, desgraciadamente, acaba más bien en la sombra de las inquietudes literarias en general; y finalmente me he lanzado con esta novela de título tan singular. Francamente, fue bastante mejor de lo que podría haberme imaginado a priori.

Tenemos a un protagonista que cae prendado de un quiosquero próximo a su residencia, un flechado certero, al menos en lo físico. Al principio es un enamoramiento sin malicia que no va más allá de las fantasías y los deseos febriles en la intimidad; pero las voraces ansias de nuestro protagonista no parecen conocer límites, sin contentarse con sólo verle con la excusa de comprarle coleccionables por doquier con tal de verle con regularidad. A medida que va grabándose a fuego todos los registros sensoriales posibles de Jorge, el interpelado, nuestro protagonista irá acercándose poco a poco a él con más acecho, hasta el punto de presentarse, como caída del cielo, la oportunidad de compartir piso con él.
Una telaraña de mentiras, al comienzo piadosas, arrastrarán al protagonista en su búsqueda de estar más cerca de Jorge, de conocerle más allá del superficial e insustancial protocolo entre quiosquero y cliente, más allá de esa envoltura corpórea que espolea con ansias su testosterona, de tratar de buscar un resquicio que le brinde ser correspondido a los sentimientos que le profesa en secreto, o al menos poder darse un “buen homenaje” en la cama con él. Hasta tal punto le llevará su fascinación y sus intentos de cortejo, que salpicará con estas mentiras y pantomimas a otras personas, como por ejemplo Sebas, su mejor amigo y antigua pareja.
Lo que no sabe nuestro protagonista es lo delicada que es la línea entre el ideal y la realidad, y lo contrapuestas que pueden ser. Sabrá, entre la rabia y el placer superfluo, que hay que tener cuidado con lo que se pueda desear, y más si quiere conquistar a alguien que no juega en tu mismo equipo…

Cómo Seducir a un Hetero fue una lectura bastante atípica para mí, en cierto grado impactante por sus peculiaridades, con una facilidad por parte del autor de enredar al lector en tantísimas emociones y en diferentes situaciones en ese periplo tan singular del protagonista.
Ya de antemano, nos deja claro en el preámbulo (con desparpajo ácido y certera exposición) que está basado en hechos reales del propio autor (quien él mismo es el protagonista de la novela, aunque nunca manifiesta en sus páginas su nombre, ni real ni modificado como suele ser en este tipo de narrativa); lógicamente, tiene que haber sus pinceladas y cambios para dar mayor interés a la materia prima que es la vivencia personal que modeló para crearla.

Así pues, sumándose la exposición en primera persona por parte del autor/protagonista al grado de veracidad que este aporta, tenemos una obra potencialmente visceral. Esta novela le caracteriza por situaciones preñadas de un humor más bien gamberro, tan certero, a veces muy directo, pero también posee pasajes un tanto perturbadores, que incluso pueden llegar ser tan deprimentemente reales como maliciosamente sarcásticos.
Además de lo que trata la trama en sí, en Cómo Seducir a un Hetero me topé con ironía en estado puro en tantos aspectos, empezando por el entorno LGTB (creo que engrandece al autor el hecho de reírse de uno mismo para poder reírse de los demás con todas las de la ley). En algún momento que otro me ha dado que reflexionar un poco entre tanta sátira desinhibida.
                                                                                                                        
El estilo de Diego Manuel Béjar fue, simplemente, bastante atípico para mí en varios aspectos. Su escritura es bien cuidada, sencilla y profunda a un mismo tiempo. Con un trazo muy canalla y mordaz capítulo tras capítulo que se suma para concebir una historia interesante a la par que amena, siendo bastante fácil de leer. Su prosa rezuma libertad hasta tan punto que, literalmente, no tiene pelos en la lengua ni pudor (pero sin caer en algo sumamente explícito y vulgar) a pesar de ser comedido en su justa medida.

Nuestro protagonista es, claro está, homosexual, descrito como un hombre normal más bien del grupo “bears” según el argot; algo que en buena parte le ayuda a no pregonar por sí mismo su orientación sexual ante el foco de su interés. No es un mal tipo, pero tampoco es un santurrón, simplemente muy humano. Un ejemplar más de la selva gay de Madrid, y como hombre, también tiene sus apetencias por la carne, que sumado al enamoramiento desmedido e idealizado al que se agarra desesperadamente como una lapa tenemos como resultado un personaje muy vívido y un tanto caótico en ciertos aspectos. Ciertamente, uno puede llegar fácilmente a reírse con (y de) él a raíz de las desventuras, penurias y enredos que le llevará su afán; he llegado a empatizar bastante con este peculiar protagonista, sin olvidar algún momento de censura propia a ciertas acciones suyas o poner los ojos en blanco algún momento ante el desespero de sus ardides de amor.
Otro personaje destacable es Sebas, el mejor amigo del protagonista, un tipo de relación poco frecuente de tener con quienes hayan sido tu pareja en el pasado. Un joven alocado (en muchos sentidos del adjetivo) completamente desinhibido, de vida bastante alegre en sus relaciones con los hombres en general. El capricho del corazón de su ex y amigo le empapará bastante, pero a la hora de la verdad cumplirá bien su papel de buen amigo; a la par que conoceremos mejor lo más intrínsico de este personaje con cierto potencial tras su carácter brioso y efervescente, al igual que sondaremos las diferente facetas de su relación con el protagonista, tanto presente como pasada. Posiblemente un personaje que disfruté leyéndolo.
Jorge, a ojos del autor/protagonista/narrador, es el ideal de macho ibérico por así decirlo, más bien alejado del cano de belleza masculina más frecuente en estos tiempos. Para nada lampiño, de rostro varonil, buen cuerpo pero claramente natural, curtido por trabajo y no por horas diarias en un gimnasio o siguiendo una rigurosa dieta. Es un personaje que vamos conociendo a la par que el protagonista lo hace a medida que se estrecha la interacción y la relación entre ambos. Considero que el autor, a todas luces, ha reflejado mucho en Jorge la actitud más estereotipada aunque bastante real del tipo de hombre heterosexual al que vemos pertenecer este quiosquero. En general, me resultó bastante banal, incluso vulgar, con una capacidad tan limitada poco más allá de su lívido.
Estos tres son, a fin de cuentas, los personajes que más relevancia tiene la obra, habiendo unos pocos más que cumplen su puntual papel que aportan consistencia y solidez a esta historia ligera. Entre estos, destacaría a Nando, el último ex del protagonista, que la verdad esperaba algo más de éste para enriquecer la trama pero resulta poco aprovechado como elemento; quizás es que en el hecho real tampoco es que aportara mucho más a la hora de convertirlo en novela.

Uno de los mayores atractivos de este libro son las ilustraciones que preceden a cada capítulo, obra de Gabriel Antille para esta novela. Cada una las cuales refleja acontecimientos que no tardarán en ser leídos por el lector, que además nos ayudará no sólo a ver mejor la escenificación de los hechos Cómo Seducir a un Hetero, sino también a tener una imagen más nítida de sus personajes. Sin duda, un complemento acertado para enriquecer esta edición sencilla pero elegante.

La historia, en general, me gustó. Realidad y ficción bastante balanceadas, con un desarrollo que no me ha dejado indiferente, a lo largo de momentos cómicos, disparatados, desesperados, impactantes y virulentos por doquier. Aunque hubo elemento que, para mi gusto personal, podrían haberse explotado más que otros; puede que el autor hiciera todo lo posible sin variar demasiado la base verídica de la trama.
Su final me agradó, simplemente. Por un lado, resulta muy precipitado y crudo, hasta el punto de dejarme estupefacto el momento más crucial de esta novela. Y su último capítulo puede resultar algo incierto y especulativo, posiblemente esperanzador a su vez según la visión de cada lector. Que su desenlace llegue tajante puede ser algo muy bueno en muchos casos, pero creo que fue un tanto abrupto y que podría haberlo estirado un poco antes de que el final cayera por su titánico peso.

Personalmente, no me extrañaría que algún director se interese por llevar este manuscrito a la gran pantalla, puedes Cómo Seducir a un Hetero es, en verdad, materia prima potencial para el cine español. Ya los comentarios de otros escritores en la contracubierta lo especulan; incluso el propio Diego Béjar deja caer en sus páginas bastante en broma, pero ahí lo deja caer por si cuela… Tiempo al tiempo.

Conclusión: Una comedia divertida, pero también cruda en su justa medida, que no puedes dejar escapar si consideras tu mente lo suficiente abierta para ver como un ejemplar asiduo de Chueca se enamora de un hetero, dispuesto a robarle a San Judas Tadeo el título de “patrón de las causas imposibles”. Toma con una mano la de nuestro anónimo protagonista y con otra la de Sebas para descubrir como termina este peculiar enredo, pues creo que puedes, como mínimo, resultarte entretenido, aunque sea para adentrarte en una narrativa un tanto atípica.


Mi valoración global: 4/5


miércoles, 12 de noviembre de 2014

Crítica personal: Cazadores de Sombras 1 Ciudad de Hueso

Título: Cazadores de Sombras 1 – Ciudad de Hueso
Título original: The Mortal Instruments 1 – City of Bones
Autora: Cassandra Clare
Editado en España por: Destino

Sinopsis:

En el Pandemonium, la discoteca de moda de Nueva York, Clary sigue a un atractivo chico de pelo azul hasta que presencia su muerte a manos de tres jóvenes cubiertos de extraños tatuajes.
Desde esa noche, su destino se une al de esos tres cazadores de sombras, guerreros dedicados a liberar a la tierra de demonios y, sobre todo, a combatir a Jace, un chico con aspecto de ángel y tendencia a actuar como un idiota...

Crítica personal (puede haber spoilers):

Una adolescente como cualquier otra, con una vida a priori normal, con una madre un tanto más que protectora de lo más corriente, que sale una noche de finales de verano con su amigo de toda la vida a la discoteca de moda en boca de todos jóvenes de Nueva York. Ahora lo mundano (y nunca mejor dicho) acaba cuando presencia en el Pandemonium como tres jóvenes de su edad (dos chicos y una chica) asesinan a un hombre atractivo de cabello azul, que en sus últimos momentos deja constancia de que no parece del todo humano y que al morir desaparece sin dejar el menor rastro de su existencia. Añadamos a la ecuación el hecho de que Clarissa Fray, nuestra protagonista y más conocida por el diminutivo de Clary, es la única capaz de ver a esos misteriosos jóvenes.
Sin embargo, desde ese momento su vida, así como su percepción de la realidad, cambiará de manera gradual pero drástica, adentrándose en un mundo difícil de asimilar para alguien normal, o mejor dicho que creyó vivir una vida normal. Descubrirá la veracidad hasta entonces desconocida de demonios, vampiros, hombres lobos, hadas, brujos y, en especial al relacionarse con los tres jóvenes que conoció en el Pandemonium, de la existencia de humanos por cuyas venas desciende sangre de un ángel llamado Raziel, que viven para enfrentar a los demonios y demás seres que amenacen de manera potencial a los humanos mundanos: se llaman nefilim, cazadores de sombras.

Una historia que cuando la desentrañé me resultó bastante magnética, dinámica, divertida y apasionante. Un mundo nuevo y paralelo al nuestro por descubrir que invita mucho a desentrañarlo. Ciudad de Hueso (al igual que el resto de la saga) es un rompecabezas argumental con bastantes misterios y enigmas que se va viendo con mayor nitidez cuantas más piezas conectemos cada vez más cerca del final.
Un nombre que resurge después de muchos años, casi olvidado por cazadores de sombras y subterráneos: Valentine. Un objeto desaparecido tiempo atrás, de importancia vital para los nefilim: la Copa Mortal. Clary descubrirá lo mucho que ella y todo lo que empieza a sucederle tienen que ver con ese nombre y dicho objeto. A partir de los acontecimientos que perturban la normalidad de su vida, ella empezará a descubrir que tiene más en común con los cazadores de sombras de lo que pudo imaginarse en un principio. Ciudad de Hueso será el primer paso de Clary para saber quién es ella en realidad y sacar a la luz muchas verdades que siempre le han sido veladas. Además, este libro marcará el comienzo de un antes y un después en la vida de cada uno de sus personajes.
También, siendo el elenco principal jóvenes de entre dieciséis y dieciocho años, está presente el elemento romántico, y en este caso se definirá un triángulo cuya punta cúspide es Clary.

El estilo de Cassandra Clare, a mí en particular, me ha llenado de satisfacción como lector y de admiración como escritor. Su pluma es absorbente y engancha (y este libro me enganchó bastante), muy fluida y para nada tediosa. Una historia que me resultó fresca y nueva a pesar de tanta literatura moderna juvenil que mete criaturas que parecen sacadas de los juegos de rol de Mundo de Tinieblas y los elementos angelicales y demoníacos tan recurrentes ahora. Sus personajes son muy realistas y carismáticos (tengo mis predilectos, no lo niego, pero curiosamente ninguno me desagrada de manera especial). La forma de exponer la trama, quitando poco a poco cada capa hasta llegar al núcleo, aumentando la intriga, se convierte desde este libro en una marca de la casa de Cassy que se verá en todos sus libros; pocos escritores consiguen soltar la artillería pesada cerca del final sin que parezca demasiado brusco y sin abrumar al lector. Los momentos que considero llenos de humor, ingenio o de mordaz ironía también están presentes de manera notoria (especialmente en labios de Simon y Jace), y es uno de tantos aspectos que me han metido en el bolsillo.
Incluso si a uno no le gustase demasiado el género fantasioso de este tipo, creo que podría darle una oportunidad. En muchos momentos aunque el escenario, la trama o los acontecimientos estén claramente lejos de nuestra realidad y muy presente tanta ficción, es demasiado palpable que es romántica juvenil y para mi criterio es una saga de doble género (no todo lo fantástico tiene romanticismo, aunque está siendo más habitual últimamente, y viceversa); una buena forma de dar una oportunidad a un género nuevo si te gusta la contrapartida.

Sobre sus personajes, Clary y Jace tienen muchísima voz cantante en Cazadores de Sombras. Ella deberá asimilar un mundo nuevo, desconocido y peligroso, y su vida dará un giro radical de manera inevitable; esta amante consumada del dibujo se siente un tanto acomplejada de su baja altura pero es capaz de sacar mucho arrojo y poca reflexión, especialmente en momentos críticos y cuando le afecta a quienes le importa. Él, temerario, independiente, mordaz y bravucón sin remedio, dando la primera impresión de ser insensible y un tanto egocéntrico, demasiado conocedor de sus notables capacidades tanto en el combate como fuera de él, sobre todo de su carisma y atractivo casi angelical que no duda en usarlos con cualquier chica que se fije en él si se presenta la ocasión. Ambos personajes, desde que comienzan a conocerse y a interactuar, se pican con facilidad y en un momento dado se pueden llevar mejor para de nuevo volver a la fase anterior a medida que se van asentando los sentimientos que se manifiestan mutuamente. Suena casi tópico cliché, y puede que lo sea, pero a mí no me pareció tan tedioso como en otros casos similares.
Del resto del elenco, Simon es un personaje muy divertido pero con buen trasfondo que aporta un buen peso de vis cómica en la saga. Isabelle se muestra como una chica superficial, banal y díscola pero con un trasfondo potencial; una versión fémina de Jace a la hora de cautivar al sexo opuesto pero aún así una gran guerrera. Alec, el hermano mayor de Isabelle y el más serio del grupo, con una mentalidad y una rectitud difícil de ablandar, especialmente a lo que respecta a las normas, diametralmente opuesto a Jace pero eso no impide lo unido que están ambos como mejores amigos, hermanos adoptivos y leales compañeros de batalla.
Otros personajes relevantes y que están lejos de ser mozalbetes como los antes citados, están Jocelyn, la madre de Clary, y Luke, amigo de Jocelyn que ha estado cerca de ellas toda la vida y que nuestra protagonista ve en él lo más parecido a una figura paterna más que familiar. También tenemos a Hodge, el tutor de los jóvenes nefilim y la mejor opción que podría tener Clary para encontrar conocimiento e información en su precaria situación. Están presentes otros secundarios de entre los subterráneos, que no mentaré para evitar destripes en este primer libro de la saga; eso sí, tened constante este nombre de otro de mis favoritos de este universo literario: Magnus Bane.
Respecto a Valentine sólo diré que es un personaje que cumple muy bien su rol pero tiene el punto añadido a su favor de que su papel está lejos, al menos para mí, de ser típico o estereotipado.

Como dije, el desarrollo de la historia es bastante bueno, un camino argumental entretenido que poco a poco nos prepara para las grandes revelaciones de sus capítulos finales, cuyo desenlace abierto deja muchas expectativas y ganas de seguir leyendo más. La autora sabe muy bien como ganarse al lector, al menos a mí me ganó. Este primer libro es un punto de partida estupendo, con una historia prometedora y un mundo con muchas posibilidades que irá madurando capítulo tras capítulo, y siempre irán bien de la mano y bastante equilibradas tanto la trama más seria relevante a los cazadores de sombras y todo lo que amenace la seguridad de los mundanos como las vidas personales (y por supuesto sentimentales) de sus personajes. Personalmente este libro te puede dejar más claro si te gustará o no esta saga, aunque recomendaría leer la continuación, Ciudad de Ceniza, para determinar si acabas odiando o amando el universo creado por Cassandra Clare.

Sobre la portada, me atrajo mucho desde la primera vez que la vi y es un buen reclamo que cumple su misión; todas las cubiertas de la saga son un dulce para la vista. Curiosamente en la edición española se utilizó el diseño de Ciudad de Ceniza de la original americana, en la cual aparece Clary, dejando la original de Ciudad de Hueso (en la que aparece Jace) para el segundo de la saga para la edición española.

En agosto de 2013 saltó a la gran pantalla, una adaptación que se auguraba prometedora y aceptable, aunque mi intuición no fue del todo desencaminada en cuanto a la manga bastante ancha en el guión con respecto a la historia original de Cassandra Clare. Una película entretenida pero que no estuvo a la altura de esta estupenda lectura para quienes les apasionen este tipo de historias (espero próximamente compartir mi opinión de dicha adaptación).

Conclusión: Una saga que merece al menos darle una oportunidad con este libro que la inicia. Dentro de la temática de vanguardia entre jóvenes (y no tan jóvenes), pero con algo especial en sus personajes, su historia en sí y el modo de narrarla. ¿Estás dispuest@ a grabarte la Runa que te permita entrar al universo de Cazadores de Sombras? Yo te animo a hacerlo sin miedo al escozor de la estela marcando y quemando tu piel de lector.


Mi valoración global: 5/5


miércoles, 5 de noviembre de 2014

Crítica personal: Nubes de Ketchup

Título: Nubes de Ketchup
Título original: Ketchup Clouds
Autora: Annabel Pitcher
Editado en España por: alevosía

Sinopsis:

Zoe es una chica inglesa de quince años que oculta un terrible secreto. Llena de angustia pero también con buenas dosis de humor, Zoe comenzará a escribir cartas a Stuart Harris, un asesino encerrado en el corredor de la muerte de una prisión de Texas. Piensa que solo alguien así, marcado al igual que ella por el secreto, la mentira y el asesinato, va a poder comprenderla…

Bolígrafo en mano, Zoe respira profundamente y comenzará un relato de amor y traición.

Crítica personal (puede haber spoilers):

La vida de Zoe es corriente, con sus sueños y sus ganas de vivir una adolescencia como la de los demás. Al menos, así era la línea corriente que seguía antes de que todo empezara a cambiar, drásticamente y para siempre, a partir de la noche que fue con su amiga Lauren a la fiesta que organizó un compañero de instituto en su casa. Aquello habría sido el típico momento desinhibido de esa edad destinado a reír, bailar y beber un poco hasta pillar ese “puntillo” de embriaguez… de no haberse cruzado con aquel chico desconocido (al que apoda Ojos Castaños en sus adentros al desconocer su nombre) y, más tarde, interactuar esa noche mejor y a solas con Max, el anfitrión.
Los encuentros de Zoe con ambos chicos se producirán, casualidades que cumplen el guión fijado por el caprichoso azar (y de la autora), evolucionando cada una de estas interacciones por su lado y a su ritmo, sin ser ella consciente de lo juntas que podrían estar esas líneas paralelas en el horizonte, ni mucho menos ese desenlace del que es parte crucial.
Un año después, en el presente de la historia, Zoe está marcada por un secreto horrible e inconfesable que la carcome por dentro. Además, no la ayuda mucho el ambiente algo más complicado en su casa, encabezado por el hecho que su padre acabara desempleado, con las consecuentes tensiones entre éste y su madre frente al decible de la economía familiar.
Por todo ello, y ante la falta de alguien en su entorno que pueda entenderla para compartir ese secreto en busca de mitigar ese peso que la asfixia día sí, día también, decide desahogarse con quien sí sería capaz: un asesino sentenciado a muerte. Y a partir de una correspondencia unidireccional, al amparo del anonimato bajo un nombre falso y sin facilitar señas exactas de su residencia en el remite, Zoe encontrará en cada carta un pequeño remanso de paz.
Encauzará a Stuart (y al lector) en su historia a dos aguas, en la cual el amor y el desamor tienen un peso primordial: por un lado, los antecedentes del secreto en cuestión, desde la fiesta a la que asiste hasta la culminación de ese hecho que la atormenta un año después, pasando por todo lo que sucede entre un punto y otro; además, expondrá lo que sucede en el presente, incapaz de llamar vida a su día a día por los sentimientos que pesan sobre sí misma, sin ayudarle la precariedad de su entorno y que el aniversario de ese hecho (un enigma en sus primeras cartas y que no se esclarecerá hasta que sendos puntos estén más próximos entre sí) hace avivar con mayor candencia los fantasmas que la acosan.

Ante todo, Nubes de Ketchup es una novela romántica juvenil en lo más intrínsico de su agria naturaleza, aunque me resultó un tanto atípica, distinta de otras que he conocido; por más tragedia o desamor retorciéndose en su danza con lo dulce y apasionado. En términos generales, fue de mi agrado en gran medida y superó mis expectativas iniciales. Concebida con un bien calculado equilibro entre, por un lado, lo cruento que acarrea el asunto que atormenta a su protagonista y narradora, y por otro, como la protagonista-narradora lo trata de sobrellevar con cierto humor ácido y mordaz tanto su momento actual como rememorar el pasado con bolígrafo en mano.
La historia es una sucesión de cartas escritas por la protagonista, con algún dibujo que otro en esta correspondencia con aquel sentenciado que eligió ella misma como su confidente. Sus líneas destilan lo visceral del tormento de “Zoe”, que a medida que pasan las misivas que envía se irá esclareciéndose el asunto en cuestión, que comienza al conocer a dos dichos en aquella fiesta. Pero no cae en una senda de drama y autocompasión como cabría esperar, gracias a la personalidad de Zoe, que desarrolla su propio método de defensa ante lo que le carcome la moral, con el fin de por lo menos no hundirse con todo ese peso tan titánico para una chica tan joven.

El estilo de Annabel Pithcer me resultó atractivo cuando empecé esta lectura. Considero acertado su enfoque a la hora de meter al lector con realismo en la piel y la mente y los sentimientos de una adolescente, desnudando cada capa de las emociones afloradas por el secreto que atesora en las sombras de su alma, así como la forma con la que Zoe trata de hacerlo frente y sobrellevarlo.
Igualmente, a pesar de que nos narra en cada carta, de forma paralela y alterna, tanto el presente como ese pasado no muy lejano que va acercándose expectante al momento actual, consigue que ambos hilos de la historia caminen a la par en equilibrio, sin confundir al lector ni dejando que se enfríe lo más mínimo ambas partes de la memoria del lector.
                                                                                            
Zoe es la mayor de tres hermanas, lista, avispada e ingeniosa, además de apasionada de la lectura y la escritura. Un año antes de iniciar su peculiar correspondencia, no se diferencia en su comienzo de cualquier otra joven como ella en plena adolescencia, pero ella misma experimentará grandes cambios de manera progresiva a partir de aquella fiesta a la que acude, en gran mayoría para mal pero en parte para bien, de todo lo que le ocurre. Sondará las sensaciones que toda chica a su edad aspira conocer con vehemencia, a la vez que su inocencia se verá dañada, y en buena parte mutilada de cuajo, más allá de lo que podría esperarse en esos primeros pasos hacia la edad adulta. La inexperiencia y los arrebatos de la juventud, junto al abrumante libre albedrío de un corazón que empieza a conocer los entresijos del amor y los coqueteos propios de la edad, jugarán caprichosamente en Zoe, y todo ello la mermará y fortalecerá a la par en distintos aspectos, llevándola a desnudar su alma a un desconocido en busca de verdadera empatía y un remanso de paz, en un intento quizás desesperado de abrazar algo de expiación.
Sobre Max y el chico de los ojos castaños (que más tarde descubriremos su nombre), consiguen calar en la vida y las emociones de Zoe a pesar de lo diametralmente opuestos que son sus personalidades, a pesar de lo similares que el lector irá descubriendo que son. El primero es el típico chaval que atrae las miradas de las chicas del instituto y la admiración en un buen número de compañeros del mismo sexo, por lo díscolo, atrevido, bravucón y zángano de su carácter, aunque objetivamente es un joven que lo mejor que saber hacer es sonar, con una seguridad en sí mismo que es más bien una apariencia; creo que lo que más consigue de sí para atraer a Zoe es su labia y su forma de incitarla moviendo los hilos adecuados, surgiendo entre ellos un vínculo tan magnético que entrechoca a la par. En cambio, el otro muchacho, escasos años mayor que los otros dos vértices de este triángulo, rebosa madurez y sensatez, comedido pero sin ser por ello insípido, con una mentalidad y una visión de las cosas que conecte con Zoe en armoniosa naturalidad.
No son demasiados personajes más allá de este trío principal con notable presencia en la trama. La familia de Zoe a más destacar; un padre flexible que ha perdido su trabajo y que mantiene casi constantes choques con su esposa; una madre llena de buenas intensiones pero que sobreprotege y disciplina concienzudamente a sus tres hijas, en especial a Dot tras la pérdida de la capacidad auditiva de ésta siendo un bebé; Shopie parece concebida para cumplir el estereotipado rol de “hijo de en medio”; y Dot, la pequeña de las tres, no parece entristecerla demasiado el hecho de no poder oír y tener que hablar con signos, porque este personaje que me resultó encantador parece conformarse con querer a su familia, con un especial cariño por la protagonista (además, esta pequeña es una gran fuente de ocurrencias que podríamos encontrarnos de voz de los más inocentes e inconscientes que nos rodean).
                                                       
Lauren es la mejor amiga de Zoe, que cae precisamente en el arquetipo de “mejor amiga”; pero que aún así no es lo suficiente estrecho el vínculo de confidencia entre ambas para que la protagonista comparta con ella su más turbio e inconfesable secreto. Su aportación es puntual pero correcta, cumpliendo bien su papel.
Sandra la iremos conociendo poco a poco a medida que avanzan las cartas, una mujer que de un año a otro sufre un cambio rotundo, pues la pérdida que sufre es de un calibre sólo comprensible por una mujer en su misma situación. Precisamente, la autora nos muestra con este personaje lo turbia que puede ser la objetividad, así como podemos idealizar nuestros recuerdos a raíz de esa pena que se convierte en un tumor imposible de extirpar que la arrastra a un maremoto de autocompasión difícil de escapar de sus constantes vueltas.
Y finalmente Stuart… ¿Es un verdadero personaje? No son muchos datos sobre él que entrevemos entre las líneas de la correspondencia unidireccional de Zoe, pero a pesar de ser un ser “invisible y mudo” es nuestra puerta abierta a la cruda historia de ella y a los engranajes más recónditos de su corazón y su conciencia.

La trama, en general, es de las que mantienen en vilo, con distintos focos de interés circundando al argumento central, esclareciendo no sólo el secreto de Zoe, sino también otros tantos del mundo cotidiano que la circunda. La incertidumbre parece constante para el lector, sin dejar claro quien será al final la “víctima” de Zoe, a medida que conocemos presente y pasado a la par, cada hecho de su día a día, todo aquello que regalará comprensión del todo con cada gota vertida.
Y respecto a su final, fue muy de mi agrado, pero no terminó de cuajarme; quizás esperaba otra cosa. A medida que nos acercamos a las últimas misivas, mascamos esa tragedia del pasado que se ve venir de lejos pero sin llegar a tenerlo claro por entero hasta que cae por su propio peso; a la par, vemos como “termina” este asunto en el presente con las últimas líneas de Zoe para Stuart.
Pero a pesar de que el desenlace no me regaló una satisfacción plena, fue una lectura enriquecedora que logró agradarme mucho.

Conclusión: Nubes de Ketchup es cruda pero amena, fresca y ácida en cantidades parejas, con el romanticismo intenso que lleva la adolescencia, pero por unos caminos poco frecuentes por azares del caprichoso destino. Un generoso número de cartas que nos hace entender ciertos casos que no son blancos o negros por entero, incluido el hecho de arrebatarle la vida a otra persona, un camino de papel y tinta que la protagonista recorre en su intento de encontrar desahogo y su propia salvación.

Mi valoración global: 4,5/5