Título: Cómo Seducir a un
Hetero
Autor: Diego Manuel Béjar
Editado en España por:
Stonewall
Sinopsis:
¿Qué gay no ha se enamorado de un
hetero? Eso es lo que le pasa a nuestro impulsivo protagonista, obsesionado con
el quiosquero de su barrio. Lo que en un primer momento es un inocente juego
toma otro cariz cuando se le presenta la oportunidad de compartir piso con el
objeto de su deseo. Antes de que pueda darse cuenta, se verá involucrando a sus
amigos en toda una aventura. Ese tórrido verano en Madrid cambiará su vida.
Cómo seducir a un hetero es una
entretenida comedia romántica basada en hechos reales. Cargada de ironía, nos
lleva a reflexionar sobre nuestras relaciones y nuestras metas.
Crítica
personal (puede haber spoilers):
Obra no recomendada para menores de 16 años
La verdad, hacía tiempo que quería estrenarme con este género literario
que, desgraciadamente, acaba más bien en la sombra de las inquietudes
literarias en general; y finalmente me he lanzado con esta novela de título tan
singular. Francamente, fue bastante mejor de lo que podría haberme imaginado a
priori.
Tenemos a un protagonista que cae prendado de un quiosquero próximo a su
residencia, un flechado certero, al menos en lo físico. Al principio es un
enamoramiento sin malicia que no va más allá de las fantasías y los deseos
febriles en la intimidad; pero las voraces ansias de nuestro protagonista no
parecen conocer límites, sin contentarse con sólo verle con la excusa de
comprarle coleccionables por doquier con tal de verle con regularidad. A medida
que va grabándose a fuego todos los registros sensoriales posibles de Jorge, el
interpelado, nuestro protagonista irá acercándose poco a poco a él con más
acecho, hasta el punto de presentarse, como caída del cielo, la oportunidad de
compartir piso con él.
Una telaraña de mentiras, al comienzo piadosas, arrastrarán al
protagonista en su búsqueda de estar más cerca de Jorge, de conocerle más allá
del superficial e insustancial protocolo entre quiosquero y cliente, más allá
de esa envoltura corpórea que espolea con ansias su testosterona, de tratar de
buscar un resquicio que le brinde ser correspondido a los sentimientos que le
profesa en secreto, o al menos poder darse un “buen homenaje” en la cama con
él. Hasta tal punto le llevará su fascinación y sus intentos de cortejo, que
salpicará con estas mentiras y pantomimas a otras personas, como por ejemplo
Sebas, su mejor amigo y antigua pareja.
Lo que no sabe nuestro protagonista es lo delicada que es la línea entre
el ideal y la realidad, y lo contrapuestas que pueden ser. Sabrá, entre la
rabia y el placer superfluo, que hay que tener cuidado con lo que se pueda
desear, y más si quiere conquistar a alguien que no juega en tu mismo equipo…
Cómo Seducir a un Hetero fue
una lectura bastante atípica para mí, en cierto grado impactante por sus
peculiaridades, con una facilidad por parte del autor de enredar al lector en
tantísimas emociones y en diferentes situaciones en ese periplo tan singular
del protagonista.
Ya de antemano, nos deja claro en el preámbulo (con desparpajo ácido y
certera exposición) que está basado en hechos reales del propio autor (quien él
mismo es el protagonista de la novela, aunque nunca manifiesta en sus páginas
su nombre, ni real ni modificado como suele ser en este tipo de narrativa);
lógicamente, tiene que haber sus pinceladas y cambios para dar mayor interés a
la materia prima que es la vivencia personal que modeló para crearla.
Así pues, sumándose la exposición en primera persona por parte del
autor/protagonista al grado de veracidad que este aporta, tenemos una obra
potencialmente visceral. Esta novela le caracteriza por situaciones preñadas de
un humor más bien gamberro, tan certero, a veces muy directo, pero también
posee pasajes un tanto perturbadores, que incluso pueden llegar ser tan
deprimentemente reales como maliciosamente sarcásticos.
Además de lo que trata la trama en sí, en Cómo Seducir a un Hetero me topé con ironía en estado puro en
tantos aspectos, empezando por el entorno LGTB (creo que engrandece al autor el
hecho de reírse de uno mismo para poder reírse de los demás con todas las de la
ley). En algún momento que otro me ha dado que reflexionar un poco entre tanta
sátira desinhibida.
El estilo de Diego Manuel Béjar fue, simplemente,
bastante atípico para mí en varios aspectos. Su escritura es bien cuidada,
sencilla y profunda a un mismo tiempo. Con un trazo muy canalla y mordaz
capítulo tras capítulo que se suma para concebir una historia interesante a la
par que amena, siendo bastante fácil de leer. Su prosa rezuma libertad hasta
tan punto que, literalmente, no tiene pelos en la lengua ni pudor (pero sin
caer en algo sumamente explícito y vulgar) a pesar de ser comedido en su justa
medida.
Nuestro protagonista es, claro está, homosexual,
descrito como un hombre normal más bien del grupo “bears” según el argot; algo
que en buena parte le ayuda a no pregonar por sí mismo su orientación sexual
ante el foco de su interés. No es un mal tipo, pero tampoco es un santurrón,
simplemente muy humano. Un ejemplar más de la selva gay de Madrid, y como
hombre, también tiene sus apetencias por la carne, que sumado al enamoramiento
desmedido e idealizado al que se agarra desesperadamente como una lapa tenemos
como resultado un personaje muy vívido y un tanto caótico en ciertos aspectos.
Ciertamente, uno puede llegar fácilmente a reírse con (y de) él a raíz de las
desventuras, penurias y enredos que le llevará su afán; he llegado a empatizar
bastante con este peculiar protagonista, sin olvidar algún momento de censura propia
a ciertas acciones suyas o poner los ojos en blanco algún momento ante el
desespero de sus ardides de amor.
Otro personaje destacable es Sebas, el mejor amigo del
protagonista, un tipo de relación poco frecuente de tener con quienes hayan
sido tu pareja en el pasado. Un joven alocado (en muchos sentidos del adjetivo)
completamente desinhibido, de vida bastante alegre en sus relaciones con los
hombres en general. El capricho del corazón de su ex y amigo le empapará
bastante, pero a la hora de la verdad cumplirá bien su papel de buen amigo; a
la par que conoceremos mejor lo más intrínsico de este personaje con cierto
potencial tras su carácter brioso y efervescente, al igual que sondaremos las
diferente facetas de su relación con el protagonista, tanto presente como
pasada. Posiblemente un personaje que disfruté leyéndolo.
Jorge, a ojos del autor/protagonista/narrador, es el
ideal de macho ibérico por así decirlo, más bien alejado del cano de belleza
masculina más frecuente en estos tiempos. Para nada lampiño, de rostro varonil,
buen cuerpo pero claramente natural, curtido por trabajo y no por horas diarias
en un gimnasio o siguiendo una rigurosa dieta. Es un personaje que vamos
conociendo a la par que el protagonista lo hace a medida que se estrecha la interacción
y la relación entre ambos. Considero que el autor, a todas luces, ha reflejado
mucho en Jorge la actitud más estereotipada aunque bastante real del tipo de
hombre heterosexual al que vemos pertenecer este quiosquero. En general, me
resultó bastante banal, incluso vulgar, con una capacidad tan limitada poco más
allá de su lívido.
Estos tres son, a fin de cuentas, los personajes que
más relevancia tiene la obra, habiendo unos pocos más que cumplen su puntual
papel que aportan consistencia y solidez a esta historia ligera. Entre estos,
destacaría a Nando, el último ex del protagonista, que la verdad esperaba algo
más de éste para enriquecer la trama pero resulta poco aprovechado como
elemento; quizás es que en el hecho real tampoco es que aportara mucho más a la
hora de convertirlo en novela.
Uno de los mayores atractivos de este libro son las
ilustraciones que preceden a cada capítulo, obra de Gabriel Antille para esta
novela. Cada una las cuales refleja acontecimientos que no tardarán en ser
leídos por el lector, que además nos ayudará no sólo a ver mejor la
escenificación de los hechos Cómo Seducir
a un Hetero, sino también a tener una imagen más nítida de sus personajes.
Sin duda, un complemento acertado para enriquecer esta edición sencilla pero elegante.
La historia, en general, me gustó. Realidad y ficción bastante
balanceadas, con un desarrollo que no me ha dejado indiferente, a lo largo de
momentos cómicos, disparatados, desesperados, impactantes y virulentos por
doquier. Aunque hubo elemento que, para mi gusto personal, podrían haberse
explotado más que otros; puede que el autor hiciera todo lo posible sin variar
demasiado la base verídica de la trama.
Su final me agradó, simplemente. Por un lado, resulta muy precipitado y
crudo, hasta el punto de dejarme estupefacto el momento más crucial de esta
novela. Y su último capítulo puede resultar algo incierto y especulativo,
posiblemente esperanzador a su vez según la visión de cada lector. Que su
desenlace llegue tajante puede ser algo muy bueno en muchos casos, pero creo
que fue un tanto abrupto y que podría haberlo estirado un poco antes de que el
final cayera por su titánico peso.
Personalmente, no me extrañaría que algún director se interese por llevar
este manuscrito a la gran pantalla, puedes Cómo
Seducir a un Hetero es, en verdad, materia prima potencial para el cine
español. Ya los comentarios de otros escritores en la contracubierta lo especulan;
incluso el propio Diego Béjar deja caer en sus páginas bastante en broma, pero
ahí lo deja caer por si cuela… Tiempo al tiempo.
Conclusión: Una comedia divertida, pero también cruda en su justa
medida, que no puedes dejar escapar si consideras tu mente lo suficiente
abierta para ver como un ejemplar asiduo de Chueca se enamora de un hetero,
dispuesto a robarle a San Judas Tadeo el título de “patrón de las causas
imposibles”. Toma con una mano la de nuestro anónimo protagonista y con otra la
de Sebas para descubrir como termina este peculiar enredo, pues creo que
puedes, como mínimo, resultarte entretenido, aunque sea para adentrarte en una
narrativa un tanto atípica.
Mi valoración global: 4/5
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