Título: Tales of Phantasia
Tipo: Videojuego
Género: JRPG
Compañía: Namco – Bandai Namco
Plataforma:
Super Nintendo, PlayStation, Game Boy Advance, PlayStation Portable
Crítica
personal (puede haber spoilers, normalmente señalizados):
Primer título de la que se convertiría con el tiempo la saga “Tales of”,
una de las más populares en Japón y que en los últimos años (en estos momentos
aún conmemorándose sus veinte años de actividad) está siendo más conocida y
consolidada en occidente. También es el primero de la saga que sondé gracias a
la versión de GBA que se animó Nintendo a comercializar fuera de su país de
origen. Y puedo decir que es un comienzo de saga más que digno de mención.
La historia, antes de conocer al primero de sus personajes principales, nos
adentra a modo de prólogo la lucha de cuatro héroes desconocidos contra Dhaos,
un malvado hechicero que expandió el terror por todo el mundo de Aselia; y
aunque logran derrotarle, él consigue escapar a través del tiempo. Sin embargo,
Dhaos no contó con que le aguardaran otros cuatro héroes en el futuro al que se
desplaza, quienes lo sellan aprovechando su estado de debilidad mediante dos
colgantes, que son a un mismo tiempo la salvaguarda de su eterno confinamiento
y las llaves que podrían liberarle.
En el momento presente, un joven del pueblo de Totus llamado Cless
(aprendiz de espadachín bajo la tutela de su padre, Miguel) va al bosque a
cazar con su amigo Chester, un experto arquero. Sin embargo, algo empieza a ir
mal cuando avistan humaredas donde se ubica el pueblo; y en su apresurado
regreso lo encuentran arrasado y sus habitantes aniquilados, incluyendo Miguel
y la hermana menor de Chester, además de que Cless halla a su agonizante madre,
quien en sus últimas palabras pide que proteja el colgante que el lleva con él.
El joven espadachín parte en busca de venganza, dejando atrás a Chester
dándoles sepultura a todos asesinados de Totus, no sin antes prometer reencontrarse.
Sin embargo, Cless no tardará en ser apresado por los autores de la masacre,
aunque conseguirá escapar con Mint, una aprendiz de curandera que también fue
capturada; y sendos jóvenes serán socorridos y refugiados por un hombre llamado
Morrison, en cuya casa también se encuentran con Chester.
Poco después, los cuatro se encaminan a unas catacumbas cercanas siguiendo
los pasos del autor de tantas calamidades, que incluye la de Totus: Mars
Uldole, un hombre sediento de poder que descubrió la existencia de Dhaos y del
confinamiento del mismo en esas catacumbas. Este desalmado andaba buscando los
colgantes que lo sellaban, que estaban en poder de Cless y Mint; revelando a su
vez que los padres de él, la madre de ella y el propio Morrison fueron esos
cuatro héroes que lo sellaron años atrás. Y por más que Cless y sus compañeros
intenten evitarlo, Mars rompe el sello que apresaba a Dhaos, quien elimina a su
liberador nada más salir de su prisión y dispuesto a hacer lo propio con los
demás presentes en venganza a los autores de su confinamiento.
Morrison sentencia que están acabados, porque el poder de las armas no
bastan para derrotar a Dhaos. La única solución que él encuentra es enviar a
Cless y a Mint cien años atrás en el tiempo con una magia inverosímil legada
por sus ascendentes, a la época en la que el propio Dhaos sembraba el terror
por el mundo, donde la magia aún estaba presente en sus vidas; con el fin de
aprender del Dhaos de aquella época y descubrir como derrotarle.
Será entonces cuando Cless y Mint viajarán a esa época, con esa magia de
los elfos tan desconocida para los dos, donde la magia divina que domina la
joven curandera sorprende a los habitantes del siglo anterior. Vivirán una
intensa y ardua aventura de cotas épicas por los senderos del tiempo, conocerán
a mucha gente, a nuevos amigos como Klarth y Arche, y a su vez aprenderán no
sólo de Dhaos, sino también de ellos mismos, del mundo en el que viven y de la
vida en general.
Tales of Phantasia es un RPG de
los de siempre, de espada y magia en estado puro, con una marca indiscutible
que la cataloga de ser una historia épica de esas que más de uno habrá soñado
alguna vez en ser el héroe. Pero quienes conocen la saga sabrán que no es
simplemente viajar en el tiempo y vencer al hechicero “malo maloso” (aunque en
este caso el antagonista resulta demasiado guaperas para ser el típico dentro
del patrón habitual); y el encajar con armonía diversos temas de reflexión
entre cada tramo de la historia se convierte en un modo operandi propio de Namco.
El valor de preservar la naturaleza y sus recursos, el uso perjudicial de
técnicas y energías que producen daños colaterales para el mundo, los
prejuicios raciales, o lo difusa que puede ser la percepción extrema del bien y
el mal son ejemplos tratados a lo largo de la aventura en la que se embarcan
Cless y sus compañeros; un periplo con una misión ardua de afrontar y titánica
de llevar a buen puerto, donde vivirán crudezas que espolearán su impotencia,
pero que no restarán partes que les avivarán la esperanza, que le roben
sonrisas de optimismo o que el hielo de la tensión se caldee con situaciones
divertidas que pueden llegar a ser un desternillante bálsamo para los jóvenes
que empujan el destino de mundo (tanto el pasado, como el presente e incluso el
futuro).
Aquí tenemos bastante presente la mítica y clásica raza de los elfos tan
común en RPGs de este corte, una raza que se vuelve mucho más mística si
pensamos por qué en la época de Cless no todo el mundo tiene constancia de
ellos pero que cien años atrás eran tan presentes como la propia humanidad.
Esta raza cumple varios papeles relevantes en el juego, aunque el principal es
justificar ese fruto de sus relaciones con los humanos que son los semielfos
como Arche (y todo el juego que puede explotarse a nivel de historia este
mestizaje y las relaciones entre ambas razas), y que en consecuencia los
humanos con legado élfico puedan usar magia aunque su poder vaya perdiendo
intensidad cuanto más acentuada es la herencia humana en su sangre. La raza de
los elfos es poco explotada en la saga, estando de nuevo presente sólo en Tales of Symphonia hasta la fecha
actual.
Y como suele ser, de la mano con los elfos y la magia el maná cuenta como
tercer vértice en esta relación, la definición habitual para referirse a la
energía vital que impregna el mundo y que sin el maná la magia no sería tal; y
este concepto de fuente de vida está también presente en diversos títulos de la
franquicia.
Además está el miasma, el cual aparece en muchos otros juegos de la saga.
Esta sustancia gaseosa es extremadamente nociva y mortal para la vida, como una
contrapartida del maná. En el caso de Tales
of Phantasia, proviene de las profundidades del infierno bajo Aselia
También encontramos el factor romántico, normalmente tan menospreciado en
los RPGs más clásicos, aunque bastante soterrado por todo lo demás que conlleva
este juego. Algunos personajes desarrollarán pequeños acercamientos
sentimentales entre sí, algunos un poco previsibles y otros que tampoco llegué
a preveer hasta que se ven más de cerca.
En general, la historia del juego hasta su final me gustó mucho,
recordándome a otros juegos de corte similar que me cautivaron (como los
capítulos cuarto y noveno de la saga Final Fantasy) pero que en esta ocasión he
podido conectar y empatizar con mayor firmeza. Una historia madura pero amena
tras su aspecto simple, donde no todo es blanco o negro. Emociona, hace reír, y
sobre todo te hace elucubrar diversos temas.
Pero por otra parte, incluso habiéndomelo jugado un par de veces de
principio a fin años atrás, encuentro partes que me producen cierta confusión
debido a la complejidad de las paradojas espacio-temporales, los cambios que
puedan producirse por una intervención futura en el pasado e incluso
anacronismos dentro de la historia del juego; cosas de las que no se salva todo
lo que toque el tema de los viajes en el tiempo. Y del mismo modo, no me
cuajaba del todo que en un margen de un siglo en la era de Cless no tuvieran
constancia real de la existencia de los elfos y la magia de estos que no existe
en ese presente, y que a su vez la magia divina capaz de sanar que domina Mint
(siendo algo normal los curanderos, como su madre) sea sorprendente para los
que viven en la época de Kralth y Arche; cien años son, desde mi criterio, muy
pocos para diluir de la memoria de un mundo entero algo que normal del pasado y
que surgiera de pronto algo distinto desconocido en el pasado, que sería más
coherente para mí que hubiera sido un milenio en vez de un siglo.
Por lo demás, Tales of Phantasia
me enamoró a partes iguales como jugador y como persona que le gusta sondar una
historia interesante. Y este sentimiento ha permanecido en esta línea a medida
que otros títulos de esta saga fueron pasando por mis manos a través del mando
de una consola; naciendo a partir de esta experiencia un nuevo cariño que sigue
manteniéndose cálido para compensar que Final Fantasy, otro de mis grandes
mitos de este género de videojuegos, empezase a caer (desde mi criterio propio,
quiero recalcar) en una degradación a lo largo de esta última década,
alejándose de esa magia que me había gustado siempre.
Para los que no sean apasionados de los videojuegos y/o de este género en
concreto, pero sí disfrutan de la animación nipona y sienten curiosidad por
esta historia, siempre pueden darle una oportunidad a Tales of Phantasia: The Animation, una miniserie de cuatro
capítulos que condesa, resume y adapta la trama del juego (no disponible en doblaje
castellano, pero fácil de visualizar o descargar desde Internet subtitulados
por fans). La calidad de animación es bastante buena teniendo en cuenta el año
en que se realizó; pero el mayor punto negativo es que está demasiado adaptado,
resumido y condensado hasta el punto de convertirse más bien un producto para
los que lo hayan jugado, porque omite muchas cosas importantes y pasan a hechos
más destacables y avanzados. Ya en el primer capítulo empieza con la liberación
de Dhaos en el presente y un rápido envío de Cless y Mint al pasado, para luego
visualizarse uno de los puntos más álgidos de la trama en el pasado, con Kralth
y Arche más que integrados en el grupo y omitiéndose un buen trozo de los
acontecimientos originales; y del comienzo de la historia no se presencia nada,
salvo por recuerdos y escenas retrospectivas que pueden resultar incoherentes
para quienes no hayan conocido a fondo el juego, e igualmente menguando mucho
la riqueza de personalidad y evolución de su elenco. Aún así, esta pequeña
animación cumple su cometido de entretener con muchísimo acierto.
Sobre su jugabilidad, teniendo en cuenta el año que salió por primera
vez, resulta muy típica de los RPGs de la época. Exploración de ciudades y
mazmorras, con desplazamiento a dos ritmos: caminar o correr; siendo más útil
la primera en diversas situaciones y la otra para agilizar la exploración
aunque aumenta ligeramente la aparición de enemigos en los mapas donde puedan
ocasionarse encuentros. Y como todo RPG clásico, los combates son aleatorios
cuando te desplazas por el mapamundi y en las mazmorras, dando lugar en ese
momento a la habitual pantalla de carga con efecto visual para cambiar a las de
los combates; habiendo la opción de usar botellas sagradas (que reducen un poco
el encuentro de enemigos) o botellas negras (que aumentan los encuentros).
Su sistema de batalla se conoce como Linear Motion Battle System. A
diferencia de otros RPGs que solían ser por turnos, en Tales of Phantasia es tiempo real, en un escenario bidimensional
con desplazamientos a derecha e izquierda dentro de los límites del campo de
batalla, y para huir basta con controlar un personaje y pegarlo a uno de los
extremos hasta que se cargue el tiempo necesario. Cada personaje tiene PG
(Puntos de Golpe, HP en el original) que son su estado de vida, con cada ataque
que reciba la cifra bajará, y en cuando llegue a 0 muere (su fantasma aparecerá
en su lugar), y por otro lado están los PT (Puntos de Técnicas, TP en el
original) que son necesarios para ejecutar las habilidades especiales (llamadas
Artes), si la cantidad de estos bajan demasiado, no podrá realizarlas hasta que
se restauren; mediante artes, objetos, preparando comida o descansando en una
posada se pueden restablecer PG y PT, al igual que devolver a un personaje
caído. Al final de cada combate todos los personajes (salvo los que estén
muertos) reciben experiencia y recuperan una pequeña cantidad de PT, además de
dinero que resulta crucial para comprar equipamiento mejor para los personajes,
remedios e ingredientes para cocinar, además de dormir en las posadas.
Por norma, el jugador se encarga de controlar al personaje que prefiera
(normalmente, por lógica y por defecto, Cless), o dejar a todos en modo auto y
actúen según el básico sistema de estrategias. También puedes dejar a otros
personajes sin hacer nada poniéndolos en manual, pero esta opción es poco
recomendable.
El menú de combate, el sistema de variar modo Automático o Manual, así
como las funciones de Estrategia y Formación, son de esos elementos de la saga
que perduran, cambiando en mayor o menor medida y en general se mejoran con
cada nuevo “Tales of”.
Tales of Phanstasia instaura
otros tantos elementos que vuelven a aparecer en juegos posteriores,
lógicamente con cambios para mejorar y/o variar la calidad del juego.
Un ejemplo es un objeto que aparece desde casi el comienzo: el Anillo
Encantado (o Anillo del Hechicero, según la traducción), que está presente en
más de la mitad de los títulos de la serie; en este caso, su función se limita
en lanzar una pequeña bola de fuego que te permite golpear o alcanzar diversos
objetos o puntos que son inaccesibles de manera directa para el personaje controlable,
siendo completamente necesario para proseguir el avance.
Otro clásico de la saga que se introduce aquí es el tema de la comida.
Desde casi el comienzo sabremos una receta, que con los ingredientes
específicos podremos preparar un plato que restaurará PG y/o PT a todo el
equipo fuera de los combates. A medida que avanzamos podremos incrementar el
recetario con platos de diversos efectos, en su mayoría gracias al Chef
Maravilla (personaje que hace aquí su primera aparición, aunque será en
posteriores donde la simple base con la que se creó mejorará drásticamente) que
encontraremos en la práctica totalidad de pueblos y ciudades; pero habrá
algunas recetas que habrá que investigar bastante más para aprenderlas. El
nivel de cocina de cada personaje se aprecia en el correspondiente menú; cada
receta tiene para ellos un determinado números de estrellas que empiezan
vacías, que irán completándose hasta alcanzar la maestría máxima propia a
medida que vaya cocinando ese plato repetidas veces (cuanto más bajo el nivel
de maestría actual, más fácil es que falle la elaboración), y a mayor nivel
mejores efectos tendrá. Nunca está de más que todos mejoren sus dotes
culinarias, aunque es evidente que a unos se les da mejor que a otros (por
ejemplo, Arche es el personaje que se ganaría el calificativo de negada para
los fogones al tener menos estrellas máximas, por el contrario de Mint). No se
puede volver a cocinar hasta que hayas participado en un combate tras elaborar
el actual.
Un elemento que fija una base para la saga son los Títulos.
Cada personaje tiene un determinado número de estos, teniendo uno ya desde el
comienzo de su entrada en escena. Algunos se adquieren al alcanzar un
determinado nivel, otros según eventos y acciones (todos tienen, por ejemplo,
uno que se adquiere al alcanzar la máxima maestría de cocina con todas las
recetas del juego). En realidad, estos Títulos no aportan nada, salvo el afán
de completar esa sección; sin embargo, en futuros títulos estos se vuelven
mucho más útiles.
Otro recurrente en la práctica totalidad de los juegos de las franquicia es el coliseo que podremos encontrar en cierta ciudad. En el caso de Tales of Phantasia, Cless es el único que puede participar; además de que la participación en el mismo es obligada una vez por cuestiones de argumentales. Una pequeña forma de ganar experiencia y premios con el reto añadido de luchar sin el apoyo de tus compañeros y con un limitado juego de objetos curativos que te facilitan antes de entrar en la arena (sin poder usar los que llevas en tu propio inventario). Este primer coliseo afianzará y dará base a los que aparecen en el resto de la saga, convirtiéndose en pequeños retos con su recompensa correspondiente.
Otro recurrente en la práctica totalidad de los juegos de las franquicia es el coliseo que podremos encontrar en cierta ciudad. En el caso de Tales of Phantasia, Cless es el único que puede participar; además de que la participación en el mismo es obligada una vez por cuestiones de argumentales. Una pequeña forma de ganar experiencia y premios con el reto añadido de luchar sin el apoyo de tus compañeros y con un limitado juego de objetos curativos que te facilitan antes de entrar en la arena (sin poder usar los que llevas en tu propio inventario). Este primer coliseo afianzará y dará base a los que aparecen en el resto de la saga, convirtiéndose en pequeños retos con su recompensa correspondiente.
Los minijuegos no podían faltar, como todo RPG que se precie de serlo. Uno
de los más carismáticos (y que llegará un punto que no podrás jugar a partir de
cierto punto del juego) es el Ishitori, que consiste en ir cogiendo un
determinado número de piedras de un jarrón por turnos, y no siempre hay el
mismo número de piedras totales cada vez que juegas; pierde el que se quede sin
piedras para coger, y cada vez que ganes el maestro del Ishitori este te dará el
mejor objeto curativo del juego. Luego hay otro que consiste en recorrer una
ciudad del juego en menos de un determinado tiempo y siguiendo un recorrido del
que no puedes desviarte; de superarlo con éxito cada vez te darán a elegir si
quieres un objeto usable o un arma entre otros. Estos dos minijuegos son
verdaderos suplicios para más de uno (me incluyo), pero necesarios de hacer si
quieres completar el juego al cien por cien (la primera vez que ganes cada uno
de estos minijuegos recibes además un título para Cless). Pero para los más
mañosos y avispados será una buena forma de pasar un rato entre avance y avance
en el juego o para romper la monotonía de esos momentos típicos en los RPGs de estar
librando combates para conseguir dinero y subir de nivel a los personajes.
Con respecto al elenco, que me centraré en los que son los héroes de esta
historia y hablaré a la par de sus personalidades y sus roles en los combates,
me resultó un grupo heterogéneo, equilibrado y bastante variopinto. Los
distintos caracteres se solapan, y se les ve pasar por distintos estados en
diversas escenas que empujan sus desarrollos y les brinda interés.
Son muchos personajes más que participan en la historia, como Morrison, o
los elfos Lungdrom y Brambert (este último incluso se une temporalmente al
grupo, visible desde el menú principal como el resto pero sin participar en los
posibles combates durante el tiempo en el que permanezca con ellos), pero a
quien nombraré ahora para terminar será el propio Dhaos.
Para cerrar esta reseña (lo sé, se me ha quedado un pelín larga, no es tan
fácil teniendo que tratar la historia y la jugabilidad del mismo) algunas curiosidades
y varios datos interesantes:
-
El diseño de personajes corrió a cargo de Kosuke
Fujishima, autor de mangas como Estás
Arrestado, Ah Mi Diosa y Sakura Wars. Tras adjudicarse como
diseñador fundador, ha repetido la tarea en varias ocasiones.
-
Los sprites de los personajes en su primera aparición en
Super Nintendo no guardan demasiada parecido con los diseños de Fujishima, pero
a partir de la versión de PlayStation se volvieron cien por cien fieles a las
ilustraciones originales.
-
En la versión original de Super Nintendo sólo podías
controlar a Cless, tampoco tenían los títulos ni la opción de cocinar, y no
había posibilidad de reclutar a Suzu. Chester no disponía de ningún arte en el
juego original (sus TP estaban siempre a cero), limitándose al lanzar de
flechas. El jefe final disponía de dos formas, mientras que en posteriores son
tres. El final también resultó cambiado en pequeños detalles tras su primer
remake.
-
La versión de PlayStation (para muchos canónica sobre
la de Super Nintendo) salió tres años después del original y un año después del
segundo de la saga, Tales of Destiny,
por lo que estéticamente y en el sistema mantienen grandes similitudes. A
partir de esta versión (salvo en la de Game Boy Advance) incluye un opening
animado con su tema musical (“Yume Wa Owarania”), además de algunas voces para
sus personajes (básicamente, el nombre de sus artes al ejecutarlas, gritos de
dolor o ataque, y alguna expresión de victoria). También se añadieron los
famosos skits propios de la saga, los cuales ya estaban presentes a partir del
título que le sucedió. Por otro lado, en el coliseo se tendrá oportunidad de enfrentarte a un nuevo contrincante duro de roer: Lilith (hermana del protagonista principal de Tales of Destiny, que por entonces era un personaje meramente argumental pero que en sus posteriores remakes se vuelve opcional a reclutar como acabó ocurriendo en este juego con Suzu).
-
La versión para PSP (Tales of Phantasia: Full Voices Edition) cambia en gran medida la
estética respecto a las anteriores (menos desproporcionados y más similares al
estilo de Tales of Eternia), aunque
mantiene su estilo de sprites bidimensionales; además del principal aliciente
que fue la inclusión de voces en la práctica totalidad del juego. También
implanta el sistema de grados muy presente en la mayoría de títulos de “Tales
of”. Posteriormente fue lanzado un remake de esta versión (Tales of Phantasia: Cross Edition), con añadidos varios que
incluyen un nuevo personaje: Rondoline E. Effenberg (Rody); además este es el
único juego de la saga dentro de la línea principal en el que el número de
personajes femeninos rebasan al de los masculinos (que normalmente la
proporción es equilibrada o con ligera superioridad en los varones). Este
remake destaca por implantársele las Artes Místicas tal y como se conocen en la
serie.
-
Tales of
Phantasia tiene una secuela directa, pero que no entra dentro de la línea
de títulos principales como sí sucede con las secuelas de Tales of Destiny y Tales of
Xillia. Su título es Tales of
Phantasia: Narikiri Dungeon y el remake de este Tales of Phantasia: Narikiri Dungeon X, para Game Boy Color y PSP
respectivamente. Esta secuela directa se sitúa ciento cuatro años después de
los acontecimientos del original, a partir de la línea temporal de Cless; está
protagonizada por dos hermanos gemelos, Dio y Mel, a los que se les une todos
los personajes originales tal y como se les conoció en su aventura anterior
(incluyendo Suzu y Rody)
-
Hay evidencias que conectan Tales of Phantasia con Tales
of Symphonia, una vez que se sonda tanto la historia en general y el
desenlace en ambos casos; aunque los mundos de sendos juegos tienen nombres
distintos. Además, ambos son los únicos juegos de la franquicia en cuyos universos
existe la raza de los elfos.
-
Las referencias a la mitología nórdica son abundantes
en el juego.
- La versión para GBA tiene un minijuego llamado “Let’s
go Arche”, disponible cuando tengas guardada una partida completada.
Igualmente, aunque en esta versión no tiene el opening de las versiones de
PlayStation y PSP, si hablas con un perro que encontrarás en una casa
determinada te “cantará” con ladridos el estribillo del mismo.
Conclusión: Tales of Phantasia
es sin duda uno de los mejores inicio de una saga estupenda. Gran historia,
personajes con carisma, un sistema de combates que fue innovador en su tiempo y
la promesa de largas horas de entretenimiento junto a Cless entre las
corrientes del tiempo. Si te gustan los juegos de RPG, y si además tiene estética
de animación japonesa, este no es sólo un juego que te encantará y necesitarás
jugar; sino que “Tales of” será una de tus sagas.
Mi valoración global: 4,5/5
Opening de Tales of
Phantasia (videojuego)
Opening de Tales of Phantasia: The Animation
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