Título: Ex libris
Autora: Sandra Andrés
Belenguer
Editado en España por: Everest
Sinopsis:
¿Cuántas veces has sufrido viendo
cómo el protagonista de la novela que leías estaba en peligro o siendo víctima
de una traición y no has podido hacer nada para evitarlo? ¿Has contado las
ocasiones en que te hubiera gustado ir en su ayuda o simplemente ser un
personaje más?
... Lara, no todas las historias
están escritas... Deberás comprobarlo por tus propios medios...
Los libros son como una máscara, hasta que no abres su cubierta, nunca
puedes descubrir su interior.
Crítica
personal (puede haber spoilers):
Sandra Andrés Belenguer me llevó a la palma con la primera parte de La Hija de los Sueños, y no dudé en probar esta
obra cuando la encontré de manera casual, pues había escuchado y leído
fabulosas críticas. Sin embargo, sentimientos un tanto ambivalentes resonaron
en mi fuero interno tras finalizar esta lectura, siendo ésta una de las reseñas
más complicadas que he tenido que hacer.
Ex libris nos presenta a Lara,
una adolescente apasionada de la literatura que, por circunstancias de la vida,
se ve obligada a mudarse a París desde España con sus padres, quienes empiezan
a trabajar en el bistró que regenta un tío suyo que emigró al país vecino
tiempo atrás.
Pero ella no es feliz en París, por más tiempo que pase desde su llegada,
viendo un infierno como reverso de la belleza que le transmite esa emblemática
ciudad. En su instituto es considerada un bicho raro, objetivo de constantes mofas
y crueles malicias de sus compañeros; algo que hace que se vuelque aún más en
su amor por los libros, sus únicos y más fieles amigos a los que no renunciaría
jamás.
Y todo cambiará el día en que conocerá un extraño establecimiento perdido
entre las calles de la ciudad, el cual marcará un antes y un después en su
vida: La Librería Blanchard.
La protagonista principal es una chica como cualquier otra, aunque con una
admirable devoción por la literatura, un
mundo en el que encuentra dicha y refugio, en especial por sus lapidadas
relaciones sociales al no conectar con sus compañeros del Lycée St. Louis,
quienes no comparten con ella su afición al nivel que profesa. Una soledad y
una tristeza que soporta como mejor puede tratando de ser en lo posible
desapercibida en su vida estudiantil, algo que no surte tanto efecto como
desearía, contando con el consuelo que le brindan sus amigos de papel y tinta.
Y aunque no tiene una mala relación con sus padres, estos, en especial él, no
aprueban que su única hija se recluya en los libros a ese extremo.
Cuando conoce a Monsieur Blanchard en la librería cuyo apellido da
nombre, a base de curiosidad ávida y tozuda persistencia por sondar ese
establecimiento que no se le antoja muy corriente, se sumirá más que nunca en
su mayor pasión a un nivel que se sale de todo entendimiento. Y será entonces
cuando comience la mayor aventura de su vida.
La historia desde su comienzo, y a medida que pasan las páginas hasta
rebasar el umbral de las cien primeras, resulta prometedora, original y
absorbente. Sin embargo, a medida que se avanza más allá, Ex libris fue dándome poco a poco una de cal y otra (a veces dos)
de arena. Son bastantes aspectos los que me encantan del conjunto de este
libro, pero hay otros tantos que no me llegaron a conectar tanto como cuando
leí La Hija de
los Sueños I.
El planteamiento que se refleja en esta obra, como dije, rezuma
originalidad y frescura, con una historia que prometía muchísimo, pero que a
medida que avanzaba no sentía un especial crescendo de fuerza y magnetismo en
la trama, pareciéndome incluso un poco lineal. Sin embargo, es un libro lleno
de intrigas y magia, encontrándome tanto sorpresas inesperadas como ciertas
puntadas que se veían un poco venir; a la par que brota una tierna historia
romántica que florece más y más a pesar de la incertidumbre y la realidad que
sólo conoce Lara.
El libro está compuesto por páginas blancas, negras y grises, siendo
estas últimas las que abarcan casi la totalidad de la obra; cada color tiene un
contexto bien marcado que le brinda más originalidad y vistosidad. Se relata
predominante en primera persona, desde la perspectiva de la propia Lara, viendo
con sus ojos lo que la rodea, sintiendo con su corazón las alegrías y las
penas; aunque hay partes que recurre a la tercera persona para exponer escenas donde
ella no está presente y que son cruciales para el conocimiento del lector.
Tanto un caso como el otro, comparten un detalle rico y conciso, sin resultar
excesivo. Aunque abundan los párrafos cortos, es una lectura intensa pero nada
pesada, siendo recomendable leerlo con calma para mayor disfrute.
El estilo narrativo de Sandra me sigue agradando en gran medida, uno de
los puntos más fuertes que sigue siendo motivo de quitarse el sombrero. Un
lenguaje muy rico y versado, una ambientación que logra arrastrarnos al libro
en sí, a sus acontecimientos y a las emociones de su elenco, capaz de llegar al
lector en ese aspecto. Resulta agradable la dulzura que destila cada palabra de
la pluma de la autora, aunque en casos muy puntuales se me antojó un poco dulce,
apasionado y lánguido de más para mi gusto personal como lector.
Además, deja muy patente la pasión literaria de la protagonista, que
entreveo que se equipara a la suya propia, con grandes menciones y referencias
a obras y autores como Alejandro Dumas o Víctor Hugo. Desde luego, Sandra lanza
entre las páginas de Ex libris unos cuantos cebos para el lector ávido.
Lara es la protagonista principal, algo muy notorio sobre todo al comienzo;
pero a medida que sondé la historia hasta el final, me pareció que no cargaba dicho
rol de manera constante. Sí que cumple su papel con pericia, siendo además realmente
activa en la trama, pero en muchos momentos de las páginas grises he visto en
ella más bien un personaje más que a una verdadera protagonista central, bastante
igualada con el resto del elenco, y a veces como una mera narradora de los sucesos
de los que forma parte. No es que esto sea malo, en absoluto, pero lo que hace
perder un poco de ella es que su evolución no alcanzó del todo mis
expectativas. He de recalcar que lo que más me gustó de Lara es que llegué a
comprenderla, identificándome yo mismo en unos cuantos de sus matices, por la
que he sentido empatía, lástima e impotencia en muchos momentos; y en general
bastante simpatía, sobre todo en las páginas blancas. También ha llegado a
emocionarme con sus reflexiones tan íntimas, sus alegrías y penas,
arrastrándome a su corazón. Sin olvidarme de una admiración enorme por su
pasión y conocimiento eidético en literatura. He visto perfectamente en Lara a
la amiga ideal que todo aficionado a la lectura (ya sea consumado como ella o
no tanto pero que igualmente disfrute de ello) le encantaría tener.
Sobre el resto de personajes, poco podría decir de ellos. Los más
relevantes no son muchos, sin ahondarse demasiado en ellos por lo que muestra
la perspectiva en primera persona de Lara o las puntuales narraciones en
tercera persona.
El más destacable de estos es Julien, sin duda alguna. Un chico que la
mayoría de las féminas lo considerarían ideal y de enseño, aunque con sus
pesares y fantasmas en esta historia que laceran su alma; un joven fuerte pero
con un punto de fragilidad que a veces ha salido brevemente a la luz como una
estrella fugaz. Él conecta con la personalidad y los gustos de Lara con
perfecta simbiosis, quizás demasiado perfecto pero que podría pasar en la vida
real. Desde su primera aparición se puede intuir un poco de antemano cómo irá
la cosa entre él y la protagonista principal.
Monsieur Blanchard, aunque no da un aporte directo, sí que posee su peso
relevante dentro del papel que le corresponde. Un consumado entregado a la
lectura y erudito de los libros. Será él quien abra a Lara un nuevo camino que
descubrir en lo que les apasiona a ambos.
Un pequeño punto a favor es precisamente la parte antagónica. No puedo
decir gran cosa al respecto para no caer en spoilers, pero sí que sus
intenciones e identidad son difusas, que se irán aclarando a medida que se
llega al final. Aquí está claro que no es oro todo lo que reluce, y que todo se
aclara cuando las páginas van siendo más escasas las que retienen el pulgar de
la mano derecha... Sin embargo, aunque ha sido sorprendente y original este
aspecto, lo cierto es que me dejaron más bien frío tras descorrer los últimos
telones de misterio.
Hay unos cuantos personajes más, pero ciertamente no los comentaré. En
primer lugar, al igual que en las anteriores líneas, para evitar spoilers
innecesarios, y segundo porque en verdad muchos parecen concebidos para ejercer
más que nada un papel que los relega más bien a complementar la historia global
o el trasfondo de Lara, y en muchos casos siendo personajes más bien planos e
incluso estereotipados.
Sobre su desenlace, la verdad no me terminó de convencer. La historia
empezó prometedora, pero a medida que fue desarrollándose su lectura fui
perdiendo parte de mi convencimiento sobre la misma, y su final no logró
mejorarlo en mi opinión muy a mi pesar; y no es un mal final, pero no he podido
conectar como me habría gustado, y quizás me había esperado otra cosa (creo que
sueno un poco a eso de las rupturas con el cliché de “no es por ti, es por mi”).
Lo que no quiere decir que otros lectores compartan mi criterio, pues será
posible que haya quienes conecten mejor con la novela.
Ex libris termina con bastante
ambigüedad, pudiendo ser un libro auto conclusivo o con la posibilidad de una
continuación; creo que aún queda tiempo para corroborarlo al cien por cien.
La portada, sumada al diseño de cubierta y maquetación, son toda una obra
de arte bien trabajada y que brinda unas vestimentas de verdadero lujo a la
historia que atesora en su interior. Un perfecto lienzo que utiliza las tres
tonalidades de las páginas que componen el libro (que por cierto, laboriosos y
agradables encabezados de inicio de capítulos). Incluso en el tacto de la
cubierta resulta apreciable el esmero que la editorial ha volcado en este
manuscrito.
Lo único, para los lectores avispados, he encontrado un incoherente pero
no demasiado importante (creo yo) anacronismo entre la imagen de contraportada y
algo que comenta Lara en las páginas grises (y hasta aquí puedo leer).
Conclusión: Una historia, con fantasía, intrigas y amor, bastante original
y entretenida pero que quizás se podría haber aprovechado un poco más si cabe.
Aún así, la pluma exquisita y delicada de la autora es un regalo para el
lector, metiéndonos literalmente en su obra. Si te apasionan los libros, no te
costará despertar, por lo menos, estima y cariño hacia Ex libris.
Mi valoración global: 3,5/5
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