lunes, 1 de agosto de 2016

Crítica personal: Donde los Árboles Cantan

Título: Donde los árboles cantan
Autora: Laura Gallego
Editado en España por: SM

Sinopsis:
Viana, la única hija del duque de Rocagrís, está prometida al joven Robian de Castelmar desde que ambos eran niños.
Los dos se aman y se casarán en primavera. Sin embargo, durante los festejos del solsticio de invierno, un arisco montaraz advierte al rey de Nortia y sus caballeros de la amenaza de los bárbaros de las estepas... y tanto Robian como el duque se ven obligados a marchar a la guerra.
En tales circunstancias, una doncella como Viana no puede hacer otra cosa que esperar su regreso... y, tal vez, prestar atención a las leyendas que se cuentan sobre el Gran Bosque... el lugar donde los árboles cantan.

Crítica personal (puede haber spoilers):

Donde los árboles cantan es una de las más reconocidas obras de Laura Gallego, el cual he tenido desde el comienzo altas expectativas; por la trayectoria de la autora, el reconocimiento de este título con el Premio Nacional de Literatura Infantil/Juvenil 2012 y el agrado que me dejó El Libro de los Portales. He de decir que no me ha decepcionado y que espero sumergirme un poco más en la literatura de Gallero.

Se nos presenta una historia de corte épico, con los matices justos de fantasía, en un escenario como el próspero y armonioso reino de Nortia. Viana siente que no puede ser más afortunada y dichosa; no por la belleza, la gracia y la simpatía dignas de una doncella de alta cuna como ella, sino porque sus futuras nupcias con Robian, con el que expresa sentimientos mutuos de amor desde la infancia, están muy cerca de ser una realidad que llevaba años ansiando y soñando.
Sin embargo, la fiesta del solsticio de invierno, que sería en un principio un día glorioso, se torna en el preludio del inicio de la trágica amenaza de los bárbaros de las estepas que supone tanto para Viana como para todos los habitantes de Nortia.
Todo empezará a cambiar a partir de que todos los lores y caballeros del rey Radis se preparen para la inminente guerra, confiados de vencer una vez más a estos enemigos como ya hicieron los nortianos en el pasado.
Y a partir de entonces, Viana será una más de los que sufrirán grandes cambios en su vida, cambios que nunca habría concebido alguna vez con anterioridad, cambios que desgarran el telar hilado con cada uno de sus sueños, un cambio que abofeteará su inocencia e ingenuidad ignorante de quien ha vivido en la seguridad y comodidad vestida de seda y oro. Y ella misma deberá cambiar como nunca hubiera imaginado, tratando de asir las riendas de esa vida que siempre había sido guiada por las manos de otras personas.
Un largo y sinuoso camino le depara a Viana antes de que empiece a tener más fe que nunca en las viejas leyendas que había escuchado en las grandes celebraciones, en particular las que cuentan de un lugar del Gran Bosque donde los árboles cantan...

Es bastante obvio lo que ocurrirá después de que Lobo, el montaraz que irrumpe en la fiesta del solsticio, prevenga a la corte del inminente ataque bárbaro. El exceso de confianza por las victorias del pasado pasará factura para que se masque una tragedia que enriquezca la trama. Y Donde los árboles cantan puede llegar a ser cruento y realista en su ambientación de corte medievo.
Ante el desenlace de la guerra, habrá quienes continúen en su lucha hasta la muerte guiados por el honor, otros agacharán el cuello por su vidas, otros nos les queda otra opción que acatar sin verdaderas opciones. Y en este último caso se encontrará Viana, pues como toda mujer de la nobleza siempre se guía por la mano de su padre o los consejos de su nodriza, sin verdadera autonomía; y no está del todo dispuesta a dejarse llevar por esas nuevas corrientes que la arrastrarán con autoridad. Aunque no sepa cómo, ella encontrará el modo de ser mayor dueña de su futuro y de sus acciones por primera vez en su vida, a pesar de que el camino no sea fácil.
Pero por más que Viana o cualquiera de los habitantes de Nortia deseen y se esfuercen, algo que se sale de lo mundano será el muro inexpugnable que hará imposible cualquier intento del bando perdedor... Hasta que la protagonista de esta historia se deje llevar por creencias insólitas salidas de bocas de juglares.

La edición de Donde los árboles cantan es agradable a la vista, sobre todo en el tratamiento interior. Sus escasos pero aprovechados catorce capítulos y su epílogo se dividen en dos partes.
La primera, bajo el título de su protagonista, nos expone tanto la vida de ésta como ese escenario que es el reino de Nortia, así todo lo que los afecta tras la repentina guerra contra los bárbaros avistándose a paso lento pero firme en el horizonte del futuro. Y a través de Viana se conocerá, dentro de su participación y conocimiento, de lo que ocurre después mientras la vemos sondando la incertidumbre y las limitaciones que la cortejan en esa nueva vida; y ella deberá superar la adversidad por un camino de renuncias, privaciones y aprendizaje constantes.
La segunda recibe el nombre de Uri, en la que además de presentarse el personaje en cuestión, Viana sigue siendo el verdadero eje observador participativo en medio de los acontecimientos que ruedan sin receso. Esta vez, su voluntad y su fe más allá de lo simple mundano y en las leyendas mueven a la hija del duque de Rocagris en pos de sus objetivos, siendo todavía bastante personales pero con una visión más amplia y menos cegada de sí misma, por los que luchará con todo su tesón aún sin saber donde la llevarán sus propias decisiones. Será imposible para ella desechar esa última esperanza que intuye encontrar donde los árboles cantan.

El estilo de Laura Gallego sigue pareciéndome muy agradable, propicia a la hora de exponer tanto la ambientación como las acciones, reflexiones y sentimientos de sus personajes. En este caso ha concebido una historia intensa a la par que sencilla, resultándome condensada pero sin perder magnetismo hacia la trama; percibiendo que está enfocada tanto para un público tanto juvenil como a esa franja de edad difusa entre la niñez y la adolescencia. Una vez más, ha logrado que pueda ver en mi mente con gran nitidez lo que se acontece en he leído en el libro.

Viana es una heroína un tanto peculiar. Toda una doncella de alta cuna que por cruentos azares acabará decidida en ser ella misma quien dicte sus actos, tanto si las consecuencias son de ventura o de fatalidad. En gran parte por las circunstancias, y poco a poco también por sí misma, mutarán en muchos aspectos, tanto en lo físico como en sus emociones, prioridades o su visión de la vida. Sin embargo, su creciente carácter indómito y un tanto irreflexivo, además de la sensibilidad y pasión tan común en jóvenes de su casta, son su espada de doble filo, llegando a no aprender del todo de sus propios errores por un corazón demasiado fiel a sí misma.
Otro personaje relevante y que ha sabido agradarme fue Uri, un joven misterioso que rebosa inocencia y arrojo, de aspecto inusual, con un pasado incierto pero crucial en la historia. Muchos enigmas le circundan, en especial sobre él mismo, pero eso no impide los vínculos que él vaya estrechando y el efecto positivo que infunde sobre quien enrede su destino con el suyo.
En general, el resto de personajes tienen un peso menor pero que aun así solapan con pericia a los verdaderos protagonistas; me he llegado a encontrar incluso con algunos que parecían prometer un peso en la historia bastante mayor del que al final se evidenció. Como ejemplos más relevantes tenemos a Belicia, la mejor amiga de Viana y también de la nobleza; Robian, el prometido de la protagonista que no me agradó demasiado; o Dorea, la nodriza de la hija del duque de Rocagrís que está muy unida a su protegida. También está Oki, un juglar que habrá que tenerle en cuenta desde su primera aparición.
Sin embargo, sobre estos últimos destacaría a uno conocido como Lobo, quien previene de la amenaza bárbara sin hacer entender a la más que optimista corte de la verdadera amenaza que los habitantes del norte suponen. Este hombre maduro de modales más que hoscos, pero siendo un superviviente nato, resultará muy fundamental en la vida y futuro de Viana tras la invasión bárbara. Tampoco hay que perder de vista la oreja que perdió y “la forma en que la perdió”.
Por supuesto, la parte antagonista está bien presente, destacando quien se encuentra por encima de todos ellos: Harak; aun resultando éste último alguien plano, casi estereotipado y con una participación un tanto más que justa, resulta también un fuerte punto de enigmas que van surgiendo en torno a su figura.

Su desenlace, así como gran parte del recorrido por este pedazo de historia de Nortia, es un tanto esperado, resultándome no previsible pero sí que se intuye bastante. Eso sí, Gallego logró sorprenderme y dar pequeños giros a las últimas páginas del último capítulo; con un final que, aun siendo más o menos se espera y desee por parte del lector en general, el canal que especulé no era exactamente lo que traté de adelantarme en mis reflexiones, y me dejó bastante satisfecho.
En las últimas páginas del epílogo me he topado con sentimientos encontrados, pues éste es bastante sencillo pero que logró conmoverme al llegar a las líneas que cierran del todo esta historia.

Sobre su portada, o mejor dicho portadas, obras de Cris Ortega, son un verdadero agrado para la vista que realza más el buen trabajo de la autora entre sus cubiertas.
Por un lado está la portada original (de la edición publicada en tapa blanda), en la que vemos a Viana como toda una doncella de la nobleza adentrándose en el verdor del bosque con mirada un tanto incierta; mientras que la edición limitada (en tapa dura; edición que posee) nos muestra a una Viana más decidida, distinta más allá de lo físico y menos cohibida en la profundidad del bosque que la rodea. Destacar que el aspecto plácido del Gran Bosque en sus lindes contrastando con el un tanto más salvaje y menos seguro de sus profundidades.
Tanto una como otra, son verdaderas obras de arte que no es menos que un buen reclamo más que bien escogido para atraer al lector potencial.

Conclusión: Sencilla pero intensa, entretenida y mágica. Una aventura épica donde nos demuestra que las leyendas se forjan sólo cuando uno mismo decide actuar para ser parte de una de ellas, así como adentrarse en ellas buscando la veracidad que siempre se especula haber detrás. Sin duda, Laura Gallego sabe lo que hace cuando empuña su pluma dentro del género fantástico.


Mi valoración global: 4/5


No hay comentarios:

Publicar un comentario