Título: The Woman in Black
Títulos en español: La Mujer
de Negro
Autor: Susan Hill
Editado en inglés por: Random
House, entre otras
Editado en España por: Edhasa
Sinopsis (de Random House Movie Tie-In Books):
A classic ghost story: the chilling tale of a menacing specter haunting
a small English town. Arthur Kipps is an up-and-coming London solicitor who is sent to Crythin
Gifford--a faraway town in the windswept salt marshes beyond Nine Lives
Causeway--to attend the funeral and settle the affairs of a client, Mrs. Alice
Drablow of Eel Marsh House. Mrs. Drablow's house stands at the end of the
causeway, wreathed in fog and mystery, but Kipps is unaware of the tragic
secrets that lie hidden behind its sheltered windows. The routine business trip
he anticipated quickly takes a horrifying turn when he finds himself haunted by
a series of mysterious sounds and images--a rocking chair in a deserted
nursery, the eerie sound of a pony and trap, a child's scream in the fog, and,
most terrifying of all, a ghostly woman dressed all in black.
Crítica
personal (puede haber spoilers):
Una nueva crítica desde la perspectiva de una lectura mía en inglés. En
este caso, la oportunidad vino por elección del departamento de inglés de la
escuela oficial de idiomas a la que asisto para realizar un club de lectura
(con motivo de la semana cultural por parte de todos los departamentos, a lo
que se sumó con las actividades de
inglés una proyección de la última adaptación cinematográfica del título en
cuestión).
No estuvo de todo mal este que consideran un clásico en su género, pero…
La novela comienza con su protagonista, un abogado retirado llamado
Arthur Kipps, en su hogar con su esposa Esme y sus cuatro hijastros; estos
últimos empiezan a contar historias de miedo y a sugerirle a su padrastro que
cuente también alguna. Esto provoca irritación en Arthur, quien se va de la
habitación para después, en busca de un desahogo para su alma, escribir una
vivencia real suya que supera toda historia de fantasmas.
La mayor parte del libro es retrospectivo, siempre con la voz narradora
del propio Arthur, en una época en la que él todavía era un joven abogado que
día a día ejercía su oficio en el bufete donde trabajaba, además de estar sus
nupcias con su amada Stella. Entonces su jefe le requiere para atender el
funeral de la señora Alice Drablow, cliente que residía en Crythin Gifford, en
la costa noroeste de Inglaterra.
Aunque reticente por separarse temporalmente de su prometida, marcha
hacia esa región por ser un deber ineludible, con el optimismo de perder de
vista unos días la niebla de Londres.
Pero una vez llega a Crythin Gifford, todo se vuelve más y más raro y
turbio para Arthur. El funeral es sumamente deprimente por ser él,
prácticamente, el único asistente al mismo; en varios momentos, incluido el
mismo funeral, ve a una mujer vestida completamente de negro; los lugareños se
cierran en banda a la hora de hablar sobre la difunta o de esa figura femenina
en rigurosísimo luto. Y lo más perturbador, la residencia de Alice Drablow, de
nombre Eel Marsh House, ubicada en medio de un marjal cuyas mareas hacen
accesible la vivienda a determinadas horas y por limitado tiempo cada día.
Arthur debe estar allí sin más opciones para escrutar y juntar toda la
documentación de su cliente que le sea necesarios; pero la dejadez vetustas de
Eel Marsh House, rodeada por un halo perturbador, no ayudará demasiado en su
cometido profesional, sobre todo cuando deba pernoctar allí para agilizar sus
tareas. La figura de la mujer de negro, junto a fenómenos poco mundanos como
sonidos atroces cual ecos imborrables de un pasado cruel provenientes del
marjal circundante, le empujará casi a la fuerza a indagar qué es lo que
ocurre, o qué ha ocurrido, en ese lugar.
La Mujer de Negro nos adentra a
una trama sombría, rodeada por una neblina cargada de muerte, resentimiento y
pavor. Ya su escenario derrocha el adjetivo de deprimente, con un trasfondo
oscuro que sotierra a los lugareños de Crythin Gifford, azotados por una
extraña e infame desgracia recurrente instaurada como un estigma de perdición
ineludible.
Todo lo que ocurre allí, la mujer de negro o el hogar de su cliente, será
motivo de irrefrenable curiosidad humana y angustioso temor para a ese recién
llegado de paso; el cual demostrará los límites casi infinitos y elevados que
puede alcanzar ese sentimiento que es el miedo. Sobre todo cuando los motivos
de ese miedo parecen tan reales como venidos de ultratumba.
Un buen foco de interés tras esta novela es lo poderoso y pertinaz,
además de ponzoñoso, que puede ser el rencor humano; tanto que a veces incluso
prevalece y perdura más allá de la muerte, tanto que hasta se vuelve
indiscriminado contra quienes no dan motivos para sufrir lo peor que se atesora
en el alma.
Sin embargo, uno de los puntos menos fuertes, a mi parecer, es el estilo de Susan
Hill. Crea una ambientación impecable y una representación de los personajes y
los sucesos aceptable; pero sentí que su prosa era bastante densa. No digo
que la autora tenga un estilo malo, ni mucho menos, pero no pude encajar tanto
con sus líneas y la profundidad compacta de las mismas.
Arthur me pareció alguien muy entre la espada y la pared que se debate
bastante consigo mismo; resuelto y diligente a la hora de cumplir su cometido
como abogado en esa zona rural pero con una parte de sí negándose aunque
aceptando a regañadientes ante la repulsa de todo lo que experimenta en Eel Marsh
House. No evitará cierta curiosidad intrépida por saber la verdad sobre ese
lugar, los fenómenos que comprueba y la propia mujer de negro. Ya desde el
comienzo de la historia, en su momento presente, se ve en él a alguien
castigado y atormentado por esa experiencia increíble como salida de historias
para mantener despierta a la gente de puro miedo; pero hay que sondar toda la
obra para comprender hasta que punto ha sido castigado sin comerlo ni beberlo.
Otra figura importante en la novela, como es obvio, es la mujer de negro,
una entidad desconocida llena de enigmas a desvelar en compañía de Arthur;
aunque esto no resta la congoja que conlleve dicha empresa. La mujer de negro,
simplemente, despertó en mí diversos sentimientos que resultan inconexos entre
sí; capaz de ganarse una chispa de empatía y lástima que choca con una censura
hacia ella.
Desde mi perspectiva, son pocos los personajes que se consideren con peso
en esta historia a parte de Arthur y la que da nombre a la novela; aunque hay
menciones a Esmé, la esposa del protagonista en el presente, y los cuatro hijos
de esta de su anterior matrimonio; Stella, la prometida del pasado que
representa un cabo al que Arthur se agarra en algún momento en su estancia en Crythin
Gifford; además de algunos personajes como Keckwick, Mr. Jerome o Mr. Bentley,
quienes dentro de sus limitados roles debido a la influencia de lo que implica
la mujer de negro aportan algo, aunque no demasiado, en el cometido de Arthur.
Sin embargo, es Sam Daily, un campesino del lugar, quien más peso llega a tener
entre los secundarios por la pequeña
pero sincera amistad que parece entablar con el londinense; llegando incluso a
ser algo menos reticente a la hora de dejarle entrever algunas evidencias de lo
que ocurre en el pueblo, brindarle más de un consejo bien aventurado e incluso
dejarle a Spider (su leal perrita, que se ganó mi simpatía y que desde mi
humilde opinión cuenta como un personaje más) para que le hiciera compañía en
Eel Marsh House.
La historia en general, si uno se sumerge bien en lo que cuenta sus
líneas, ofrece una aceptable intriga llena de secretos, recelos, superchería y
miedos de todo tipo que seguramente pondrá los pelos de punta al algún lector.
A medida que avancen las indagaciones de Arthur, paralelamente a sus intentos
de acabar su cometido laboral en la mayor prontitud, todo cobrará sentido en lo
que pasa con la mujer de negro y Eel Marsh House; aunque lo seguro es que no se
sabrá de antemano qué encontrarse ante la siguiente puerta de esta historia de
fantasmas.
El final es bastante demoledor, imprevisible y cruel, esclareciendo el
contraste entre el Arthur del presente con el de entonces, antes de sufrir el
azote de la experiencia vivida; así como piezas que dejan lagunas en la vida de
este hombre como son Esme y Stella.
Esta obra cuenta con un par de adaptaciones cinematográficas, siendo la
más conocida la más reciente, protagonizada por un Daniel Radcliffe que deja
atrás la túnica de Hogwarts que durante años se convirtió en una prenda
característica suya en los años que interpretó en la gran pantalla al joven
mago más famoso de la literatura contemporánea. Aunque tuve ocasión de
visualizar dicha adaptación de la novela de Susan Hill, la verdad es que fue
plato de menor gusto en comparación con la novela; además, de que hay bastantes
diferencias de principio a fin, quedándose más o menos lo más intrínseco e
ineludible de la novela.
Y en lo que refiere al nivel de lectura de esta novela en su idioma
original de publicación, no pondrá demasiados palos a las ruedas de quienes tengan
al menos el nivel de B1 o estén estudiando para el mismo. Sin embargo, como ya
comenté, la prosa de la autora es un tanto densa y con recurrentes estructuras gramaticales más complejas, por lo que a mi parecer será
más llevadero para quienes hayan estudiado el B2 o que estén más familiarizados
con este tipo de textos en inglés.
Conclusión: La más tortuosa experiencia de un abogado en su
juventud capaz de no tomarse tan a broma ni a la ligera las historias de
fantasmas; porque si hay algo peor que la perfidia y el despecho de los vivos…
es el que los muertos puedan sentir, e incluso manifestar, desde la infinitud
de su descanso eterno.
Mi valoración global: 3/5
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