Título: Cazadores de Sombras:
Renacimiento 1 – Lady Midnight
Título original: The Dark Artifices 1 – Lady Midnight
Autora: Cassandra Clare
Editado en España por: Destino
Sinopsis (por el gran spoiler de
la trama que contiene por cortesía de Destino; recomiendo encarecidamente pasarla
por alto si no has leído Lady Midnight):
Renacimiento: una nueva serie de la saga Cazadores de Sombras, que
revelará misteriosos secretos de un universo plagado de seres oscuros y
emociones eternas.
Han pasado cinco años desde el
final de Ciudad del Fuego Celestial.
Los padres de la cazadora de sombras Emma Carstairs fueron asesinados y desde
entonces su hija no ha dejado de buscar al culpable. Ella, junto a su
parabatai, Julian, empieza a investigar una demoníaca trama que se extiende por
los lugares más glamorosos: desde Los Ángeles hasta las playas de Santa
Mónica…, trama en la que se ve envuelto un hechicero fascinante, Malcolm, que
se empeña en recuperar a Anabel, su amada muerta.
Además, Emma no puede evitar la
poderosísima atracción que siente hacia su compañero, una relación que en las
reyes de los cazadores prohíben. Una auténtica caja de sorpresas que enlaza
tramas, personajes y revela conexiones de los descendientes con sus ancestros.
Los muertos se alzan y los perdidos regresan.
Llegó su momento.
Crítica
personal (puede haber spoilers):
Han transcurrido cinco años desde el fin de la Guerra Oscura (acontecida
en Ciudad del Fuego Celestial), y el
mundo de las sombras donde se mueven subterráneos y nefilim ha sufrido cambios,
principalmente por la denominada Paz Fría; la cual perjudicó seriamente a la
raza de las hadas por sus actos desleales. Pero quizás los habitantes del
Instituto de Los Ángeles (la familia Blackthorn y Emma de los Carstairs) hayan
sido los que más sufrieron y perdieron tanto por la Guerra Oscura como por la
Paz Fría.
Emma se niega a darle la razón a la Clave por ese dictamen que asegura
que sus padres murieron por la mano de Sebastian Morgenstern y sus Oscurecidos,
y en esos años ha vivido entregada a demostrarlo; indagando por su cuenta cada
posible evidencia, recurriendo a vías incluso prohibidas por la Clave; entrenándose
para ser lo bastante fuerte para enfrentarse a lo que fuera que le arrebatara a
sus progenitores y cobrar su venganza.
Entonces descubre que se han llevado a cabo una serie de asesinatos cuyas
víctimas muestran las mismas marcas que se encontraron en los cuerpos de sus
padres. Esto será la primera chispa que espoleará a Emma a sentirse más cerca
de encontrar al verdadero responsable.
Por otra parte, una legación de hadas llega clandestinamente al
Instituto, ignorando los riesgos que les supone buscar ayuda de los nefilim,
movidos por el hecho de que entre las víctimas de esos asesinatos se encuentran
congéneres suyos. Aunque la primera respuesta del Instituto es una completa
negativa; porque desde la Paz Fría ayudar a las hadas es tan condenable para
los cazadores de sombras como que las hadas acudan a ellos; la legación cuenta
con una moneda de cambio imposible de rechazar para la familia Blackthorn…
Será el comienzo de una investigación encubierta a espaldas de la Clave
capaz de mover a una familia entera, quedando el deber primordial de los
nefilim justo por debajo de deseos y necesidades personales. Sin embargo, Emma
y Julian, su parabatai, se encontrarán con una encrucijada de sentimientos,
descubriendo algo nuevo por su respectivo hermano de armas; algo que va mucho
más allá de la amistad de infancia que comparten, un tipo de amor sumamente
prohibido entre parabatai y severamente penado de ser descubierto.
Este será el comienzo de una historia donde hay mucho que perder y ganar,
sobre todo cosas perdidas que recuperar y cosas que encuentras pero que pueden
ser la perdición; todo por el amor en todas las facetas que puede manifestarse.
Los sentimientos por seres que amados, una vez más, pueden ser poderosos tanto
para bien como para mal; un arma que te salvará de la más cruda desesperación o
que te herirá más abrasadoramente que un cuchillo serafín activado.
Debo reconocer que, como lector de toda la saga desde su primera
publicación, sentí emoción y nervios con esta nueva etapa, tratando de alejar
recelos y comparaciones odiosas. Lady
Midnight supone un nuevo escenario dentro de un universo que ha sido
forjado y enriquecido por una decena de libros previos, con caras nuevas
(aunque ya en parte presentadas en Ciudad
del Fuego Celestial) que conocer y empatizar para el lector familiarizado
con la saga.
Sin embargo, esta nueva trama con personajes recién salidos del horno,
ofrece un resultado que no puede ser menos que agradable, tanto para quienes
conozcan el mundo de los cazadores de sombras como para el nuevo lector que
decida empezar la saga con The Dark
Artifices.
Siendo claro, se ve que la autora ha tratado de enfocar este libro,
dentro de lo posible, no como algo exclusivo para los que ya hayan leído los
arcos de The Mortal Instruments y The Infernal Devices; el lector
desconocedor de su trayectoria tiene su cabida en esta nueva trilogía.
Lógicamente, las explicaciones sobre los nefilim, subterráneos y demás son
sucintas pero cristalinas, haciéndolo todo más o menos fácil de comprender
sobre la marcha a los nuevos lectores; incentivándoles al mismo tiempo a sondar
más sobre todo esto y más a base de darle una oportunidad a toda la obra
anterior para mayor comprensión y vínculo con la saga en general. El eje
principal, en lo que se refiere a personajes, trasfondos y sucesos, es
prácticamente nuevo, ofreciendo un terreno bastante virgen y con posibilidades
muy idénticas para lectores veteranos y novatos por igual; sin embargo, por más
que la autora omitiera todos los spoilers posibles, es ineludible que muestre o
mente personajes ya conocidos por los lectores incondicionales de Cazadores de Sombras, ya que este
Renacimiento es, hasta la fecha, el más actual cronológicamente hablando, dando
a revelar muchos hechos cruciales de sus libros anteriores, sobre todo sus
desenlaces y el porvenir de su elenco tras estos… Así pues, quien se adentre en
Lady Midnight debe asumir que
descubrirá todo lo previo a esta publicación; pero que quizás anime a los que
quieran saber con detalle qué se coció tiempo atrás sin darle importancia a que
vaya con el conocimiento y la verdad de antemano bajo el brazo.
Lady Midnight, desde mi
perspectiva, ha resultado una bocanada profunda de aire fresco en la saga; y
realmente necesaria para continuar con nuevas fuerzas sin caer en el declive
que suele amenazar a una serie de libros cuando alcanza un alto número de
títulos. Junto a Emma, Julian, Cristina y demás personajes, he podido sentir
esa efervescencia que me atenazó Ciudad
de Hueso en su momento, con todo lo que me atrajo ese primer libro casi
desde las primeras líneas; pero con el añadido de que ya no es una historia y
un mundo aún verdes y con mucho que ofrecer, sino que ya está curtido y
profundizado pero con promesas de más aún. Dicen que mantener el encanto del
comienzo con todo lo bueno que da la experiencia es complicado, pero está claro
que ese no es el caso de Cazadores de
Sombras.
Aunque este es, hasta la fecha, el título de mayor envergadura de la
saga, con cerca de setecientas páginas, está lejos de ser una lectura pesada
como podría augurarse por el grosor de su lomo. Sigue siendo tan amena y
atractiva como precede la fama de la autora; pero quizás por su amplitud e
intensidad recomendaría saborear bien cada página para sacarle todo su
potencial.
Uno puede creer que, después de una decena de libros, ya no había nada
nuevo que ofrecer al lector en este universo y sus tejemanejes. Craso error
para quien subestime a la autora, quien aún puede sacar vetas de creatividad en
esta gran y dilatada obra suya.
Por un lado está la Academia de Cazadores de Sombras, que será algo más
mentada en este libro; un lugar que ganó importancia tras la Guerra Oscura. Y
por otro, y más importante, es el Escolamántico, una academia para la élite de
los nefilim, reabierta tras la Guerra Mortal, en buena parte por la Paz Fría,
después de su clausurada a finales del siglo XIX. Este último lugar será de
gran interés para uno de los personajes, considerando la posibilidad de
convertirse en Centurión, que es como se le conoce a un nefilim graduado en el
Escolamántico, al cual se le encomienda las misiones más especiales que la
Clave puede asignar a los hijos del ángel.
También vemos desde el mismo principio del libro un lugar interesante y
pintoresco denominado Mercado de Sombras, al cual acuden tranquilamente no sólo
subterráneos, sino también mundanos con la visión. Podría cotejarse a un
mercado negro y clandestino, con sus trapicheos y gente dispuesta a comerciar
incluso con información jugosa.
Incluso algo tan intrínseco como las runas parece haberse expandido, a
raíz de nuevas runas gracias a cierto personaje conocido de la saga, con unos
efectos singulares y en muchos casos prácticos que, ni de lejos, el propio
Raziel hubiera concebido ofrecer a los cazadores de sombras.
Más allá de todo lo sobrenatural e intrigante de la investigación a
escondidas que realizan los Blackthorn, el factor romántico es pieza clave,
principalmente en los protagonistas principales. Y he de decir que está claro
que Cassandra Clare adora tocar relaciones sumamente complicadas y/o
prohibidas. En esta ocasión parece haber ido incluso más lejos con ese tabú que
es el amor sentimental entre dos parabatai; y de paso profundizar más en este
tipo de relación entre nefilim. Uno puede preveer de antemano, incluso sin
haber leído a una Emma y a un Julian a sus doce años en Ciudad del Fuego Celestial, por donde irán los sentimientos de
ambos, hasta convertirse en una de las pocas cosas que no compartiría con su
parabatai con la misma franqueza que siempre se han profesado; a lo que hay que
sumarle una inesperada e intensa tensión sexual. Junto a ellos, el lector se
cuestionará más de una vez porqué se prohíbe el amor, y por tanto las
relaciones de pareja, el matrimonio y la concepción de hijos, con alguien que
quieres y te importa tanto como un amigo del alma, un hermano o tu cónyuge. Un
misterio de ansiada revelación que parece apuntar que tanto los sentimientos
entre Emma y Julian como todo lo que hay entre las relaciones prohibidas entre
parabatai serán uno de esos ejes importantes en la motricidad de la trilogía,
con una relevancia que irá creciendo y que seguramente será imposible de
augurar.
Y aunque la relación entre estos dos sea la más crucial y de presencia
más notoria en el aspecto romántico, no serán quienes se lleven todo el
protagonismo. Otros personajes mostrarán sus roles en esta faceta, donde
danzarán cambiando de pareja entre el amor, el desamor, el despecho y el anhelo
incontrolable. En Lady Midnight la
sed sentimental por la persona amada seguirá con la intensidad demostrada por
tantos personajes previos de la saga, pero a todas luces este es el que
derrocha más carga de esos deseos carnales no tan reñidos con el enamoramiento
en sí.
Tampoco podía faltar su característico sentido del humor, capaz de
amenizar la trama o romper más de un hielo cuando es necesario (con momentos hilarantes
cuando los Blackthorn la lían parda). De hecho, me llamó bastante la atención
esta situación imposible de traducir al español.
-Creo que estaba preguntando si el
asesino podría ser un cazador de sombras. […] Le he dicho que no. Resulta
evidente que es alguien que sabe de magia negra, y no creo que ningún cazador de
sombras contratara a un brujo para que matase por él. Por lo general, solemos
hacerlos nosotros mismos.
Emma soltó una risita.
-¿Le has dicho que los cazadores de
sombras hacen «bricolaje» para sus asesinatos?
-Hacemos «bricolaje» para todo.
Sin cierta familiarización con el inglés sería complicado para muchos
pillar la gracia y el doble sentido de esta situación; ya que “solemos hacerlo
por nosotros mismos” (en inglés, seguramente, we usually do it ourselves) está
relacionado a nivel gramatical con el término DIY (do it yourself), que es la
definición en inglés para “bricolaje”. Por eso Emma hace una broma con el
bricolaje por las palabras de Julian de hacer algo por uno mismo.
Algo que el lector llegará a concienciarse, sobre todo si ha seguido la
exposición de este universo, es lo grande que puede ser la insensibilidad falta
de emotividad, e incluso la crueldad, en los nefilim, su cultura y sus normas
difíciles de ablandar. Tras Ciudad del
Fuego Celestial parecía avistarse pequeñas esquirlas de cambios a mejor,
que incluso evolucionaran y hubiera flexibilidad dentro de sus tradiciones y
preceptos iniciados en tiempos de Jonathan Cazador de Sombras. Pero por más que
en The Infernal Devices y, sobre todo,
al finalizar The Mortal Instruments
nos muestren mayor coexistencia con menos prejuicios a los subterráneos, o que
hubiera dentro de los propios nefilim personas que rompen esos bloques de hielo
que son los cimientos de su forma de ser; uno puede desanimarse al ver no sólo
lo poco que parecen haber cambiado, sino que incluso se revisten con más capas
de coraza. La ley es dura, pero es la ley; la lealtad a la Clave y sus normas
van antes que la familia o quienes quieres; la disconformidad y el desprecio a
que cazadores de sombras sientan atracción por gustos mundanos como pintar, o
poseer y utilizar un ordenador; o que el amor parezca un gran privilegio, son
algunas máximas difíciles de variar.
Algo que también adelantaré, sin decir mucho, es que los cazadores de
sombras, y sobre todo la Clave y sus normas, pueden ser bastante crueles e
injustos con ellos mismos.
Sin duda, este será el libro de toda la saga donde se empieza a apreciar
que los nefilim pueden ser ambivalentes a más no poder, quizás por el conflicto
que más de un lector puede considerar en la mezcla de sangre humana y sangre
angelical; algo que hace a los cazadores de sombras lo que son, que les brinda
un caterva de ventajas para enfrentar demonios y subterráneos que violan los
acuerdos, pero que quizás hagan perder las cosas buenas de su herencia mundana.
El estilo de Cassandra Clare continúa siendo digno de quitarme el
sombrero con toda la admiración pareja de lector y escritor; con ese gran
anzuelo que es su prosa, con su capacidad de crear personajes atractivos de
leer, tramas interesantes e intrigas bastante imprevisibles. Una vez más
demuestra que no siempre hay que temer a los nuevos comienzos. Además, sigue
demostrando su notable habilidad de ambientación, ofreciéndonos esta vez una
ciudad vivaz y dinámica como Los Ángeles, dejando atrás el Nueva York actual y
el Londres victoriano.
Lady Midnight cuenta, como es
propio en las obras de Cassandra Clare, con un amplio elenco que agrada, y que
explotan su potencial narrativo; y en muchos casos serán motivo de adoración y empatía,
sobre todo los miembros Instituto de Los Ángeles.
Emma está muy marcada por la muerte de sus padres. Entrenada más allá del
límite para ser un arma lo más letal posible para sus enemigos, en especial
para el día en que tuviera delante al responsable de esa cruel pérdida; hasta
el punto que, sumándole su aptitud afilada, mordaz, atrevida y temeraria, todos
la señalen como sucesora perfecta del legendario Jace. Pero a pesar de que ese
episodio tan trágico repercutiera en su vida, ello no implica que ella sea un
personaje frío, oscuro, distante y apático, ni mucho menos; ella es capaz de
mostrar calidez y amabilidad, sobre todo con los Blackthorn y quienes se llegan
a ganar su amistad, o al menos su simpatía. Muestra una gran necesidad de Cortana, la espada de su familia que
empuña siempre que puede. Emma posee un singular sentido del humor bastante
ocurrente, el cual puede usar pero más acerado, cortante e incluso negro con
sus enemigos o la gente que se haya ganado a pulso su antipatía. Los
acontecimientos de Lady Midnight
serán sus primeras grandes pruebas de triunfo y agonía en sus metas y sus
sentimientos.
Julian (Jules) es un caso que explotó bien mi capacidad de empatía. Su vida no ha sido fácil, sobre todo siendo
cazador de sombras, al tener que encargarse desde los doce años de cuatro
hermanos, sin Mark o Helen con ellos; siendo desde entonces un padre de su
propia familia que un vástago más del desaparecido Andrew Blackthorn. A veces
desea tener la libertad que le robaron las circunstancias de la Guerra Oscura y
hacer muchas cosas propias de su edad, un tanto frustrado de tener esas
responsabilidades desde muy joven; pero a pesar de todo, su amor por sus
hermanos es tan grande que no dudaría en renunciar a su juventud todas las
veces que fueran necesarias. Un chico leal y entregado hacia los suyos;
ecuánime, prudente y un tanto introvertido pero capaz de tornarse afilado e
impertérrito en momentos que deba serlo. Tras este primer libro de The Dark Artifices siento que es un
joven con bastante luz, pero no libre de sombras debido a secretos y verdades a
medias que ha tenido que acarrear por sus circunstancias.
Cristina, como buena mexicana, pone el matiz latino en esta historia, sin
evitar salpicar las líneas con algo de su lengua materna aunque su inglés sea
perfecto. Demuestra ser una persona solícita para los Blackthorn y una gran
amiga para Emma, con una gentileza sincera bajo la melancolía que guarda para
sí, debido al peso de hechos no demasiado agradables de memorar de su pasado
que, en buena parte, la empujaron a alejarse del Instituto del D.F. Como
cazadora de sombras demostrará su pericia, sobre todo por su tino a la hora de
arrojar cuchillos de mariposa; que sumado a su trasfondo y a lo que vivirá en Lady Midnight dará bastante juego a
nivel argumental.
Tiberius (Ty) y Livia (Livvy) son muy distintos en lo que personalidad se
refiere, pero compenetrados y complementarios como cabría esperar del cliché de
hermanos gemelos.
Él es un quinceañero de mente compleja y afán de aprender; introvertido
en muchos sentidos, en especial el aspecto emocional. Inteligente, observador y
apasionado de las historias de detectives y los animales en general. Muestra su
fervor ante la idea de formar parte de la investigación en la que se sumerge su
familia en este libro. Su personalidad es tranquila tirando a visiblemente
apático e insensible, pero con una sensibilidad mucho mayor a lo que
exterioriza y que sólo ven los que de verdad le conocen. Entre sus defectos y
flaquezas están su enemistad a los cambios, en especial los negativos, y ser
demasiado pragmático y un tanto obstinado. Sin duda, Ty es alguien que, tras
conocerle de primera mano, promete dar bastante juego.
En lo que respecta a la gemela del anterior, ya dije que es muy distinta
a él, pareciéndose más a Emma en lo que se refiere a personalidad. Queda claro
que no tienes pelos en la lengua, pero sin pecar de ese descaro un tanto
imprudente de esa Carstairs que adora como a una verdadera hermana; aunque sí comparte
con ella, en cierto aspecto, fijación y empatía por su arma predilecta, en el
caso de Livvy un estoque. En ella se ve un punto de apoyo muy importante para
su hermano gemelo, aunque ella demuestra un vínculo con Ty que convierte en una
necesidad, hasta el punto de proponerle porfiadamente de que sean parabatai aunque
él decline la oferta una y otra vez.
Drusilla (Dru) es un personaje que me agradó a pesar de su rol bastante
menor dentro de los Blackthorn. Una chiquilla recién entrada en la adolescencia
que disfruta de placeres mundanos como la literatura y las historia de terror,
que además sufre de bastantes complejos por no ser esbelta y alta como son
todos sus hermanos, sino más bien con curvas y compacta.
En cuanto a Octavian (Tavvy), el benjamín, más de uno se prendará de su
encanto propio de un niño de siete años; porque aunque parece vivir al margen
de los menesteres nefilim, él observa y participa más de lo que pudiera
esperarse, y resulta chocante (por así decirlo) viendo lo cándido e inocente
que se muestra. Muy apegado a sus hermanos; sobre todo a Julian, en quien ve
una figura paterna. Aunque fue muy niño, casi sin uso de razón, cuando ocurrió
la Guerra Oscura, él recuerda más de lo que Julian había intentado evitarle.
Sólo añadiré sobre Tavvy que en algunos momentos será la clave para muchos
factores de la trama y que incluso pondrá el corazón en un puño al lector.
Malcom Fade, gran brujo de Los Ángeles… tan peculiar y pintoresco, pero a
su manera, como otro gran brujo que ha robado el corazón a la mayoría de fans
de la saga; aunque nada que ver con Magnus y un tanto lejos del magnetismo de
este, resulta curiosa su forma de ser y su personalidad. Sólo puedo decir que
dará mucho juego y sorprenderá, a parte de hacer reír en buena parte de sus
primeras apariciones en Lady Midnight.
El tío Arthur es alguien singular, con una mente desmedidamente volcada en
sus estudios, con la vista intermitentemente fija en el presente y más sumida
en el pasado y los recuerdos, prestando más atención al Instituto o a su
familia cuando Jules le empuja a ello. Y a lo largo de este libro se puede
llegar a entender un poco el porqué.
Diana Wrayburn es la instructora de los jóvenes Blackthorn, que en muchos
aspectos también la considera una hermana mayor y una amiga. Desde mi punto de
vista, un personaje un tanto lineal y sin gran aportación, aunque tiene sus
momentos de importancia más álgida y con potencial a descubrir en ella,
seguramente durante los dos siguientes libros.
Aquí se llega a encontrar una heterogeneidad mayor en cuanto a
personajes, porque también se nos muestran los matices entre las cortes seele y
noseele dentro de las hadas, además de la Cacería Salvaje; y por otro lado
personas que están entre los mundanos y los subterráneos, tales como brujos que
no heredan la magia o descendientes de licántropos que no despiertan como tales
pero sí gozan de mayores capacidades físicas que los mundanos corrientes.
Y por supuesto, viejos conocidos de la saga tendrán cabida aquí. Muchos
serán mentados, otros se dejarán caer (mejor no digo explícitamente quien es el
primero en rondar por Los Ángeles, para gozo de muchos). El lector sabrá
bastante de personajes de anteriores libros y que ha sido de sus vidas; en
buena parte en conversaciones de Emma, así como en escenas retrospectivas de
recuerdos de ella y Julian unos años antes del momento presente de Lady Midnight, pero uno llega a
sorprenderse para bien cuando más de uno aparece aquí de manera directa, aunque
sea una interacción fugaz. Los lectores veteranos que atesore un mínimo de
cariño a esos personajes que tantas veces habrá leído lo disfrutarán.
El desarrollo de la trama simplemente me encantó. Muchos enigmas que
cubrir para esclarecer, junto a diversos asuntos de sus personajes
desarrollándose de manera paralela y sin resultar caótico; todo de manera
continuada pero sin sobrecargar al lector con demasiada información de golpe.
Los acontecimientos se suceden uno detrás de otro, con giros, subidas y bajadas
en un torbellino argumental que arrastra a un lector que en general deseará
llegar hasta lo más hondo con avidez. Acontecimientos y revelaciones que, a mí
en particular, hacen ver que no todo es tan radicalmente blanco o negro, que
muchas cosas que se narran son de una manera u otra por las circunstancias. Y
cuando se alcanza el último tramo de capítulos la expectación y la incertidumbre
aumentan con cada secreto destapado y cada verdad sacada a la luz.
El desenlace de este primero de trilogía es simplemente impactante, e
incluso demoledor. Unos aspectos terminan con mucho agrado, pero otros se
convierten en un trago agrio o en algo pendiente de un hilo hasta que avance
más The Dark Artifices. Como cabe
esperar, habrán muchas revelaciones inesperadas, decisiones hechas haciendo de
tripas corazón; dejando claro que este libro amasa ejemplos de lo que se puede
ganar o perder, sobre todo por las propias elecciones, muchas veces tratando de
que sean lo más juiciosas y justas posibles. Y aunque muchos misterios se
desvelan, incluso algunos que ni a lo largo de la lectura se intuyen siquiera
su presencia hasta que surgen como una mina estallando cuando la pisas, termina
dejando bastantes cosas por descubrir. Los últimos dos o tres capítulos dan un
giro completo a diversos temas que se tratan el libro, con intervenciones
inesperadas y posibilidades para el siguiente, Lord of Shadows.
No cabe la menor duda de que este sea uno de los libros de Cassandra
Clare que terminan de forma tan arrolladora y cortante, dejando a su vez mucha
expectación e incertidumbre; con menos de diez líneas que compone el epílogo.
La portada; a todas luces Emma y su espada Cortana en medio de la inmensidad del océano que tanta aversión
despierta en ella; no decepciona en absoluto, a la altura de todas las demás de
la saga y, a su vez, alejándose en gran medida del estilo de todas ellas. Mucha
gente discrepa de que no se tradujera el título a Dama de Medianoche, ni les
agrade lo de “Renacimiento”; pero una vez sondado el libro todo lector puede
comprender que fue más acertado dejar el título original, así como que la
palabra renacimiento tiene sus matices y motivos para ser una elección adecuada
más allá al sentido que se puede sacar de que esta trilogía supone una nueva
etapa en el universo de Cazadores de
Sombras que (en teoría) haría punto y a parte a todo lo anterior…
Conclusión: Nuevos cazadores de sombras con la presencia y la impronta de
anteriores justo detrás, una nueva ciudad donde una maquinación se cuece con el
submundo y los demonios de por medio. La venganza por unos padres arrebatados,
el regreso de alguien perdido y un amor prohibido apuntarán hacia una ambiciosa
llena de rencor empujada por motivos distintos a los que podría esperarse. La
respuesta de Lady Midnight, tanto
para bien como para mal, está en ese sentimiento que mueve mucho al mundo
llamado amor.
Mi valoración global: 5/5
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