Título: Cuatro. Una Historia de la
Saga Divergente
Título original: Four. A Divergent Collection
Autora: Veronica Roth
Editado en España por: RBA
Sinopsis:
Dos años antes de que Beatrice
Prior tomara su decisión, el hijo del líder de Abnegación, de solo dieciséis
años, hizo lo mismo. El traslado de Tobias a la facción osada es su oportunidad
de empezar de nuevo. Allí no lo llamarán por el nombre que le pusieron sus
padres. Allí no permitirá que el miedo lo convierta en un niño asustadizo.
Tras rebautizarse como Cuatro, en
la iniciación descubre que tendrá éxito en Osadía. Sin embargo, la iniciación
no es más que el principio: Cuatro debe reclamar su puesto en la jerarquía
osada, y sus decisiones afectarán a los futuros iniciados y revelarán secretos
que suponen una amenaza tanto para él como para el futuro de todo el sistema de
facciones.
Dos años después, Cuatro está
dispuesto a entrar en acción, pero el rumbo que tomará todavía no está claro.
Es posible que la primera iniciada en saltar a la red lo cambie. Es posible que
con ella se despeje el camino a un mundo mejor. Es posible que con ella vuelva
a ser Tobias.
Crítica
personal (puede haber spoilers):
Incluye detalles de la trilogía, sobre todo
de Divergente e Insurgente; la lectura de este libro complementario supondrá
spoiler a los mismos.
Quien crea que todo estaba dicho al final de Leal, estará bastante equivocado.
Desde un punto de vista objetivo, Cuatro no es un libro realmente
indispensable de leer en la saga, aunque recomendable y acertado de hacer en
buen grado.
Este manuscrito complementario, en parte, hace
las veces de precuela, situando al lector en la elección de Tobias y todo lo
que vive él en Osadía antes de las primeras páginas de Divergente. Al mismo tiempo nos refleja sucesos y detalles de la
trama del primer libro que, lógicamente, Tris no podía tener constancia en ese
momento.
Además, está el pequeño añadido de algunos
fragmentos de Divergente ya narrados
por la indiscutible protagonista de la saga pero con la perspectiva de Tobias.
Esto último quizás para muchos no sea un gran contenido, pero no deja de ser
algo curioso que tampoco se le tiene que hacer el feo.
La propia autora en la introducción nos aclara
que Tobias iba a ser, en un comienzo, el protagonista narrador de Divergente; aunque esto no avanzó mucho
antes de que tomara un cambio de dirección a través de Tris. Parece que
necesitó culminar su obra más reconocida para enfocar adecuadamente lo que tuvo
al principio en mente y concebir este añadido que enriquece la trilogía.
En cierto aspecto, este libro flojea un poco por
parecerme tan similar a Divergente.
La iniciación de Tobias, así como su proceso de adaptación, me recordaron mucho
al paso de Tris; aunque es el protagonista del presente quien menos se abre a
su nueva facción, en parte por ser tan reservado y receloso, y por otro lado
porque tiene demasiados secretos que ocultar (como su verdadero nombre y la realidad
velada sobre su padre y la conducta de este en el núcleo familiar).
Durante los acontecimientos narrados en sus cinco
relatos, se palpa la evolución de Tobias, desde el que vemos justo antes de
renegar de Abnegación y de su padre hasta el que conoce Tris después de su
primer salto.
Quien haya disfrutado del primer libro, sobre
todo de ese primer escenario que es la sede osada, sentirá gratitud de poder
dar un último paseo por lugares tan emblemáticos de la misma como su Pozo, la
Espira o el estudio de tatuajes de Tori. Cuatro
dilata más el conocimiento sobre esta facción, pero sobre todo la forma en que
la gente llevan sus vidas, complementando e incluso esclareciendo esta parte de
la sociedad del mundo distópico concebido por la autora.
Uno de los puntos más fuertes que ofrece la
visión de Tobias de este escenario es la forma que descubre la confabulación y
la falacia en las facciones que se cuecen, sobre todo el control que Jeanine
sobre Max y la forma en que se explica el ascenso de Eric y su rol de topo por
y para Erudición dentro de Osadía, además del posterior plan de traición y
eliminación de Abnegación. Aunque esto se va viendo de todos modos a través de
Tris mediante lo que ata entre lo que descubre y lo que le informan, Tobias nos
muestra la maceración de todo este complot de forma gradual, continua y
directa. Y así mismo, el lector se adentra al conflicto interno que supone este
descubrimiento para el protagonista, sin saber exactamente que hacer ni cuando,
considerando que cualquier acción que hiciera supondría una traición tanto a su
facción actual como a los inocentes de la que renunció tiempo atrás.
También se esclarece el como descubre Tobias el
hecho de que su madre no estuvviera muerta como su padre hizo creer a él y a
prácticamente todo el mundo, además de como pudo encontrarla cuando la
consideró necesaria al principio de Insurgente.
Además entre sus páginas nos muestra algo más de cómo Amar llegó a ser, dentro
del poco tiempo en que tuvieron trato, alguien digno de la simpatía y el
agradecimiento del joven llegado de Abnegación; sin obviar el como este
personaje supuestamente muerto resurgido en Leal
consigue que todo el mundo le llame Cuatro sin que nadie (salvo Eric y unos
pocos más) tengan presente en la memoria el estigma que supone para Tobias ser
un Eaton.
Tampoco tiene desperdicio las reflexiones de
Tobias, incluso las que tienen que ver con el comportamiento, su sociedad y las
relaciones dentro de cada facción; y en muchos aspectos nos recuerda que
todavía es un adolescente. Se verá con las diferencias de vivir la vida entre
Abnegación y Osadía; de limar aunque sea un poco su propio ostracismo y lo
enseñado en la cultura de su facción natal tan comedida para moverse como esos
osados que son más sociables y confiados dentro de su núcleo. También, aunque
sin mucho éxito hasta la aparición de Tris, se cuestionará el tema de las
relaciones amorosas o la atracción hacia el sexo opuesto, algo que ya de por sí
es pudoroso en Abnegación.
La primera persona siempre ha sido la voz
cantante, y lógicamente es el protagonista de estos relatos quien los narra. Ya
en Leal se ganó buena parte de mi simpatía
en esta faceta que compartía más o menos a la par que con Tris, y siguió así
durante las casi doscientas cincuenta páginas de Cuatro.
El estilo de Roth sigue siendo tan ameno, dinámico y reflexivo como en el
comienzo de la saga, con una gran exposición de la trama, el escenario y los
personajes, incluso en esta vista retrospectiva después de llegar al final de
toda historia. Lo más agradable de este caso, con Tobias como único narrador,
es que fue capaz de crear para él un timbre de voz propio sin que quedara tan
parecido al de Tris. Se palpa en cada línea de que la autora, durante el
proceso de escritura, intentó poner todo lo que fue capaz en esta despedida de
la saga Divergente.
El personaje de Cuatro/Tobias fue uno que a lo largo de la saga fue
ganándose mi simpatía de manera paulatina, a medida que se acercaba el
desenlace; desde el potencial con expectativas que le intuí en Divergente hasta la evolución y
resolución que muestra en Leal. Y Cuatro fue la oportunidad de conocerle
mejor y fraguar mayor empatía hacia él, aunque diría que su peso es demasiado
angular y centrado en él, quedando el resto del elenco como meros respaldos al
peso que supone Tobias. Conocemos mejor y de modo más visceral ese pasado
tortuoso de mentiras y de dolor tanto corporal como emocional del que siempre
había ansiado escapar; por lo que Osadía se convierte en una vía de escape
incierta, desesperada e incluso peligrosa para él. Se hará fuerte, y se hará a
sí mismo, pero no por ello dejará atrás su lado más vulnerable que refugia en
lo más hondo de su alma con muros de acero y alambre de espinos para que nadie
vea lo más íntimo y lamentable de su persona. El camino en su nueva facción
será complicado para él, pero de un modo u otro sacará tanto diligencia como
lealtad a sí mismo para hacer suyo el estatus de verdadero osado; sin
doblegarse ante nadie, y mucho menos ante los que le desean mal y humillación,
aunque no por ello se integre tan de lleno como podía esperarse en un osado típico.
Aunque en ciertos aspectos rompe con esa pavorosa fobia hacia su padre, este
sentimiento es imposible de extirpar durante esta etapa de su vida, por más que
lo enfrente en su pasaje del miedo. Y conociéndole ya algo mejor, queda claro
que Tobias/Cuatro es alguien con moral y ética, además de un enemigo consumado
de la falacia; virtudes que demuestra llevarlas más allá del tinglado y los
tejemanejes de las facciones y la corrupción que pueden alardear entre las
sombras sus líderes.
Como ya expliqué, Tobias es el que acapara (casi de manera avariciosa) el
protagonismo del libro (quitando algunas escenas en las que aparece Tris, en
las que ella lo comparte un poco). Pero dentro de lo que cabe, conocemos bien a
los habitantes de Osadía que en mayor o menos medida dejan impronta en él.
Quizás los que más destacan son Zeke y Sauna, quienes logran entrar en el
corazón del protagonista más que el resto, pero sin ganarse que este desnude
tanto su alma como lo logra Tris. Aún así, este dúo hará con su despreocupada y
franca amistad hacer más llevadera la integración y la vida en sí a Tobias
dentro de la facción que vio nacer a ambos. Además, también se ve en ellos sus
propios asuntos, sobre todo los intereses de ella a nivel sentimental.
El trato cómplice de Tori con Tobias se asemeja mucho al que ella muestra
con Tris, pero lógicamente con sus matices a pesar de que la tatuadora por
excelencia de Osadía guarde secretos bastante arriesgados con uno y con otra. Y
Amar, dentro del juego que ofrece, agrada de leerlo y conocerlo, sobre todo su
rol de instructor con Tobias, demostrando que en cierto aspecto deja en este último
una pequeña muesca de influencia e ideales. También hay que tener presente la
escueta pero relevante interpretación del personaje de Evelyn.
Entre los personajes con más sombras destacaría a Marcus Eaton, que da
una imagen al mundo que oculta esa otra que contrasta de padre y marido
déspota, agresivo e insensible: a Max, que es algo similar al anterior, con sus
ideales a los suyos de exaltar y reforzar el espíritu osado pero que a la hora
de la verdad es un perrito faldero de Erudición como descubre Tobias; Jeanine
demostrando las primeras fases de su ambición y su actitud calculadora; así
como Eric, quien en buen grado se sume y asciende en su nueva facción más por
segundas y pérfidas intensiones de lealtad a la que en verdad defiende.
La portada mantiene la base del diseño de las que forman la trilogía,
ofreciendo la imagen de una noria rotando constantemente, y a una gran
velocidad por las llamas y las chispas de fricción que se ven. El significado
principal esta claro, quien recuerde la escena en ese mismo tipo de atracción
de feria que comparte él con Tris en una escena importante de Divergente. Pero desde mi punto de
vista, a parte del evidente, la noria posee diversos significados intrínsecos respecto
a la saga y al propio protagonista de este pequeño manuscrito que más de uno
podría intuir con un solo vistazo a la cubierta y conociendo de antemano todo
lo vivido en los tres libros principales.
Cada relato está bien encuadrado y relacionado, tanto entre sí como con
la trama principal. Definitivamente, es un libro que leer para enriquecer lo
que se ha vivido con la lectura de la trilogía. Y con franqueza, el resultado
de este libro cuyas páginas se reparten antes del primero y otras en medio de este
y del segundo, resulta notable y por encima de lo que pueda dar pie las
expectativas y los recelos que puedan despertar en más de un lector.
Conclusión: Relatos que nos acerca más a Tobias Eaton, sobre todo
su pasado que repercute también en el presente y futuro a partir de Divergente. Un libro complementario que
demuestra que sí había cosas dejadas en el tintero por compartir.
Mi valoración global: 4/5
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