martes, 12 de abril de 2016

Crítica personal: Cazadores de Sombras Los Orígenes 1 Ángel Mecánico

Título: Cazadores de Sombras: Los Orígenes 1 – Ángel Mecánico
Título original: The Infernal Devices 1 – Clockwork Angel
Autora: Cassandra Clare
Editado en España por: Destino

Sinopsis:
Tessa Gray está dispuesta a encontrar a su hermano. Para ello, se dirige a Londres, donde será raptada por una organización secreta llamada el Club Pandemonium, y rescatada por los Cazadores de Sombras. Pronto, Tessa verá su corazón dividido entre Jem, cuya frágil belleza oculta un oscuro secreto, y Will, cuya hiriente ironía y cambios de humor constantes la mantienen a distancia, mientras los tres intentan salvar... el mundo.

La magia es peligrosa, pero el amor lo es todavía más.

Crítica personal (puede haber spoilers):
                                                            
El universo de Cazadores de Sombras se amplía y profundiza más allá de Clary, Jace y compañía; aunque en este caso suceda en el pasado. Con estos orígenes, la autora presenta una trama independiente a la iniciada con Ciudad de Hueso, en un lugar y época diferentes; pero el nexo entre The Mortal Instruments y The Infernal Devices es mucho más estrecho de lo que ya de por sí podría imaginarse de antemano, que se irá apretando más dicho lazo a medida que avanza esta trilogía.

Aquí nos trasladamos a Londres, en plena época Victoriana. Theresa (Tessa) Gray es una joven estadounidense que, tras la muerte de su tía, cruza el océano para estar junto a su hermano mayor y único familiar vivo Nate, quién partió a la capital británica en busca de trabajo y un porvenir. Sin embargo, las Hermanas Oscuras del Club Pandemonium la reciben en el puerto en lugar de Nate, alegando que le era imposible a él. Ella confía en ellas ante las evidencias que prueban de conocer bien a su hermano, sin saber lo que le espera.
En las semanas posteriores, retenida contra su voluntad, malviviendo, maltratada y sometida por ambas mujeres, la harán pasar por un extraño adiestramiento en el cual desarrolla un don que la abrumará y que no alcanza a comprender. Para dicha de Tessa, no tardará demasiado en ser rescatada de manera fortuita por los cazadores de sombras del Instituto de Londres, guiados de manera casual a raíz de una investigación que los lleva a donde la joven se encontraba retenida.
Aún así, Tessa sabrá que no es de verdad libre, porque aquel conocido como el Magister tiene un férreo y misterioso interés en ella. Por otra parte, asimilará la verdad oculta a los mundanos sobre la existencia de demonios, Subterráneos y nefilim, conviviendo provisionalmente con estos últimos en el Instituto de Londres, dirigido por Charlotte Branwell y su esposo Henry. Ella, a la par, se enfrentará a grandes cuestiones. ¿Qué ha sido de Nate? ¿Qué quiere el Magister de ella? ¿Qué es ese extraño poder que despertó en el Pandemonium? ¿Y las criaturas mecánicas que figuraban ser personas que halló en su cautiverio? Y sobre todo... ¿Quién es ella en realidad?
Lo que menos se podía esperar Tessa, bajo el amparo de los nefilim que la acogen, son los sentimientos que irán brotando en ella a raíz de dos jóvenes muy diferentes pero con un vínculo muy fuerte entre ellos: el díscolo William (Will) Herondime y el amable James (Jem) Carstairs.
Pero más allá de todo lo que afecte a la joven estadounidense, se entrevé los engranajes de una oscura trama que deberán tener en cuenta los cazadores de sombras de esa época.

Incluso para los ya familiarizados con la saga protagonizada por Clary y demás en The Monrtal Instruments, aquí descubriremos y aprenderemos mucho sobre este universo que crece y se complementa entre sí. Un planteamiento nuevo, con otros personajes, con algo más de un siglo de diferencia en relación a lo que se conoció de los libros publicados anteriores a éste... No niego que cuando empecé a leerlo en su momento, la lengua viperina del recelo me susurraba al oído, con la predisposición de comparar los personajes presentados aquí con los ya conocidos, que serían los mismos perros con distintos collares, o que las tramas serían similares... Craso error por mi parte.

Cassandra Clare cubre con este Ángel Mecánico las expectativas que siempre he tenido respecto a su estilo narrativo. Tan rico en detalles como me tiene acostumbrado, pero sin recargarlo en exceso, con una expresión dinámica, amena y fluida, otorgando a sus personajes un enorme realismo y carisma, así como a ese escenario que es el Londres del siglo XIX, donde nos mete con mucho acierto. Ha creado desde cero, aunque estrechamente unido con los otros libros de Cazadores de Sombras, una trama que mantiene el misterio en su mayor parte hasta el final, sin que resulten bruscas en lo más mínimo dichas revelaciones, dejando otras tantas incógnitas para más adelante al ser el comienzo de una muy prometedora trilogía.

Una peculiaridad de este libro, y que se repite en los posteriores, es la de incluir una pequeña cita entre el título de cada capítulo y la primera línea del mismo. Normalmente escuetas líneas son extractos de ciertas obras, con una habitual relación tanto con el título como con el capítulo en sí. Y la verdad, es un aspecto original y que me agradó bastante

Sobre el elenco, como ya comenté, empecé con la idea subliminal de ver quien es la versión Victoriana de los que conocí del Instituto de Nueva York, pero está claro que me equivoqué.
Tessa es una apasionada de la literatura, con un gran sentido de la franqueza. Tendrá que asimilar demasiadas cosas en poco tiempo, mientras rumie su inquietud por Nate y su dudosa naturaleza mundana por el enigmático poder que recién despertó; mientras sus relaciones con los miembros del Instituto se van estrechando, destacando sentimientos que hasta entonces le eran sólo conocidos por las historias que ha leído a lo largo de su vida. Pero lo que no será del todo consciente es la magnitud de su verdadera importancia en esta historia.
Will se entrevé que es muy parecido a Jace... y la verdad es que no se distancian mucho en personalidad, aunque este joven y atractivo galés puede ser un chico malote y díscolo de una manera diferente, pero igual de contundente. Un aspecto interesante es su relación recíproca con Jem, muy estrecha, más que hermanos, compenetrados pese a sus caracteres contrarios, más allá incluso del lazo que nos une de por vida como parabatais.
Jem creo que puede ser tan agradable como tedioso para el lector. Un joven medio asiático de aspecto delicado, con cabello y ojos plateados, el perfecto caballero, la quintaesencia de la amabilidad, un virtuoso del violín igual de elegantemente letal en el combate. Puede resultar demasiado perfecto, que en algunos aspectos no tenga el gancho y el brillo de su parabatai; sin embargo, hay algo en él que no sea tan estereotipado o lineal como puede parecer a primera vista.
Jessamine Lovelace da la impresión de ser un calco en rubia de Isabelle, y aunque ambas comparten aspectos como el sentido del ego (mucho más acentuado en Jessie) o de la moda, a fin de cuentas son tan diferentes como el color de sus cabellos. Una joven con ambiciones, independiente y más bien ególatra que, metafóricamente, no se casa con nadie a la hora de la verdad, pase lo que pase. Sin embargo, también llegó a trasmitirme cierta empatía, e incluso lástima, en ciertos momentos.
Charlotte y Henry son una pareja que me ha caído muy en gracia.
Ella muestra una fuerza mucho mayor a lo que aparenta, pero aún así sensible y protectora, teniendo en cuenta el peso de dirigir un Instituto; sobre todo con el machismo propio de la época incluso entre los nefilim fustigándola en lo referente a su cargo en Londres, al cual se enfrenta para demostrar que una mujer, incluso con esa emotividad que parece una fama que la precede a ojos de la Enclave, puede llevar perfectamente las riendas tanto de uno de los Institutos más importantes como de los inusuales incidentes en los que tanto ella como quienes las rodean se verán arrastrados.
Por su parte, él parece tener siempre la mente en otra parte, sobre todo en su fascinación inquieta de inventar, y precisamente esos despistes lo hacen un buen punto de humor aunque eso exaspere a su mujer, la cual parece sentirse más vulnerable ante la aparente ausencia del respaldo de su pareja, porque ni los problemas del Instituto o las inquietudes de Charlotte parecen perturbar esa especie de déficit de atención que sufre a causa de su apasionante y absorbente obsesión. Sin embargo, Henry puede llegar a sorprender, sobre todo avanzando la trilogía.
Uno de mis personajes favoritos de este libro y la trilogía en general es Sophie, una de las criadas del Instituto, la cual está bastante presente en la trama, muy servicial y devota de Charlotte, a la que procesa su lealtad y gratitud sinceras. Aunque es un personaje sin verdadero peso, bastante secundario, me gustó mucho en general, en especial su trasfondo.
Son otros tantos más los personajes que danzan en torno a la historia (a destacar cierta cara conocida de The Mortal Instruments que a muchos fans agradará), aunque los omitiré para evitar posibles spoilers gratuitos. Sobre la parte antagonista, el Magister, sólo diré que no tiene desperdicio y que está bastante a la altura de Valentine Morgenstern por la manera de hacer los tejemanejes propios de un villano literario.

En este primer volumen de Los Orígenes, así como en los posteriores, vemos muchas referencias, unas muy claras y otras algo más discretas, del nexo entre esta trilogía y la trama de The Mortal Instruments. Un claro ejemplo es que tanto en personajes principales, secundarios y cazadores de sombras que aparecen o se nombran de forma sutil, vemos apellidos de nefilim que aparecen en los que suceden más de un siglo después, despertando con este primer libro la inquietud especulativa del lector por saber a lo largo o al final del camino el grado de relación sanguínea entre los de unos y los de otros. Sin duda, aunque son lecturas independientes, pudiéndose leer una trama como otra de manera independiente, o incluso alternándolos, desde luego que resulta mucho más enriquecedor adentrarse en todos ellos.

Aquí Cassandra Clare demuestra el mismo talento que derrochó en sus libros anteriores, con una trama y un final impactante y sorprendente, con inesperado giros en la historia capaces de tener al lector con ávida atención; dejando además sus buenos cabos sueltos, así como misterios prometedores e incertidumbres tanto en el argumento en sí como en las relaciones entre los personajes (en especial el perfecto y complejo triángulo amoroso que es evidente desde el comienzo, el cual será una pieza importante en esta historia) que se irán desentrañando a lo largo de la trilogía que comienza con este Ángel Mecánico.

Y qué decir de la portada. Realmente, todas las de la saga son auténticos regalos para la vista, y esta primera de Los Orígenes cumple sus expectativas sin quedar relegada a las de The Mortal Instruments, siguiendo un patrón con similitudes a los ya vistos con anterioridad.

Conclusión: El comienzo de una trilogía prometedora, independiente pero conexa a la trama con la que se empezó el universo de Cazadores de Sombras. Una trama igual de intensa, personajes igual de magnéticos y un planteamiento que las enriquece recíprocamente. En definitiva, un experimento que fue arriesgado el cual considero un nuevo y rotundo éxito para su autora.
Porque antes de los Instrumentos Mortales... estuvieron los Artefactos Infernales.


Mi valoración global: 5/5


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