domingo, 11 de diciembre de 2016

Crítica personal: Harry Potter y la Cámara Secreta

Título: Harry Potter y la cámara secreta
Título original: Harry Potter and The Chamber of Secrets
Autora: J. K. Rowling
Editado en España por: Salamandra

Sinopsis:

Tras derrotar una vez más a lord Voldemort, su siniestro enemigo en Harry Potter y la piedra filosofal, Harry espera impaciente en casa de sus insoportables tíos el inicio del segundo curso del Colegio Hogwarts de Magia y Hechicería. Sin embargo, la espera dura poco, pues un elfo aparece en su habitación y le advierte que una amenaza mortal se cierne sobre la escuela. Así pues, Harry no se lo piensa dos veces y, acompañado de Ron, su mejor amigo, se dirige a Hogwarts en un coche volador. Pero ¿puede un aprendiz de mago defender la escuela de los malvados que pretenden destruirla? Sin saber que alguien ha abierto la Cámara de los Secretos, dejando escapar una serie de monstruos peligrosos, Harry y sus amigos Ron y Hermione tendrán que enfrentarse con arañas gigantes, serpientes encantadas, fantasmas enfurecidos y, sobre todo, con la mismisima reencarnación de su más temible adversario.

Crítica personal (puede haber spoilers):

Al tratarse de una continuación, será bastante inevitable que llegue a mencionarse lo que se considere ya sabido para quienes leyeron la anterior parte. Si te adentras en esta opinión, tenlo en cuenta.

Seguimos con la vida escolar, así como las aventuras, del niño mago más famoso de la literatura actual. Y desde luego, esta es una continuación que hace méritos al fantástico inicio de la saga. La Cámara Secreta es un título que empieza a ser de los que deban tenerse en cuenta, sobre todo de cara a su desenlace en el séptimo libro por ciertos puntos que se tratan en este.

Aunque en su primer curso descubrió muchas cosas de sus orígenes y el verdadero mundo en el que nació y se crió en su primer año de vida, a Harry le resta más por aprender a lo largo de su segundo año en Hogwarts... y no únicamente en los libros y en las aulas.
Ahora, los peligros que rondan los muros del castillo son mayores, y no sólo atañerán a Harry, sino a toda la escuela en mayor consecuencia; tal y como asegura Dobby, un enigmático elfo doméstico que aparecerá de incógnito en casa de los Dursley a finales de las vacaciones de verano; la criatura insistirá en que él no debe asistir el próximo curso a Hogwarts por su seguridad, y para ello Dobby está más que dispuesto a todo tipo de medios tan disparatados como poco ortodoxos.
Pero nada hará desfallecer a Harry en su regreso a la escuela, donde las palabras del elfo doméstico irán cobrando poco a poco mayor sentido del que el alumno de Gryffindor pudiera especular en un primer momento, hallando la raíz del mismo en una vieja y oscura leyenda forjada en los inicios de la concepción y edificación de la escuela en tiempos de sus cuatro fundadores.
Una vez más, él y sus inseparables amigos tomarán baza en el asunto por su propia cuenta.

La Cámara Secreta es una historia más intensa que La Piedra Filosofal pese a sus extensiones similares, siendo en este caso algo menos introductorio y pueril pero sí ligeramente recordatorio y con sus justos añadidos para brindar profunda y rica coherencia a la sociedad de los magos en el que se desenvuelve Harry.
A pesar de haber impedido que lord Voldemort tomara la piedra filosofal que podría haberle devuelto las fuerzas perdidas diez años atrás, los oscuros peligros de la magia seguirán rondando a Harry, tal y como le asegura el misterioso Dobby en su confidencia. Un terrible mal amenaza con extender el miedo y las primicias de la muerte. La escurridiza sombra de una figura enigmática, estrechamente relacionada con una de las más misteriosas leyendas que algunos aseguran hallarse en lo más profundo de Hogwarts: La Cámara de los Secretos.
Pero más allá de lo principal de esta trama, una vez más la autora demuestra su pericia de entremeter en armoniosa simbiosis distintos temas bajo la aventura, el peligro de las artes oscuras sobre su protagonista y esa vida escolar entre varitas y escobas. Tocará, por ejemplo, la discriminación o los desprecios que se pueden sufrir también entre los magos, familiarizándonos con la opinión de los más puristas y rígidos de estos con términos tan crueles como “sangre sucia”; y precisamente este tipo de sentimientos tienen su papel e influencia relevantes no sólo en lo que ocurre en La Cámara Secreta, sino a lo largo del resto de los libros que componen la saga.

La narrativa de Rowling sonda la misma buena senda con la que arrastró al lector en La Piedra Filosofal, derrochando sencillez en sus líneas pero con una profundidad en la que sumerge al lector con natural deleite. Nuevamente ha trazado una trama original y absorbente que sigue siendo las delicias del lector afín a este género literario, siendo certera en los giros y momentos en los que arrebatar sorpresa a lo largo del libro. Desde luego, una lectura fantástica para jóvenes y no tan jóvenes. Una vez más, ha creado una historia con aventuras repleta de intrigas, momentos divertidos que incluso en relecturas consigue robar sonrisas y algunas carcajadas tempestivas, así como un mundo de magos pionero y original dentro de la literatura fantástica juvenil.

Harry seguirá siendo el vimos en el primer libro, sobre todo en su resolución y arrojado como buen Gryffindor que se considera; pero a su vez las dudas, en particular sobre sí mismo, le musitarán con su maliciosa naturaleza difusos pero ásperos signos germinales de evidencias. La Cámara Secreta será una de sus mayores pruebas a encarar, y no sólo por las oscuras artes que le amenazan; que de superarlas no sólo podrá vivir para contarlo el curso siguiente, sino que también aportarán mucho a su crecimiento como personaje.
Ron y Hermione se mantienen en su línea, con sus correspondientes desarrollos dentro de este arco argumental. Seguirán siendo los paradigmas de la amistad, aportando además sus mejores cualidades para tratar de esclarecer juntos el enigma que gira en torno a La Cámara de los Secretos. Aunque entre los dos hay franca amistad, eso no frena que choquen esos caracteres tan diferentes.
Conoceremos un poco mejor a la familia Weasley, así como su humilde pero cálido hogar. Arthur y Molly son un matrimonio bien avenido pero con sus cosas; dado que él, bonachón y prudente por norma, se fascina por todo lo muggle (en especial sus inventos) y que ella, dulce pero con rectitud, le trae de cabeza dicha excentricidad. Los gemelos George y Fred seguirán igual pícaros, y Percy demasiado estirado, responsable y lleno de aspiraciones. Además, veremos mejor a Ginny, la menor y única chica de los siete hermanos (además, uno de mis personajes favoritos de la saga), quien empieza ese curso en Hogwarts; aunque su transcendencia no es comparable a la de otros personajes a lo largo de la saga, en este título hay que tenerla en cuenta más allá de la timidez y el nerviosismo que le provocarán Harry en evidencia de los sentimientos que ella le dedica.
Otro que continua sin decepcionarme es Albus Dumbledore. El director de la escuela sigue siendo ese anciano de sosegada afabilidad y juiciosamente comprensivo, una fuente de sabiduría entregado al bienestar de Hogwarts y quienes lo moran. Aquí demostrará cuan grande es su temple y convicción a pesar de las serias crisis y retracciones que deberá afrontar por su cargo.
Los profesores que ya se dieron a conocer en el comienzo seguirán presentes y en los patrones en los que fueron concebidos; en particular Severus Snape, quien seguirá tan desagradable y mordaz como el peor de los sutiles y letales venenos que pueda prepararse en sus clases. Conoceremos mejor a la profesora Sprout, que imparte Herbología, cuyos conocimientos tendrán relevancia en este libro. En lo que respecta al nuevo profesor de Defensa Contra las Artes Oscuras, Gilderoy Lockhart, es toda una celebridad que goza de la adoración de la práctica totalidad de las brujas, con una larga lista de libros a sus espaldas donde relata sus aventuras y escarceos con artes y criaturas oscuras; sin embargo, y a pesar de su “currículum”, irá esclareciendo que no es oro todo lo que reluce con esa imagen suya de patán presuntuoso que presume petulante como un pavo real.
 Entre los alumnos, veremos a viejos conocidos al igual que algunas caras nuevas sin especial peso pero de presencia propicia, tanto de Gryffindor como de otras casas, en especial de Hufflepuff. Draco no varía su actitud altiva de todo buen Slytherin, tratando como siempre de resultar superior incluso a sus profesores (salvo su respetado Snape), aunque sin ocultar sin mucho empeño la malsana envidia que es capaz de demostrar.
Hagrid seguirá presente, y en este libro empezaremos a saber algo más sobre su pasado. Y habrá caras nuevas, como Lucius Malfoy, quien aún siendo más refinado que su hijo en su maquiavélica malicia nos dejará claro de qué fuentes bebe la mentalidad del pequeño Draco.
Los seres no humanos y criaturas mágicas serán más visibles en este título, empezando por Dobby, en el cual conoceremos cosas de la raza de los elfos domésticos a la par que ejerce su rol en la trama. Igualmente, los fantasmas seguirán pululando por Hogwarts, conociendo además el de una antigua alumna apodada Myrtle la Llorona, toda una novedad relevante en La Cámara Secreta.
Por parte de los Dursley, el juego que aportan a la historia en este segundo libro (dentro de su justo pero propicio papel) no reluce tanto como en el anterior o en los posteriores a este.

La historia sigue rebosando humor, intriga, aventura, magia entre momentos divertidos y otros más cruentos. Su desenlace no me ha decepcionado en absoluto, con expectaciones y sorpresas desfilando hasta prácticamente la última línea, a la altura de La Piedra Filosofal; aclarándose con acierto el misterio de la Cámara Secreta, así como la identidad y motivos de quien estaba detrás de todas las calamidades que se desarrollan ese curso en Hogwarts. Un final que queda bastante cerrado, incluso autoconclusivo de no ser por alusiones y enigmas que se leen entre sus líneas, además de que a Harry aún le quedan cinco años de estudios que dan para más. La Cámara Secreta regala muchas señas que tener bien presentes, bastantes de las cuales se nos puede pasar por alto su relevancia por la perfecta sutileza de Rowling para impactar al lector en el futuro.

Conclusión: Una gran continuación para ese estupendo comienzo que supuso el anterior. Una historia divertida y emocionante a la par, llena de aventura y magia que avanza en madurez al mismo ritmo que su protagonista va creciendo en todos los aspectos. Si disfrutaste buscando con Harry la piedra filosofal, desentrañar el misterio de la Cámara de los Secretos será como mínimo igual de satisfactorio.


Mi valoración global: 5/5


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