Título: A Christmas Carol
Título en español: Cuento de
Navidad
Autor: Charles Dickens
Editado en inglés por: Varias
editoriales
Editado en España por: Varias
editoriales
Sinopsis:
Ebenezer Scrooge is a mean old man with no
place in his heart for others, not even his clerk’s feeble son, Tiny Tim. One
freezing cold Christmas Eve, Scrooge is visited by the ghost of and old friend
and embarks on an eerie nightmare journey. By visiting his past, present and
future, can Scrooge learn to love Christmas and those around him?
Crítica personal (puede haber spoilers):
Esta es, a todas luces, la primera obra de Dickens en la que pensamos la
mayoría cuando se menta a este destacable autor. E igual de probable es que
será extraño el caso en que alguien no sepa de que va esta historia, aunque sea
por las diferentes adaptaciones que en algún momento (sobre todo en Navidad)
son emitidas en televisión.
Finalmente he tenido una oportunidad ineludible para conocer este clásico
literario, aunque en inglés; por lo que esta crítica, como todas de este
estilo, se enfocará especialmente desde mi perspectiva de haber leído la obra
en su estado más puro y original.
La trama de A Christmas Carol
gira en torno al personaje de Ebenezer Scrooge, un anciano falto de bondad,
empatía y caridad hacia el prójimo que ha dedicado su vida casi por entero a
trabajar y amasar dinero (no se especifica con exactitud su negocio, pero se da
a entender que es un prestamista usurero). Todo acontece en el día de Nochebuena,
siendo ese día exacto el séptimo aniversario de la muerte de Jacob Marley;
quien fuera socio y buen amigo de Scrooge, con una aptitud similar a la del
protagonista principal de esta historia.
Ni tan siquiera en esa víspera el anciano es capaz de apelar a una miaja
de humanidad y compasión; ni con su sobrino, a quien rechaza fríamente su
amable y sincera invitación de almorzar en su casa al día siguiente; ni con
unos hombres que acuden a él implorando ayuda económica para los necesitados, a
quienes no muestra la menor compasión por sus penurias al considerarles mejor
muertos para poner freno a la sobrepoblación que está sufriendo la sociedad; ni
con su explotado empleado, Bob Scratchit, a quien de mala gana le concede libre
el día de Navidad. Pero esa noche recibirá en su casa una advertencia de
ultratumba, que más bien podría considerarse un ultimátum, directamente de la mano
del difunto Marley.
Quien fuera su socio acarrea una condena muy pesada en la otra vida por
su falta de bondad y su afán de ganar dinero, y el propio Scrooge correrá un
destino igual, e incluso peor, si no cambia su forma de ser. Por ello, tres
espíritus irán a visitarle para darle una última oportunidad en su vida.
¿Querrá Scrooge enmendar su corazón pétreo y glacial? ¿Serán esos
fantasmas capaces de quitarle la venda que lo ha apartado de lo mejor del ser
humano? ¿Llegará a ser tocado por la magia de la Navidad?
Cuento de Navidad narra un
breve pero intenso periplo en pos de una redención que ganar, a través de un repaso
al ayer, una concienciación del ahora y un anticipo agrio de un mañana no tan
lejano. Un alma congelada por demasiados años que necesitará los rayos del sol
si quiere evitar un castigo tan aciago como eterno, debiendo abrir los ojos
ante lo mucho que se ha dejado perder de sí mismo y de su bondad innata a lo
largo de su vida.
Esta obra trata de aleccionar en muchos aspectos, con el fin de no
desmerecer ni dejar caer en el olvido las virtudes positivas potenciales con
las que nacemos. Que tras la decadencia de lo más difícil de esa época, sobre
todo para las clases más desfavorecida y los niños, siempre queda un espacio
para el amor, la bondad e incluso la esperanza, que estos sentimientos no
pueden desaparecer del todo, aunque sea avivándolos en ese día tan especial del
año. Igualmente, el autor inculca en sus líneas que no se puede vivir ignorando
los infiernos que otros puedan padecer; así como lo poco bien repartida que puede estar la vida, viendo a Scrooge con mucho dinero pero sólo y sin amor, en contraste con personas como su empleado, que aún con necesidades dependientes del dinero que carecen (sobre todo en lo que respecta a la precaria salud de Tiny Tim) goza en su hogar de una fortuna a nivel emocional.
La historia se divide en
cinco partes: Marley’s Ghost, The First of the Three Spirits, The Second of the Three Spirits, The Last of the Spirits y The End of It. La exposición
utilizada es la tercera persona, en la cual he podido distinguir más al propio
autor que una mera voz narradora neutra y anónima; y al mismo tiempo logra
atraer con sumo éxito a las palabras escritas cada emoción que rezume sus
personajes, en especial Scrooge.
Y es precisamente ese ímpetu de Dickens en su forma de narrar uno de los
puntos que me parecieron más fuertes de su estilo; pues muestra él mismo cuanto
vive y hasta donde se implica con lo que salió de su pluma. Capaz de mostrar la
vida no tan fácil para muchos de esa época, pero sin que caiga en una bruma de
decadencia luctuosa, creando una obra que siempre refleja aunque sea un mínimo
atisbo de luz en medio de un escenario gris.
Ebenezer Scrooge es un personaje que en el cual se aprecia una clara
curvatura en su evolución como personaje, sobre todo teniendo en cuenta su
pasado; y esto es seguramente otro de los mayores y más atractivos puntos
fuertes de ese clásico literario. Un corazón con un invierno eterno que
entierra durante largos años todo lo bueno que hay en él, sin que muestre el
menor arrepentimiento de esa forma de ser tan degradada; y tiene que ser la
revelación de su castigo reservado para la otra vida lo que le haga
recapacitar. Claramente empezará movido por el miedo ante un calvario eterno,
pero a medida que los tres espíritus le muestran el antes, el ahora y el
después de sus Navidades, irá entendiendo lo que quieren decirle y el miedo
dejará de ser el único sentimiento que ahonde en él. Pasará por la nostalgia de
las pocas pero intensas cosas buenas de su infancia y su juventud, antes de que
se volcara demasiado en su trabajo y en las ganancias; después se verá a sí
mismo de una manera distinta y menos subjetiva gracias a los tres espíritus, lo
que decidirá en gran parte el destino y las elecciones del propio Scrooge.
Marley no tiene más importancia en la trama que al comienzo como mero
mensajero y prueba “viviente” de que todos sin excepción pasamos por caja una
vez exhalamos nuestro último aliento. En Jacob aprecié un poco de que, a pesar
de haber sido insensible en vida, sí que llegó a fraguar sincera amistad con su
socio, lo que le lleva su conciencia a salvar el alma de aquel hombre, y que
quizás dicha ayuda le sirva para sobrellevar un poco el peso que debe arrastrar
por siempre.
Los tres fantasmas que le visitarán, a cual más singular, supondrán una
influencia enorme en Ebenezer, aunque al final la decisión dependerá del propio
anciano. El de las Navidades Pasadas será quien evoque la nostalgia, un punto
que conectará a Scrooge con lo bueno que tenía y que fue perdiendo con los
años. El de las Navidades Presentes le abrirá los ojos de lo que muchos piensan
de él, de cómo la gente derrocha felicidad en Navidad incluso si sus
circunstancias no sean ideales, y sobre todo, en cierto aspecto será una
bofetada de moralidad para el protagonista cuando sea metafóricamente escupido
por sus propias palabras insensibles; además, ya mostradas las Navidades que
dejó atrás, le ayudara a ablandar la rudeza de su corazón cuando Scrooge
desgrane el panorama en la familia de su empleado por el que nunca se había
interesado. El de las Navidades Futuras (o las que aún no han ocurrido) será
perturbador, mostrándole la mísera y nula impronta que Ebenezer dejaría sobre
la tierra, acentuándose el miedo y la culpa en lo más hondo del anciano.
El lector, acompañado de Scrooge guiado por cada fantasma, conocerá cada
personaje más o menos cercano en la vida actual del anciano. Su sobrino Fred,
su único pariente de sangre con vida, le aprecia y le brinda su compasión por
más que le pisotee con su insensibilidad. Bob Scratchit es su trabajado
explotado y mal pagado, pero que aun así nunca pierde la amabilidad y la
serenidad en su trabajo, siendo un cabeza de familia luchador por los suyos y
que alberga compasión por su jefe a pesar de todo. Tiny Tim es uno de los hijos
de Bob y quizás el personaje más enternecedor de la historia, un niño cuyo precario
estado salud le brinda un futuro incierto. También el pasado ofrecerá personas
que fueron importantes para Ebenezer; como Fan, su hermana pequeña y madre de Fred,
por la cual sintió un intenso cariño y una adoración recíprocos; su antiguo
jefe, Mr. Fezziwig, quién tanto él como su señora, a pesar de ser un empleado,
le brindaron el afecto similar al de un padre hacia un hijo, mucho más de lo
que el suyo propio llegó a expresarle; o Belle, su antiguo amor que no fue
capaz de cuidar por obcecarse en el trabajo y el dinero.
La trama avanza con buen ritmo, en buena parte esclarecedor pero que en
ciertos puntos relevantes he sentido ciertas lagunas en donde habría sido
apropiado que se esclareciera un poco más, en particular la parte del pasado de
Scrooge. Un final que quizás se vea venir de lejos, incluso sin la sugestión de
las adaptaciones cinematográficas que inevitablemente hemos llegado a
visualizar alguna vez en nuestra vida. Pero de otra manera no podría acabar A Christmas Carol, indudablemente.
En lo que respecta la lectura de esta obra en su idioma original, debo
reconocer que a pesar de su sencilla extensión llegó a ser un tanto tedioso,
con un amplio vocabulario al cual no estaba acostumbrado y que me obligó a
tirar del diccionario con más frecuencia que otras lecturas mías en inglés
hasta la fecha. Además, me encontré alguna que otra estructura gramatical a la
que no estaba demasiado familiarizado, algo que claramente delata la antigüedad
de la obra. En general, un libro apto para cualquier asiduo a la lectura en
inglés, incluso para los que no estén demasiado curtidos; sólo que las
consultas serán, en muchos casos, más frecuentes de lo que a uno le gustaría.
Conclusión: Redención, arrepentimiento y segundas oportunidades;
amor y bondad por lo menos una vez al año; voluntad de liberarse uno mismo de
las cadenas que nos arrastran y condena; no olvidar el pasado, viviendo el
presente y soñando con un futuro mejor. Una historia que espolea la fe que
podemos tener en el ser humano, incluso en quienes se consideran casos perdidos
si conservan una chispa de voluntad para dejar de serlo para que en una navidad
reveladora pueda tener el espíritu de esas fechas perenne en su corazón.
Y parafraseando a Tiny Tim… ¡Que Dios nos bendiga a todos!
Mi valoración global: 4/5
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