Título: Proyecto
Niebla
Autor: Daniel Hernández
Chambers
Editado en España por: La
Galera
Sinopsis:
Un joven que se ve a sí mismo en
una fotografía de la Guerra Civil.
Un club dedicado a estudiar la
Historia en primera persona, viajando al pasado.
Un sanatorio donde un muro señala y
predice las mayores catástrofes naturales que han sucedido en el mundo… y que
sucederán.
Un científico que ha propiciado uno
de los mayores criminales de la Historia. Y que tendrá que sacrificar su vida
por ello.
Tres pulseras que pasan de unas
manos a otras en el tiempo, y que ofrecen la clave de la supervivencia para
quienes sepan interpretarla.
Crítica
personal (puede haber spoilers):
Esta es otra de esas lecturas de títulos que no son tan
sonados pero que espolean mi curiosidad cuando leo su sinopsis, y esta vez me
dio un resultado más agradable de lo que hubiera podido prejuzgar.
Una adolescente madrileña que ingresa en un sanatorio
de Cambrils en 2012 que parece confusa y desubicada en ese lugar, al que llega
tras el naufragio del barco en el que iba con su familia en aguas alicantinas.
Un hombre joven londinense de finales del siglo XXI encuentra en una exposición
fotográfica una instantánea tomada durante la Guerra Civil española en la que
aparece alguien idéntico a él. Dos hombres extranjeros que sin remedio serían
ejecutados sin saber por quienes ni porqué a finales de 1936 en España.
¿Qué relación puede haber en esta historia estos hechos
tan separados en la senda del Tiempo? Eso, y mucho más, es algo que el lector debe
desentrañar en Proyecto Niebla; que
tras este pequeño prólogo en tres partes nos traslada, precisamente, al rango
temporal del último de los hechos narrados al comienzo, en pleno caos de
aquella España con la guerra enfrentando al bando nacional contra el
republicado, dividiendo cruelmente al país y, sobre todo, a sus ciudadanos.
Veremos un joven llamado Héctor, que en mitad de esa
vorágine cruenta podría ser un chico muy corriente, dejando a un lado su pasado
más reciente, en el cual sufrió grandes pérdidas; pero que aún así en su
presente en una caótica Madrid trata de preservar las ilusiones y las fuerzas
por un futuro mejor; siempre inseparable a sus amigos Luis y Antonio (este
último más mentado por su apodo “El Mosca”), además de Mercedes, amiga y vecina
por la que siente un intenso sentimiento que es incapaz de lanzarse a
confesarle, viviendo con su tía Josefina, la cual se gana la vida y mantiene a
al hijo de su hermana con un oficio que la sociedad siempre ha considerado tan
ancestral como vulgar.
Héctor y sus amigos hacen un gran e inusual
descubrimiento durante una de sus correrías de adolescentes en el cementerio de
san Isidro: el botín de unos milicianos que optan finalmente por apropiarse
(quizás muy creyentes del dicho popular “quien roba a un ladrón tiene cien años
de perdón”) y esconderlo tras acordar no mentar su existencia a nadie, ni tomar
nada de ese tesoro que hacen suyo. Pero Héctor será el que rompa ese acuerdo
cuando decida regalar dos alhajas idénticas a las dos mujeres de Madrid más
importantes para él. Además, en mitad de ese caos en la sitiada capital del
país, conocen y traban amistad con un veinteañero llamado Thomas, natural de
Inglaterra que llegó a España, colmado de afán de experiencias y aventuras,
para conocer de primera mano lo que ocurre en la Guerra Civil para hacer a su
vez el rol de corresponsal de guerra para su patria.
Paralelamente,
llega otro inglés a Madrid: David Miller. Éste tiene una misión muy importante
y compleja, la cual surge del posible fracaso de varios de sus compañeros y que
deberá indagar y reparar para evitar problemas en el Futuro (en todos los
sentidos de esta palabra).
Pero sin duda esta historia no será fácil para quienes
tienen su participación en ella si está de por medio la crueldad y la virulencia
de la Guerra Civil y los bombardeos poco decorosos con los ciudadanos, así como
los chanchullos y egoísmos de personas que están metidas de lleno en el
conflicto.
Proyecto Niebla
me resultó una trama interesante que mezcla un poco de varios temas. Por
ejemplo, tenemos pequeñas pinceladas de Historia de España (aunque sea uno de
esos episodios de la misma que me resultan demasiado recurrentes), de intriga y
ciencia ficción con el tema de los viaje en el Tiempo de por medio. Un cóctel
literario complejo de llevar a la práctica pero que el autor expone con
bastante acierto.
Tras una especie de epílogo corto, con tres escenas
bien separadas entre sí en el Tiempo, vamos sondando esta novela que se divide
en cinco libros (Héctor y la ciudad
sitiada, Senderos de migas de pan,
туман, La paradoja y
Donde los senderos se unen). Y a
medida que avanza va ganando una riqueza que no cupo en mis expectativas
iniciales y que la convierten al final en una excelente lectura.
Daniel
Hernández Chambers tiene un trazo narrativo sencillo y agradable que aún así
despliega una exposición diáfana y atractiva. Creo que su estilo tras leer su Proyecto Niebla me ha ganado lo
suficiente para darle oportunidades a otras obras suyas cuando encarte la
ocasión.
Además, y
tal como comenté antes, ha sabido tejer bien este entramado con colores
temáticos que no son fáciles de juntar; pero que Hernández Chambers ha sabido
dar sus buenas puntadas de armonía.
Héctor es
un joven que poco atrás en el tiempo sufrió mucho, pero que en el aún arde una
llama de esperanza y bravío. Un personaje que me gustó mucho leer pero que,
sinceramente, esperaba algo más de desarrollo para que fuera menos líneal;
aunque el autor exprime bastante bien lo que Héctor puede dar de sí.
Lo mismo
podría decirse de David, que para mí no dio todo el juego que esperaba y
resulta un poco plano, pero que igualmente cumple bien el rol con el que fue
asignado en esta trama.
Y aunque
estos dos son los que se ve más peso, en particular al comienzo de la novela,
tenemos más personajes (Luis, El Mosca, Mercedes y Thomas, entre otros) que en
más de un caso llega a sorprender el aumento de su peso en la trama y un aporte
enriquecedor a la novela, que sería complicado sondear sobre alguno de ellos en
esta reseña sin pecar de spoiler mezquino. En particular hay uno que llegó a
sorprender por su trascendencia con el paso del tiempo y las páginas, con un
trasfondo y un desarrollo tan profundos y ricos que al final me pareció capaz
de eclipsar a Héctor y a David.
En general,
una trama interesante y bien elaborada, en especial por la delicada combinación
de géneros que el autor logra juntar sin que rechinen desagradablemente entre
sí durante la lectura. Los misterios, las conjeturas e incluso las paradojas
son un aluvión en Proyecto Niebla; en
algunos casos reveladores e impactantes y en unos pocos más bien previsibles y
tópicos, pero en general mantiene la expectación hasta sus últimos capítulos.
Su
desenlace me gustó bastante, sin embargo no he podido conectar del todo con
este; como si por un lado faltara algo y por otro no me casara por entero. Pero
en definitiva me ha gustado en gran medida.
Sobre la
portada (al menos de la edición mía de Círculo de Lectores), no terminó de
encajarme de verdad con el concepto de la obra, salvo por el anacronismo que
representa la imagen de un joven a color y con ropas actuales en medio de una
foto en blanco y negro. Y la razón de su título se sondará aproximadamente a
mitad de la novela, donde se aclara tajantemente este título enigmático. En
cambio la original resulta más coherente con la vista desde el cielo de una
ciudad bombardeada (como solía estar Madrid durante la Guerra Civil) junto con el
reloj que da énfasis al factor de los viajes en el tiempo; definitivamente
debieron respetar la cubierta original para la edición que poseo.
Conclusión: Una mezcla interesante de viajes espacio-temporales,
Historia y suspense. Tanto si uno está acostumbrado a estos géneros (ya sea por
separados o solapados entre sí) como si no, Proyecto
Niebla se merece darle una oportunidad. Porque esta lectura es una de esas
que te hace reconsiderar el significado de expresiones como “el pasado ya pasó”
o “tempus fugit”, entre otras.
Mi valoración
global: 4/5
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