Título: Cazadores de Sombras 4
– Ciudad de los Ángeles Caídos
Título original: The Mortal Instruments 4 – City of Fallen Angels
Autora: Cassandra Clare
Editado en España por: Destino
Sinopsis:
Alguien
está dando muerte a los Cazadores de Sombras del círculo de Valentine, y esas
muertes enemistan de nuevo a los cazadores de sombras con los subterráneos.
Sólo Simon, ahora convertido en vampiro, podrá evitar el enfrentamiento.
Mientras, Clary y Jace descubrirán un misterio que les llevará a fortalecer su
relación o... a destruirla para siempre.
Amor,
sangre, traición y venganza... los peligros son mayores que nunca en esta
cuarta entrega de la exitosa serie de Cassandra Clare, que retoma la historia
donde la dejó Ciudad de Cristal.
Crítica
personal (puede haber spoilers):
Como es una continuación, será muy
inevitable que revele lo que se considere ya sabido para los que leyeron las
anteriores partes. Si te adentras en esta reseña, tenlo en cuenta.
Todo terminó muy bien tras la Guerra
Mortal en Alacante, con sus consecuencias buenas y felices, así
como sus consecuencias menos buenas y bastante tristes. Un nuevo mundo para
nefilim y Subterráneos, una prometedora y más genuina igualdad, el fin de una gran
amenaza para todos ellos y los mundanos; y por parte de los personajes
principales sentimientos que ya no se pueden considerar tabúes, sinceridades
que abren puertas a futuras felicidades, el dolor de los supervivientes por el
recuerdo de los que perecieron...
Perfectamente podía haberse quedado ahí, con ciertos cabos un poco flojos
pero no del todo suelto que habrían quedado a imaginación abierta del lector,
pero que prometía un final bastante dulce pese al toque de amargura. Sin
embargo, los lectores nos picamos por esos cabos sueltos e insinuaciones, y no
dudó Cassy en seguir con las aventuras de Clary y compañía; quedándose la
trilogía de “The Mortal Instruments”
en una hexalogía, o dos trilogías conexas, según se mire.
¿En serio es posible que hubiera una amenaza potencial y a tener en
cuenta tras la muerte de Valentine Morgenstern? ¿O que el desenlace de Ciudad de Cristal pueda dar un giro
rotundo y aún así no despertar un instinto homicida hacia la autora? Pues
parece que en este caso, sí.
Clary y Jace pueden amarse y ser una pareja, Luke y Joceline están a
punto de dar un gran paso en su reciente relación, el ahora invulnerable Simon
se debate entre dos chicas tan diferentes como estupendas, Alec y Magnus
imposible que puedan estar mejor, los nefilim y los Subterráneos pueden vivir
en una concordia algo más reforzada por lo ocurrido en Idris y los nuevos
acuerdos entre todos ellos... ¿Qué falta para darle algo de “chicha” a este
idilio tan idílico? Pues ponerle a la ecuación unos cuantos asesinatos de
nefilim para complicar la situación en Nueva York, nacientes recelos entre unos
y otros ante las posibles evidencias que incriminan a los Hijos de la Noche , el foco de atención
que se está volviendo Simon para algunos y turbulencias en las relaciones y
dichosas estabilidades en el elenco, como por ejemplo en la pareja estrella de
esta saga.
¿Quién dijo que descubrir que no ser hermanos garantiza poder amarse sin
andar por un camino angosto y tortuoso lleno de contriciones? Eso es lo que
descubrirán Clary y Jace en los inicios formales de esa relación que les era
falsamente prohibida, porque algo empieza a inquietar a él tras sus reveladores
orígenes verdaderos.
Simon descubrirá también lo complicada que se volverá en verdad su “vida”
y lo que deberá adaptarse. No podrá ocultar por mucho más su transformación
vampírica a su familia, temiendo la reacción de su madre y su hermana.
Descubrirá que aunque se haya vuelto en un serio interés para Isabelle y Maia,
su indecisión (quizás aderezada con un poco de cobardía) le arrastrará a un
juego a tres bandas de que ellas dos serán totalmente desconocedoras. Y se
equivocará igualmente al pensar que podría disfrutar de una existencia
tranquila por la Marca
de Caín que grabó Clary sobre su frente, porque cierto vampiro sabe bien que la
tiene, de lo que podría beneficiarse de su portador para sus propios planes...
y habrá otras mentes que verán en el vampiro diurno un fuerte foco de interés.
¿Qué conectará los asesinatos de nefilim, Simon y lo que hace tambalear
la relación de Clary y Jace?
Cassy sigue sin decepcionarme con esta cuarta entrega de la saga, aunque
sí es cierto que he notado un pequeño pero perceptible bajón con respecto a los
tres títulos anteriores con los que ha cautivado a tantísimos lectores; pero
desde luego estoy convencido que lo ha llevado bien, no todas las sagas se
mantienen aún arriba tras llegar a donde ha llegado sin decepcionar estrepitosamente
al lector. Quizás más complicado que empezar una historia es continuarla cuando
has cerrado un ciclo, tratar de crear una nueva trama que enganche después del
final que nos brindó en Ciudad de Cristal.
Su estilo no ha mutado, y eso es lo que potencia más el libro a pesar de
ese leve declive con respecto al nivel que derrochan sus predecesores. Directa,
dinámica, absorbente, realismo en la personalidad y carisma de sus
personajes... Además, sin romper su excelente escritura, la autora es capaz de
mantener el misterio y demostrarnos una gran cantidad de piezas que parecen a
simple vista inconexas, hasta acercarnos al final en el que desvelará las
incógnitas, uniendo con lógica esos cabos para satisfacción del lector. ¿Qué
decir que no haya manifestado ya en mis otras reseñas de esta saga respecto al
trazo de la pluma de Clare?
Ciudad de los Ángeles Caídos
está estructurado en dos partes: “Ángeles
exterminadores” y “Por cada vida”,
siendo la segunda la que poco a poco comienzan a encajar las piezas del
rompecabezas de la trama que trata.
Esta cuarta entrega sigue resultándome tan fascinante como lo lleva
siendo desde sus inicios, pero considero que no ha sabido empezar tan bien este
arco argumental como lo hizo con Ciudad
de Hueso. Lo que más me ha podido hastiar un poco en este libro fue la
relación de Clary y Jace, a veces demasiado centrada la historia en ellos dos;
a pesar de que otros secundarios tienen su protagonismo, en particular Simon.
Aunque siempre he visto en Cazadores de
Sombras un buen equilibrio entre el romance juvenil y la trama fantástica
moderna que sirve de base, tuve la impresión de que el primero de ambos
aspectos ha sido el que más ha estado en posesión del balón en este partido.
Sin embargo, sigue siendo un gran libro a la altura del resto de la saga y que
te absorbe de igual manera.
En Ciudad de los Ángeles Caídos
vemos una Clary que, aún siendo en base la misma y que tampoco he apreciado
demasiada evolución en ella desde Ciudad
de Cristal, se vuelve cada vez más una nefilim integrada a su verdadera
gente; arrojada y entregada como siempre por quienes ama y estima, pero también
vulnerable ante las crisis que la envuelven, sobre todo a nivel de pareja.
Jace aún se verá un poco abrumado ante sus verdaderos lazos de sangre
revelados en el anterior libro. No dejará de ser un chico un tanto complicado,
con un fuero interno y un alma complicados en igual medida, pero que a fin de
cuentas sigue siendo en el fondo un chico que oculta más tras su fachada de
rebelde sin causa del siglo XXI.
Simon tiene un peso algo mayor en esta historia. Debatiéndose entre
Isabelle y Maia al entrar en un terreno peligroso entre ambas, los extraños
intereses que despierta tanto por su condición de vampiro diurno y portador de la Marca de Caín, tratando de
aparcar en lo posible esa realidad que no es capaz de aceptar del todo, el que
no pueda mantener la existencia que tenía antes, siendo también más consciente
de lo que implica su adquirida inmortalidad. Aquí se le ve madurar pero sin
perder ese carisma propio de él, aunque le he visto bastante torpe en el
terreno sentimental más allá de su pasado amor por Clary y que desaprovecha dichas
oportunidades.
Aquí Isabelle, tan en su línea con la que se ganó un buen trozo de mi
simpatía, la vemos más a fondo tras esa superficie despampanante, más visceral
en comparación a esa nefilim que fue en Ciudad
de Hueso. Creo que a partir de este episodio de la saga puede dar motivos a
sus lectores detractores a que le tengan algo menos de tirria. Dentro de su
aportación a Ciudad de los Ángeles Caídos,
es uno de los personajes que más han progresado para mi criterio.
Jocelyn tendrá también su papel, quien junto a Luke se prepara para una de
las mejores experiencias de su vida. Pero habrá sucesos que la harán algo
vulnerable por sombras del pasado.
Entre las nuevas caras veremos a Jordan, quien se incorporará como
vocalista al grupo del que Simon es miembro, así como la viperina y hermosa Camille
Belcourt. Y aunque no suene demasiada con notoriedad, hay que tener presente al
hermano Zachariah, uno de los ahora diezmados Hermanos Silenciosos.
¿Y sobre el desenlace? Trepidante, intenso, aunque un poco abrumador y
brusco con respecto al de los anteriores. Esta vez no hay epílogo, y sobre las
últimas páginas del capítulo final sólo diré que me sorprendió, dejándome
bastante impactado; aunque una parte de mí se olía algo pero que no me mojaba a
la hora de tener convicción de algunas de mis sospechas. Al cerrar la cubierta
por primera vez tras acabarlo, no hubo forma de quitarme la intriga y las ganas
de más.
La portada, como siempre, fabulosa, un dulce para la vista que anima más
a llevártelo bajo el brazo de la librería de turno. El patrón base es el mismo
que los tres anteriores, aunque cambia en que ya no consta de un personaje
protagonizándola, sino dos; en este caso Clary y Simon, con la novedad a partir
de la publicación de este libro de que sí se ven ahora las caras de los
protagonistas (aunque la de Simon no es que se aprecie mucho que digamos...).
Conclusión: Un nuevo punto de partida de una saga curtida. Aunque
decaiga un poco del nivel de sus predecesores (que remonta con creces en Ciudad de las Almas Perdidas, su
continuación), Ciudad de los Ángeles
Caídos sigue siendo una historia intensa, amena y que atrae, con
fantásticos personajes que no pierden su gancho, y una ambientación atractiva
pero que a veces queda bastante relegada por el factor romántico de sus
protagonistas principales.
Mi valoración global: 4/5
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