El tiempo siempre me parece caprichoso y ambiguo, capaz de hacer un año
largo y a su vez fugaz, y este 2015 no es una excepción.
Uno no evita hacer balance, de las ganas que tuve de volver a la blogesfera
pero parece que con las ganas no bastaban para llevar el ritmo que quería. La
verdad, la vida a veces necesita tiempo extra, pues con frecuencia se me
antojan escasas las veinticuatro horas que tiene un único día; y me da la nariz
que en el 2016 andaré por la misma línea o quizás con el cinturón del tiempo
algo más apretado.
Eso sí, seguiré estando por aquí aunque sea con cuenta gotas (quienes me
conozcan un poco sabrán que no soy partidario de las despedidas a la francesa).
Gracias a quienes se pasen por este rincón de Blogger, a quienes echan un
vistazo al contenido que comparto (espero en 2016 dedicarle algo más de
merecido tiempo a mis relatos, tanto rescatar los que en su momento subí a La
Repisa como los nuevos que vaya escribiendo), a quienes han dejado alguna
palabra o hayan manifestado su agrado tanto aquí como en las redes sociales
vinculadas a mi actividad de bloguero y escritor.
Y son más, os deseo una Navidad maravillosa, con una entrada y salida de
año desbordante de alegría y buenos propósitos. Y por supuesto, que Santa y los
Reyes Magos se guarden el carbón para traeros montones de libros que os hagan
soñar, emocionar, reír y, sobre todo, crecer día a día como personas.
¡Feliz
Booky Navidad!
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