Título: Déjame que te cuente
(Los cuentos que me enseñaron a vivir)
Título original: Recuentos
para Demián
Autor: Jorge Bucay
Editado en España por: RBA
Sinopsis:
Demían es un muchacho curioso e
inquieto que desea saber más sobre sí mismo. Esta búsqueda le conduce hasta Jorge,
el Gordo, un psicoanalista muy peculiar que le ayuda a enfrentarse a la vida y
a encontrar las respuestas que está buscando con un método muy personal: cada
día le relata un cuento. Se trata de cuentos clásicos, modernos o populares,
reinventados por el psicoanalista para ayudar a su joven amigo a resolver sus
dudas. Historias que a todos nos pueden servir par entendernos mejor a nosotros
mismos, para conocer nuestras relaciones y nuestros miedos.
Crítica
personal (puede haber spoilers):
Jamás pensé que las finalidades de la narrativa y la autoayuda pudieran
ser compatibles, hasta que me adentré en este título que acabó en mis manos de
manera bastante casual.
Déjame que te cuente nos mete
en la piel de Demián, un joven que acude regularmente a la consulta de un
psicoanalista llamado Jorge, al que apoda el Gordo. No es la primera vez que acude
a ese tipo de especialista, pero éste en cuestión y sus métodos marcarán un
antes y un después en su vida; pues Jorge consigue llegar a su mente y sus
inquietudes como ningún colega de oficio había logrado, conectando con Demián,
picándole a la terapia y los consecuentes de la misma sobre el paciente. El
cebo de las terapias con los que logra espolear al joven son principalmente los
cuentos que con regularidad comparte con él a lo largo de sus visitas.
Sesión tras sesión, Demián expondrá sus reflexiones, sus preocupaciones,
sus frustraciones, sus miedos y sus emociones; y Jorge sacará fácilmente de la
manga el relato más indicado, el cual hará reflexionar al paciente, quien dará
cuento a cuento un pequeño paso hacia delante.
Es evidente que el planteamiento de apoyo psicológico de todo libro de
autoayuda rezuma por los cuatro costados de este título, limitándose a la
consulta y las sesiones presenciadas por Demián (quien podría ser cualquiera de
nosotros en tantísimos aspectos). Sin embargo, se le compenetra con acierto el
desarrollo narrativo en la relación tan profesional como estrechamente
simpatizante entre sus dos únicos personajes.
A lo largo del libro desfilarán un amplio abanico de reflexiones y
sentimientos que sotierran a Demián, desde la inseguridad o el miedo al
rechazo, hasta el conflicto entre el concepto y la ética de la mentira y la
verdad, o el egoísmo humano; pasando por diferencias y encontronazos con los
padres, los problemas de comunicación o sobrevalorar cosas que quizás no
importen tanto para tomárselas tan a pecho. La práctica totalidad las habremos experimentado al menos una vez en nuestras vidas, y
eso es lo que incrementa la empatía del lector hacia Demián. Y bajo el amparo
de Jorge no sólo él, sino también quien sonde cada página y cada cuento, dará
pequeños pasos hacia delante que en conjunto consiguen un resultado renovador.
Cada cuento que relata el psicoanalista (en su mayoría, bastante escuetos
pero significativos, y todos sacados de fuentes reales) da paso a la reflexión
para paciente y lector a partes iguales. Unos son verdaderas puertas abiertas
de par en par a la sensatez que muchas veces obviamos, pero sin distinción
todos son grandes iniciativas a cerrar un momento sus páginas para darle sus
justas vueltas, digiriendo sus parábolas y significados para que nos ayuden a
esclarecernos a nosotros mismos, y no solo al paciente protagonista, en tantísimos
aspectos; para enseñarnos un poco mejor a vivir, como reza el segundo título
bajo el principal que nombra este libro.
Déjame que te cuente, para mi
criterio personal, es una lectura a ser tratada paulatinamente, recapacitando
cada sesión de Jorge con mimo, así como recurrir alguna vez de nuevo este texto
para refrescarnos lo importante que Demián aprende en algún momento propicio.
La narración corre a cargo de Demián, quien desde su primera persona
arrastra al lector a la consulta del Gordo. Desde luego, el autor ha sabido
meterme en la piel de ese joven. Cada uno de los cincuenta relatos a los que
recurre Jorge ayuda y guía al paciente, y disimuladamente al lector, dando paso
a bastantes reflexiones a Demián que desembocarán a otras relacionadas, o incluso
perdurando más allá de la sesión en la que se narra.
Sus cincuenta capítulos (normalmente de una extensión sencilla a la par
que intensa, derrochando fluidez a su lectura) no siguen un orden estricto, ni
esclarece la exactitud de la duración global de la terapia, y en general hay
bastante independencia en un buen número de estos, salvo en casos como en el
último tramo donde se llega a profundizar algún tema concreto y que se extienda
a otro estrechamente vinculado, para llevar a mayor desarrollo de los mismos en
el paciente. Aunque es cierto que en algún momento puntual, el propio Demián
traslada al lector a un momento retrospectivo, como a su primera sesión en la
que conoce al Gordo en el segundo capítulo.
El estilo de Bucay es sencillo, pero despliega una gran profundidad en el
tratamiento de la terapia como psicoterapeuta que es. Ha sabido darle trasfondo
a lo que comparte con el lector, a pesar de la limitación de personajes y
escenarios. Este medio que recurre en el presente libro, el de ser un apoyo
para el lector utilizando un paciente ficticio, hace más fácil su objetivo
primordial.
Demián es un joven con inquietudes, en una edad que ya se le considera
recién un hombre a ojos de todos pero que aún está muy verde en la vida. Se exaspera y
saca temperamento con cierta facilidad, pero aún así es bastante juicioso y
reflexivo, y sabrá delinear el camino que él mismo desea y debe trazar gracias
a las señales que le irá orientando su psicoanalista y la estrecha relación con
este. Poco llegamos a saber de él más allá de que estudia en la universidad,
que tiene un trabajo, vive con sus padres y tiene novia; pero estos factores,
así como amistades y compañeros de clase, serán detonantes para refinar las
emociones y meditaciones que le ayudarán a encontrar un duradero estado lo más
equilibrado y estable posible.
Sobre Jorge, el Gordo, es evidente que se trata del propio autor. Se caracteriza por su quietud y raciocinio que le hacen parecer saberlo todo (o al menos, todo sobre
lo que necesita para ayudar a Demián) y tenerlo todo bajo control, e incluso capaz
de estar preparado de antemano para cualquier salida por la tangente; lo cual
contrasta y complementa las dudas y la búsqueda propia del paciente. Sus
cuentos y tener mate a mano son sus marcas de la casa para ayudar a Demián, y a
quienes brinden la oportunidad a esta lectura, a enseñarnos a vivir y ver las
cosas de la propia vida con mayor nitidez para dicho fin.
Su desenlace, tras un intenso periplo ambos juntos, marcará un antes y un
después sutil pero evidente en la vida de Demián. Un final lleno de
posibilidades. Como dije, un antes y un después, pero a su vez, a pesar de sus
experiencias vivida, este libro no es más que el principio tanto para el
paciente como para el lector.
Conclusión: Una novela y un libro de autoayuda en uno, con profundidad y
dinamismo. Los cuentos no son sólo para niños, como nos demuestra Jorge Bucay,
porque detrás de ellos nos ayuda en la búsqueda de nosotros mismos, del camino
que queramos andar para liberarnos de brumas que enturbien el continuo crecimiento
emocional del ser humano. Acompañar a Demián a sus consultas con el Gordo no
son menos que enriquecedoras para quien se adentre en Déjame que te cuente.
Mi valoración global: 4,5/5