Título: Mary Poppins
Autora: P.L. Travers
Editado en España por: Editorial
Juventud
Sinopsis:
Mary Poppins estaba ya a gran
altura, flotando sobre los cerezos y los tejados de las casas, sosteniendo
firmemente el paraguas con una mano y el bolso con la otra.
Crítica
personal (puede haber spoilers):
Dada a la naturaleza global y heterogénea de las temáticas que quiero
volcar en mis críticas literarias en mi blog, me animé a iniciar algunas
lecturas para un público más joven incluso al de otros libros que he ido
compartiendo, más concretamente los que podrían considerarse además como clásicos.
Así que casi a ojo ciego me adjudiqué éste, con la inquietud de saber cuánto se
parecería a esa adaptación musical que tantas veces he visto en mi niñez (dudo
que en los últimos cincuenta años haya niño que no la haya visto al menos una
vez en su vida). Y he de reconocer que esta obra original fue una lectura ardua
de culminar, incluso con la sencillez de su extensión.
Ya la mayoría debería saber la base gracias al famoso film de Disney:
Londres a comienzos del siglo XX, una familia de buena posición necesita urgentemente
una nueva niñera, después de que la que tenían se despide a la francesa
agarrada de un brazo a su descontento y a su hastío con el otro. Afortunadamente,
llegará una suplente con una prontitud que es todo un favor para los Banks. Sin
embargo, esta nueva no tiene nada que ver con cualquier otra niñera, y los
pequeños Jane y Michael comprobarán esto ellos mismos al lado de Mary Poppins,
con quien vivirán distintas situaciones que les resultarán muchísimo más que
insólitas.
Está claro que la adaptación musical de Disney me ha
sugestionado demasiado en mi infancia, y al sondar la obra original de la cual
se basa (siendo éste el primero de una serie de cuatro libros) me encontré que
las similitudes se han quedado nada más, como se dice coloquialmente en algunas
partes de España, en sota, caballo y rey.
Ante todo, y más para evitar desilusiones que de hacer
un “spoiler” propiamente dicho, pongo en aviso que no veremos niñeras
candidatas volando por los aires para dejar paso a la protagonista, aunque ésta
sí que subirá las escaleras estando posada en la baranda y sacará todos sus
bártulos de un simple bolso de viaje. Sí que veremos a Mary disfrutando de una
tarde libre dentro de un cuadro pintado en el suelo, pero sin niños, ni
camareros pingüinos o la menor mención del tan conocido “supercalifragilísticoespialidozo”.
Tampoco veremos a la señora Banks como una activista feminista, y ni al
divertido y polifacético Bert tan presente como en el cine.
La “historia” de Mary
Poppins es una serie de situaciones, en su mayoría presentes los hermanos
Jane y Michael, algunas ya vistas y más o menos similares a diversas que hemos
podido ver en la antes citada adaptación cinematográfica. Sin embargo, la mayor
parte hace la obra original un relato con una diferencia evidente, por lo que
aconsejo vehementemente al lector potencial que no lo sonde con la idea
sugestionada a raíz de la Mary Poppins protagonizada por Julie Andrews como me
pasó a mí, pues seguramente acabe sintiendo cierto descontento al final de la
lectura.
El estilo narrativo de Travers me resultó ambivalente
en muchos aspectos. Una prosa bien cuidada, sencilla pero con la suficiente
profundidad propia para el público al que se enfoca Mary Poppins, aunque lo bueno de la autora desde mi punto de vista
personal se queda más bien allí. A pesar de que la historia cuenta con mucha
imaginación y una buena base, finalmente me resultó demasiado bizarra e irracional
incluso para la más pueril y sagaz de las mentes. Eso sí, aún con estos contras
que he vislumbrado, sus capítulos tienen un fin aleccionador que incluso puede
dar lugar a la reflexión sobre lo que trata de decir la autora al final de la
mayoría de los mismos.
Mary Poppins más bien sigue el patrón de niñera
estricta y más bien estirada para cumplir un poco ese tópico de la personalidad
británica, más aún incluso diría que la interpretación de Julie Andrews. Sin
embargo, aquí es una mujer que le gusta más mostrar el afecto y sus buenas
intenciones hacia los niños que cuida por la espalda y no de manera tan directa
como pudiéramos estar más acostumbrados. En todas las situaciones extrañas y
más bien fantasiosas en las que los pequeños son partícipes, ella parece hacerles
dudar de sí mismos, dándoles a entender que todo lo que ocurre fuera de lo
normal es definitivamente producto de su imaginación pueril… Aunque no terminen
de estar tan seguros de ello. Por otro lado, conoceremos algo más el pasado de
esta peculiar niñera, aunque descubriremos cosas que nos sorprenderá bastante
y, a su vez, se nos puede antojar demasiado extrañas incluso para este tipo de
literatura.
Michael y Jane son personajes bastante planos, el
típico niño y la típica niña. En todo caso, he visto en el chico un desarrollo
más evidente que en su hermana, desarrollo que despunta más llegando al final
del libro, sin ser boyante pero sí de los que más han dado frutos.
Una diferencia con respecto a la adaptación al cine es
que Michael y Jane tiene dos hermanos menores, los cuales son gemelos y cerca
de su primer año de vida: John y Bárbara. Estos dos retoños a penas tendrán
protagonismo, pero sí acentuado en cierto capítulo que es de los pocos que me
han podido dar algo de alimento para pensar.
El lector debería desprenderse de la posible idea de
que Bert sea un personaje tan de peso como el interpretado por Dick Van Dyke en
el cine. Aparece escuetamente y con un papel más bien secundario y de sostén al
verdadero protagonismo de Mary Poppins. Y otros tantos personajes que, tal y
como comenté previamente, no gozan de profundidad ni a portan gran cosa más
allá de su cometido para con la historia de cada capítulo.
Uno de los mayores atractivos de la edición que poseo
son las ilustraciones, las cuales acompañan bien a la historia y que ayudan
bastante bien al lector a la hora de meterse de lleno en la historia.
En resumidas cuentas, a pesar de ser un libro infantil,
escueto en extensión y con un generoso número de ilustraciones, sondar sus doce
capítulos me resultó más tedioso que ameno; o puede que en mi caso particular
no haya conectado ni con la obra ni con la autora como en otros casos.
Y sobre como acaba este primer tomo de las andanzas de
esta peculiar niñera, parece que la autora lo dejó de forma que la palabra
“fin” pudiera ir o no entre interrogantes. Claramente, este título es un
comienzo, pero dudo que me atreva a ir más allá de esta lectura.
Conclusión: Un libro infantil que puede atraer a las mentes
infantiles y no tan infantiles que sepan conectar con él. Aunque normalmente me
decanto más por la obra original con respecto a las adaptaciones, creo que este
será un raro caso en el que me quede con el celuloide más que con la tinta.
Mi valoración
global: 2/5