lunes, 18 de julio de 2016

Crítica personal: Cazadores de Sombras Renacimiento 1 Lady Midnight

Título: Cazadores de Sombras: Renacimiento 1 – Lady Midnight
Título original: The Dark Artifices 1 – Lady Midnight
Autora: Cassandra Clare
Editado en España por: Destino

Sinopsis (por el gran spoiler de la trama que contiene por cortesía de Destino; recomiendo encarecidamente pasarla por alto si no has leído Lady Midnight):

Renacimiento: una nueva serie de la saga Cazadores de Sombras, que revelará misteriosos secretos de un universo plagado de seres oscuros y emociones eternas.

Han pasado cinco años desde el final de Ciudad del Fuego Celestial. Los padres de la cazadora de sombras Emma Carstairs fueron asesinados y desde entonces su hija no ha dejado de buscar al culpable. Ella, junto a su parabatai, Julian, empieza a investigar una demoníaca trama que se extiende por los lugares más glamorosos: desde Los Ángeles hasta las playas de Santa Mónica…, trama en la que se ve envuelto un hechicero fascinante, Malcolm, que se empeña en recuperar a Anabel, su amada muerta.
Además, Emma no puede evitar la poderosísima atracción que siente hacia su compañero, una relación que en las reyes de los cazadores prohíben. Una auténtica caja de sorpresas que enlaza tramas, personajes y revela conexiones de los descendientes con sus ancestros.

Los muertos se alzan y los perdidos regresan.
Llegó su momento.

Crítica personal (puede haber spoilers):

Han transcurrido cinco años desde el fin de la Guerra Oscura (acontecida en Ciudad del Fuego Celestial), y el mundo de las sombras donde se mueven subterráneos y nefilim ha sufrido cambios, principalmente por la denominada Paz Fría; la cual perjudicó seriamente a la raza de las hadas por sus actos desleales. Pero quizás los habitantes del Instituto de Los Ángeles (la familia Blackthorn y Emma de los Carstairs) hayan sido los que más sufrieron y perdieron tanto por la Guerra Oscura como por la Paz Fría.

Emma se niega a darle la razón a la Clave por ese dictamen que asegura que sus padres murieron por la mano de Sebastian Morgenstern y sus Oscurecidos, y en esos años ha vivido entregada a demostrarlo; indagando por su cuenta cada posible evidencia, recurriendo a vías incluso prohibidas por la Clave; entrenándose para ser lo bastante fuerte para enfrentarse a lo que fuera que le arrebatara a sus progenitores y cobrar su venganza.
Entonces descubre que se han llevado a cabo una serie de asesinatos cuyas víctimas muestran las mismas marcas que se encontraron en los cuerpos de sus padres. Esto será la primera chispa que espoleará a Emma a sentirse más cerca de encontrar al verdadero responsable.
Por otra parte, una legación de hadas llega clandestinamente al Instituto, ignorando los riesgos que les supone buscar ayuda de los nefilim, movidos por el hecho de que entre las víctimas de esos asesinatos se encuentran congéneres suyos. Aunque la primera respuesta del Instituto es una completa negativa; porque desde la Paz Fría ayudar a las hadas es tan condenable para los cazadores de sombras como que las hadas acudan a ellos; la legación cuenta con una moneda de cambio imposible de rechazar para la familia Blackthorn…

Será el comienzo de una investigación encubierta a espaldas de la Clave capaz de mover a una familia entera, quedando el deber primordial de los nefilim justo por debajo de deseos y necesidades personales. Sin embargo, Emma y Julian, su parabatai, se encontrarán con una encrucijada de sentimientos, descubriendo algo nuevo por su respectivo hermano de armas; algo que va mucho más allá de la amistad de infancia que comparten, un tipo de amor sumamente prohibido entre parabatai y severamente penado de ser descubierto.
Este será el comienzo de una historia donde hay mucho que perder y ganar, sobre todo cosas perdidas que recuperar y cosas que encuentras pero que pueden ser la perdición; todo por el amor en todas las facetas que puede manifestarse. Los sentimientos por seres que amados, una vez más, pueden ser poderosos tanto para bien como para mal; un arma que te salvará de la más cruda desesperación o que te herirá más abrasadoramente que un cuchillo serafín activado.

Debo reconocer que, como lector de toda la saga desde su primera publicación, sentí emoción y nervios con esta nueva etapa, tratando de alejar recelos y comparaciones odiosas. Lady Midnight supone un nuevo escenario dentro de un universo que ha sido forjado y enriquecido por una decena de libros previos, con caras nuevas (aunque ya en parte presentadas en Ciudad del Fuego Celestial) que conocer y empatizar para el lector familiarizado con la saga.
Sin embargo, esta nueva trama con personajes recién salidos del horno, ofrece un resultado que no puede ser menos que agradable, tanto para quienes conozcan el mundo de los cazadores de sombras como para el nuevo lector que decida empezar la saga con The Dark Artifices.
Siendo claro, se ve que la autora ha tratado de enfocar este libro, dentro de lo posible, no como algo exclusivo para los que ya hayan leído los arcos de The Mortal Instruments y The Infernal Devices; el lector desconocedor de su trayectoria tiene su cabida en esta nueva trilogía. Lógicamente, las explicaciones sobre los nefilim, subterráneos y demás son sucintas pero cristalinas, haciéndolo todo más o menos fácil de comprender sobre la marcha a los nuevos lectores; incentivándoles al mismo tiempo a sondar más sobre todo esto y más a base de darle una oportunidad a toda la obra anterior para mayor comprensión y vínculo con la saga en general. El eje principal, en lo que se refiere a personajes, trasfondos y sucesos, es prácticamente nuevo, ofreciendo un terreno bastante virgen y con posibilidades muy idénticas para lectores veteranos y novatos por igual; sin embargo, por más que la autora omitiera todos los spoilers posibles, es ineludible que muestre o mente personajes ya conocidos por los lectores incondicionales de Cazadores de Sombras, ya que este Renacimiento es, hasta la fecha, el más actual cronológicamente hablando, dando a revelar muchos hechos cruciales de sus libros anteriores, sobre todo sus desenlaces y el porvenir de su elenco tras estos… Así pues, quien se adentre en Lady Midnight debe asumir que descubrirá todo lo previo a esta publicación; pero que quizás anime a los que quieran saber con detalle qué se coció tiempo atrás sin darle importancia a que vaya con el conocimiento y la verdad de antemano bajo el brazo.

Lady Midnight, desde mi perspectiva, ha resultado una bocanada profunda de aire fresco en la saga; y realmente necesaria para continuar con nuevas fuerzas sin caer en el declive que suele amenazar a una serie de libros cuando alcanza un alto número de títulos. Junto a Emma, Julian, Cristina y demás personajes, he podido sentir esa efervescencia que me atenazó Ciudad de Hueso en su momento, con todo lo que me atrajo ese primer libro casi desde las primeras líneas; pero con el añadido de que ya no es una historia y un mundo aún verdes y con mucho que ofrecer, sino que ya está curtido y profundizado pero con promesas de más aún. Dicen que mantener el encanto del comienzo con todo lo bueno que da la experiencia es complicado, pero está claro que ese no es el caso de Cazadores de Sombras.
Aunque este es, hasta la fecha, el título de mayor envergadura de la saga, con cerca de setecientas páginas, está lejos de ser una lectura pesada como podría augurarse por el grosor de su lomo. Sigue siendo tan amena y atractiva como precede la fama de la autora; pero quizás por su amplitud e intensidad recomendaría saborear bien cada página para sacarle todo su potencial.

Uno puede creer que, después de una decena de libros, ya no había nada nuevo que ofrecer al lector en este universo y sus tejemanejes. Craso error para quien subestime a la autora, quien aún puede sacar vetas de creatividad en esta gran y dilatada obra suya.
Por un lado está la Academia de Cazadores de Sombras, que será algo más mentada en este libro; un lugar que ganó importancia tras la Guerra Oscura. Y por otro, y más importante, es el Escolamántico, una academia para la élite de los nefilim, reabierta tras la Guerra Mortal, en buena parte por la Paz Fría, después de su clausurada a finales del siglo XIX. Este último lugar será de gran interés para uno de los personajes, considerando la posibilidad de convertirse en Centurión, que es como se le conoce a un nefilim graduado en el Escolamántico, al cual se le encomienda las misiones más especiales que la Clave puede asignar a los hijos del ángel.
También vemos desde el mismo principio del libro un lugar interesante y pintoresco denominado Mercado de Sombras, al cual acuden tranquilamente no sólo subterráneos, sino también mundanos con la visión. Podría cotejarse a un mercado negro y clandestino, con sus trapicheos y gente dispuesta a comerciar incluso con información jugosa.
Incluso algo tan intrínseco como las runas parece haberse expandido, a raíz de nuevas runas gracias a cierto personaje conocido de la saga, con unos efectos singulares y en muchos casos prácticos que, ni de lejos, el propio Raziel hubiera concebido ofrecer a los cazadores de sombras.

Más allá de todo lo sobrenatural e intrigante de la investigación a escondidas que realizan los Blackthorn, el factor romántico es pieza clave, principalmente en los protagonistas principales. Y he de decir que está claro que Cassandra Clare adora tocar relaciones sumamente complicadas y/o prohibidas. En esta ocasión parece haber ido incluso más lejos con ese tabú que es el amor sentimental entre dos parabatai; y de paso profundizar más en este tipo de relación entre nefilim. Uno puede preveer de antemano, incluso sin haber leído a una Emma y a un Julian a sus doce años en Ciudad del Fuego Celestial, por donde irán los sentimientos de ambos, hasta convertirse en una de las pocas cosas que no compartiría con su parabatai con la misma franqueza que siempre se han profesado; a lo que hay que sumarle una inesperada e intensa tensión sexual. Junto a ellos, el lector se cuestionará más de una vez porqué se prohíbe el amor, y por tanto las relaciones de pareja, el matrimonio y la concepción de hijos, con alguien que quieres y te importa tanto como un amigo del alma, un hermano o tu cónyuge. Un misterio de ansiada revelación que parece apuntar que tanto los sentimientos entre Emma y Julian como todo lo que hay entre las relaciones prohibidas entre parabatai serán uno de esos ejes importantes en la motricidad de la trilogía, con una relevancia que irá creciendo y que seguramente será imposible de augurar.
Y aunque la relación entre estos dos sea la más crucial y de presencia más notoria en el aspecto romántico, no serán quienes se lleven todo el protagonismo. Otros personajes mostrarán sus roles en esta faceta, donde danzarán cambiando de pareja entre el amor, el desamor, el despecho y el anhelo incontrolable. En Lady Midnight la sed sentimental por la persona amada seguirá con la intensidad demostrada por tantos personajes previos de la saga, pero a todas luces este es el que derrocha más carga de esos deseos carnales no tan reñidos con el enamoramiento en sí.

Tampoco podía faltar su característico sentido del humor, capaz de amenizar la trama o romper más de un hielo cuando es necesario (con momentos hilarantes cuando los Blackthorn la lían parda). De hecho, me llamó bastante la atención esta situación imposible de traducir al español.

-Creo que estaba preguntando si el asesino podría ser un cazador de sombras. […] Le he dicho que no. Resulta evidente que es alguien que sabe de magia negra, y no creo que ningún cazador de sombras contratara a un brujo para que matase por él. Por lo general, solemos hacerlos nosotros mismos.
Emma soltó una risita.
-¿Le has dicho que los cazadores de sombras hacen «bricolaje» para sus asesinatos?
-Hacemos «bricolaje» para todo.

Sin cierta familiarización con el inglés sería complicado para muchos pillar la gracia y el doble sentido de esta situación; ya que “solemos hacerlo por nosotros mismos” (en inglés, seguramente, we usually do it ourselves) está relacionado a nivel gramatical con el término DIY (do it yourself), que es la definición en inglés para “bricolaje”. Por eso Emma hace una broma con el bricolaje por las palabras de Julian de hacer algo por uno mismo.

Algo que el lector llegará a concienciarse, sobre todo si ha seguido la exposición de este universo, es lo grande que puede ser la insensibilidad falta de emotividad, e incluso la crueldad, en los nefilim, su cultura y sus normas difíciles de ablandar. Tras Ciudad del Fuego Celestial parecía avistarse pequeñas esquirlas de cambios a mejor, que incluso evolucionaran y hubiera flexibilidad dentro de sus tradiciones y preceptos iniciados en tiempos de Jonathan Cazador de Sombras. Pero por más que en The Infernal Devices y, sobre todo, al finalizar The Mortal Instruments nos muestren mayor coexistencia con menos prejuicios a los subterráneos, o que hubiera dentro de los propios nefilim personas que rompen esos bloques de hielo que son los cimientos de su forma de ser; uno puede desanimarse al ver no sólo lo poco que parecen haber cambiado, sino que incluso se revisten con más capas de coraza. La ley es dura, pero es la ley; la lealtad a la Clave y sus normas van antes que la familia o quienes quieres; la disconformidad y el desprecio a que cazadores de sombras sientan atracción por gustos mundanos como pintar, o poseer y utilizar un ordenador; o que el amor parezca un gran privilegio, son algunas máximas difíciles de variar.
Algo que también adelantaré, sin decir mucho, es que los cazadores de sombras, y sobre todo la Clave y sus normas, pueden ser bastante crueles e injustos con ellos mismos.
Sin duda, este será el libro de toda la saga donde se empieza a apreciar que los nefilim pueden ser ambivalentes a más no poder, quizás por el conflicto que más de un lector puede considerar en la mezcla de sangre humana y sangre angelical; algo que hace a los cazadores de sombras lo que son, que les brinda un caterva de ventajas para enfrentar demonios y subterráneos que violan los acuerdos, pero que quizás hagan perder las cosas buenas de su herencia mundana.

El estilo de Cassandra Clare continúa siendo digno de quitarme el sombrero con toda la admiración pareja de lector y escritor; con ese gran anzuelo que es su prosa, con su capacidad de crear personajes atractivos de leer, tramas interesantes e intrigas bastante imprevisibles. Una vez más demuestra que no siempre hay que temer a los nuevos comienzos. Además, sigue demostrando su notable habilidad de ambientación, ofreciéndonos esta vez una ciudad vivaz y dinámica como Los Ángeles, dejando atrás el Nueva York actual y el Londres victoriano.

Lady Midnight cuenta, como es propio en las obras de Cassandra Clare, con un amplio elenco que agrada, y que explotan su potencial narrativo; y en muchos casos serán motivo de adoración y empatía, sobre todo los miembros Instituto de Los Ángeles.
Emma está muy marcada por la muerte de sus padres. Entrenada más allá del límite para ser un arma lo más letal posible para sus enemigos, en especial para el día en que tuviera delante al responsable de esa cruel pérdida; hasta el punto que, sumándole su aptitud afilada, mordaz, atrevida y temeraria, todos la señalen como sucesora perfecta del legendario Jace. Pero a pesar de que ese episodio tan trágico repercutiera en su vida, ello no implica que ella sea un personaje frío, oscuro, distante y apático, ni mucho menos; ella es capaz de mostrar calidez y amabilidad, sobre todo con los Blackthorn y quienes se llegan a ganar su amistad, o al menos su simpatía. Muestra una gran necesidad de Cortana, la espada de su familia que empuña siempre que puede. Emma posee un singular sentido del humor bastante ocurrente, el cual puede usar pero más acerado, cortante e incluso negro con sus enemigos o la gente que se haya ganado a pulso su antipatía. Los acontecimientos de Lady Midnight serán sus primeras grandes pruebas de triunfo y agonía en sus metas y sus sentimientos.
Julian (Jules) es un caso que explotó bien mi capacidad de empatía.  Su vida no ha sido fácil, sobre todo siendo cazador de sombras, al tener que encargarse desde los doce años de cuatro hermanos, sin Mark o Helen con ellos; siendo desde entonces un padre de su propia familia que un vástago más del desaparecido Andrew Blackthorn. A veces desea tener la libertad que le robaron las circunstancias de la Guerra Oscura y hacer muchas cosas propias de su edad, un tanto frustrado de tener esas responsabilidades desde muy joven; pero a pesar de todo, su amor por sus hermanos es tan grande que no dudaría en renunciar a su juventud todas las veces que fueran necesarias. Un chico leal y entregado hacia los suyos; ecuánime, prudente y un tanto introvertido pero capaz de tornarse afilado e impertérrito en momentos que deba serlo. Tras este primer libro de The Dark Artifices siento que es un joven con bastante luz, pero no libre de sombras debido a secretos y verdades a medias que ha tenido que acarrear por sus circunstancias.
Cristina, como buena mexicana, pone el matiz latino en esta historia, sin evitar salpicar las líneas con algo de su lengua materna aunque su inglés sea perfecto. Demuestra ser una persona solícita para los Blackthorn y una gran amiga para Emma, con una gentileza sincera bajo la melancolía que guarda para sí, debido al peso de hechos no demasiado agradables de memorar de su pasado que, en buena parte, la empujaron a alejarse del Instituto del D.F. Como cazadora de sombras demostrará su pericia, sobre todo por su tino a la hora de arrojar cuchillos de mariposa; que sumado a su trasfondo y a lo que vivirá en Lady Midnight dará bastante juego a nivel argumental.
Tiberius (Ty) y Livia (Livvy) son muy distintos en lo que personalidad se refiere, pero compenetrados y complementarios como cabría esperar del cliché de hermanos gemelos.
Él es un quinceañero de mente compleja y afán de aprender; introvertido en muchos sentidos, en especial el aspecto emocional. Inteligente, observador y apasionado de las historias de detectives y los animales en general. Muestra su fervor ante la idea de formar parte de la investigación en la que se sumerge su familia en este libro. Su personalidad es tranquila tirando a visiblemente apático e insensible, pero con una sensibilidad mucho mayor a lo que exterioriza y que sólo ven los que de verdad le conocen. Entre sus defectos y flaquezas están su enemistad a los cambios, en especial los negativos, y ser demasiado pragmático y un tanto obstinado. Sin duda, Ty es alguien que, tras conocerle de primera mano, promete dar bastante juego.
En lo que respecta a la gemela del anterior, ya dije que es muy distinta a él, pareciéndose más a Emma en lo que se refiere a personalidad. Queda claro que no tienes pelos en la lengua, pero sin pecar de ese descaro un tanto imprudente de esa Carstairs que adora como a una verdadera hermana; aunque sí comparte con ella, en cierto aspecto, fijación y empatía por su arma predilecta, en el caso de Livvy un estoque. En ella se ve un punto de apoyo muy importante para su hermano gemelo, aunque ella demuestra un vínculo con Ty que convierte en una necesidad, hasta el punto de proponerle porfiadamente de que sean parabatai aunque él decline la oferta una y otra vez.
Drusilla (Dru) es un personaje que me agradó a pesar de su rol bastante menor dentro de los Blackthorn. Una chiquilla recién entrada en la adolescencia que disfruta de placeres mundanos como la literatura y las historia de terror, que además sufre de bastantes complejos por no ser esbelta y alta como son todos sus hermanos, sino más bien con curvas y compacta.
En cuanto a Octavian (Tavvy), el benjamín, más de uno se prendará de su encanto propio de un niño de siete años; porque aunque parece vivir al margen de los menesteres nefilim, él observa y participa más de lo que pudiera esperarse, y resulta chocante (por así decirlo) viendo lo cándido e inocente que se muestra. Muy apegado a sus hermanos; sobre todo a Julian, en quien ve una figura paterna. Aunque fue muy niño, casi sin uso de razón, cuando ocurrió la Guerra Oscura, él recuerda más de lo que Julian había intentado evitarle. Sólo añadiré sobre Tavvy que en algunos momentos será la clave para muchos factores de la trama y que incluso pondrá el corazón en un puño al lector.
Malcom Fade, gran brujo de Los Ángeles… tan peculiar y pintoresco, pero a su manera, como otro gran brujo que ha robado el corazón a la mayoría de fans de la saga; aunque nada que ver con Magnus y un tanto lejos del magnetismo de este, resulta curiosa su forma de ser y su personalidad. Sólo puedo decir que dará mucho juego y sorprenderá, a parte de hacer reír en buena parte de sus primeras apariciones en Lady Midnight.
El tío Arthur es alguien singular, con una mente desmedidamente volcada en sus estudios, con la vista intermitentemente fija en el presente y más sumida en el pasado y los recuerdos, prestando más atención al Instituto o a su familia cuando Jules le empuja a ello. Y a lo largo de este libro se puede llegar a entender un poco el porqué.
Diana Wrayburn es la instructora de los jóvenes Blackthorn, que en muchos aspectos también la considera una hermana mayor y una amiga. Desde mi punto de vista, un personaje un tanto lineal y sin gran aportación, aunque tiene sus momentos de importancia más álgida y con potencial a descubrir en ella, seguramente durante los dos siguientes libros.
Aquí se llega a encontrar una heterogeneidad mayor en cuanto a personajes, porque también se nos muestran los matices entre las cortes seele y noseele dentro de las hadas, además de la Cacería Salvaje; y por otro lado personas que están entre los mundanos y los subterráneos, tales como brujos que no heredan la magia o descendientes de licántropos que no despiertan como tales pero sí gozan de mayores capacidades físicas que los mundanos corrientes.
Y por supuesto, viejos conocidos de la saga tendrán cabida aquí. Muchos serán mentados, otros se dejarán caer (mejor no digo explícitamente quien es el primero en rondar por Los Ángeles, para gozo de muchos). El lector sabrá bastante de personajes de anteriores libros y que ha sido de sus vidas; en buena parte en conversaciones de Emma, así como en escenas retrospectivas de recuerdos de ella y Julian unos años antes del momento presente de Lady Midnight, pero uno llega a sorprenderse para bien cuando más de uno aparece aquí de manera directa, aunque sea una interacción fugaz. Los lectores veteranos que atesore un mínimo de cariño a esos personajes que tantas veces habrá leído lo disfrutarán.

El desarrollo de la trama simplemente me encantó. Muchos enigmas que cubrir para esclarecer, junto a diversos asuntos de sus personajes desarrollándose de manera paralela y sin resultar caótico; todo de manera continuada pero sin sobrecargar al lector con demasiada información de golpe. Los acontecimientos se suceden uno detrás de otro, con giros, subidas y bajadas en un torbellino argumental que arrastra a un lector que en general deseará llegar hasta lo más hondo con avidez. Acontecimientos y revelaciones que, a mí en particular, hacen ver que no todo es tan radicalmente blanco o negro, que muchas cosas que se narran son de una manera u otra por las circunstancias. Y cuando se alcanza el último tramo de capítulos la expectación y la incertidumbre aumentan con cada secreto destapado y cada verdad sacada a la luz.
El desenlace de este primero de trilogía es simplemente impactante, e incluso demoledor. Unos aspectos terminan con mucho agrado, pero otros se convierten en un trago agrio o en algo pendiente de un hilo hasta que avance más The Dark Artifices. Como cabe esperar, habrán muchas revelaciones inesperadas, decisiones hechas haciendo de tripas corazón; dejando claro que este libro amasa ejemplos de lo que se puede ganar o perder, sobre todo por las propias elecciones, muchas veces tratando de que sean lo más juiciosas y justas posibles. Y aunque muchos misterios se desvelan, incluso algunos que ni a lo largo de la lectura se intuyen siquiera su presencia hasta que surgen como una mina estallando cuando la pisas, termina dejando bastantes cosas por descubrir. Los últimos dos o tres capítulos dan un giro completo a diversos temas que se tratan el libro, con intervenciones inesperadas y posibilidades para el siguiente, Lord of Shadows.
No cabe la menor duda de que este sea uno de los libros de Cassandra Clare que terminan de forma tan arrolladora y cortante, dejando a su vez mucha expectación e incertidumbre; con menos de diez líneas que compone el epílogo.

La portada; a todas luces Emma y su espada Cortana en medio de la inmensidad del océano que tanta aversión despierta en ella; no decepciona en absoluto, a la altura de todas las demás de la saga y, a su vez, alejándose en gran medida del estilo de todas ellas. Mucha gente discrepa de que no se tradujera el título a Dama de Medianoche, ni les agrade lo de “Renacimiento”; pero una vez sondado el libro todo lector puede comprender que fue más acertado dejar el título original, así como que la palabra renacimiento tiene sus matices y motivos para ser una elección adecuada más allá al sentido que se puede sacar de que esta trilogía supone una nueva etapa en el universo de Cazadores de Sombras que (en teoría) haría punto y a parte a todo lo anterior…

Conclusión: Nuevos cazadores de sombras con la presencia y la impronta de anteriores justo detrás, una nueva ciudad donde una maquinación se cuece con el submundo y los demonios de por medio. La venganza por unos padres arrebatados, el regreso de alguien perdido y un amor prohibido apuntarán hacia una ambiciosa llena de rencor empujada por motivos distintos a los que podría esperarse. La respuesta de Lady Midnight, tanto para bien como para mal, está en ese sentimiento que mueve mucho al mundo llamado amor.


Mi valoración global: 5/5


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